Las sombras legales y fiscales del despido del jefe de Seguridad de BBVA que fichó a Villarejo

Las últimas novedades del caso BBVA-Villarejo podrían abrir un nuevo frente extrajudicial al banco presidido por Carlos Torres. El exjefe de Seguridad Julio Corrochano salió con una indemnización equivalente a tres veces su sueldo anual, a pesar de hacerlo por "causas disciplinarias", algo que podría ir contra las directrices de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), según fuentes financieras consultadas por este medio.

Hay una segunda opción, según otras fuentes expertas en cuestiones laborales y fiscales, y es que la entidad vistiera como un despido improcedente lo que era en realidad una recompensa ante la inminente jubilación de Corrochano. Algo que podría tener repercusiones frente a la Inspección de Trabajo y la Agencia Tributaria, ya que esta vía contaría con ventajas fiscales. Preguntado por ello, el banco no hizo comentarios.

BBVA pagó a su jefe de Seguridad 480.000 euros en concepto de indemnización, lo que equivaldría a unos 70 días por año trabajado, cifras muy superiores a lo fijado por la normativa (42 días y un tope de 42 mensualidades). Según ello, podría haber percibido unos 330.000 euros.

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Junto a ello, Corrochano tenía pendiente de pago un variable en efectivo y acciones, cuyo valor se estima en unos 30.000 euros, y pactó una cláusula de no competencia de nueve meses por importe de unos 140.000 euros. Además, fuentes próximas al banco señalan que también tenía unos 300.000 euros en un fondo de pensiones. En total, casi un millón de paquete retributivo de despedida, tras un despido disciplinario.

Las normas de la EBA

Al margen de las cifras, las directrices de la EBA son especialmente exigentes en que ningún directivo de los bancos sea recompensado tras cometer malas prácticas: "Las indemnizaciones por despido no contemplarán una recompensa desproporcionada, sino una compensación adecuada al miembro del personal en caso de rescisión anticipada del contrato. De conformidad con el artículo 94, apartado 1, letra h), de la Directiva 2013/36/UE, las indemnizaciones por despido se basarán en los resultados obtenidos en el transcurso del tiempo y no recompensarán malos resultados o conductas indebidas".

"No se concederá indemnización por despido cuando haya un incumplimiento evidente que justifique la cancelación inmediata del contrato o el despido del miembro del personal", sigue.

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Las normativas de la EBA se aplican al colectivo identificado de las entidades, al que pertenecen los ejecutivos clave y cuyas decisiones pueden generar riesgos. BBVA no aclaró a preguntas de este medio si Corrochano pertenecía a este grupo, que a finales de 2017 engrosaban 572 directivos del banco. Al margen de que esté o no, banqueros consultados señalan que lo habitual es trasladar las buenas prácticas marcadas para altos directivos al resto de la plantilla.

Al margen de estas consideraciones, el banco está entre la espada y la pared respecto a este despido. Por un lado, el juzgado podría exigirle detalles de las "causas disciplinarias", lo que, en caso de tener que ver con el caso Villarejo, tendría implicaciones legales. En caso de que no hubiera tales razones, los que podrían pedir explicaciones serían Hacienda y Trabajo.

La entidad se enfrenta todavía a otros tres meses de investigación en la Audiencia Nacional tras la nueva prórroga decretada este jueves. En ella, la Fiscalía Anticorrupción cuestiona a BBVA de nuevo su falta de colaboración y advierte de que tomará las medidas oportunas en caso de que "obstaculice" el acceso a pruebas.