El tenis, paradigma de unidad en tiempos de escisión para mover más de 1.000 millones de euros

Una Superliga que amenaza a las competiciones de clubes de la Uefa y a las ligas nacionales. Un LIV Golf que pone en jaque el negocio del PGA Tour y el European Tour. Y un Premier Pádel que sacude los cimientos del World Padel Tour, el circuito que ha impulsado la popularidad y la práctica del pádel desde 2014. En medio de esta vorágine de torneos que amenazan el estatu quo tradicional y sacuden las estructuras de gobernanza del deporte, el tenis transita por el camino contrario: el de una unidad nunca vista en el deporte de la raqueta en pro de ‘engordar’ el negocio por encima de los 1.000 millones de euros anuales.

Prueba de ello es el pacto entre la Federación Internacional de Tenis, Kosmos Tennis y la ATP para que la Copa Davis tenga reconocimiento en el calendario y se generen sinergias entre torneos. Ello, en un momento en que la ATP y la WTA han sumado fuerzas para jugar un torneo mixto oficial a principios de temporada. “Somos el cuarto deporte en número de espectadores, pero el decimocuarto en volumen de negocio porque nos presentamos de manera fragmentada en el mercado”, afirma Xavier Pujol, director general del Barcelona Open Banc Sabadell.

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El empresario, que también es CEO de la industrial Ficosa, admite un cambio en el circuito ATP fruto de la reflexión sobre cómo generar más ingresos, y la conclusión es que es necesario sumar fuerzas y economías de escala a través de la unidad. “El mundo del tenis tiene ATP, WTA, ITF, cuatro grand slams… esa fragmentación va en contra de las economías de escala”, resume. ¿El objetivo? Dar un salto respecto a los 700 millones de dólares (702 millones de euros) que mueven al año todos los torneos profesionales ATP, WTA, ITF y grand slams.

En los últimos meses, la ATP y la WTA han integrado sus divisiones de marketing para acelerar e impulsar la comercialización de activos, maximizar su valor y explorar sinergias. Desde entonces, se ha anunciado el lanzamiento de una serie documental de los tenistas de la ATP y la WTA, así como una app conjunta para unificar la base de fans, de modo que ambos circuitos compartirán esa base de datos que ayuda a conocer mejor al consumidor y aumentar el ingreso medio. Incluso fondos de inversión como CVC han puesto sobre la mesa 600 millones de dólares (602 millones de euros) para controlar el 15% de una única gestora que aglutine los dos circuitos profesionales. Estas negociaciones siguen su curso, pero el presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi, ha hecho declaraciones públicas en esta dirección.

Esa homogeneización dio un paso más en 2021, año en que la WTA modificó la categoría de sus torneos para alinearse con los de ATP, pasando a tener citas WTA 1000 en lugar de Premier Mandatory y Premier 5; WTA 500 en lugar de Premier 600, y WTA 250 en lugar de los International. “Este sistema intenta facilita que los fans de la WTA, sus patrocinadores y los medios de comunicación se involucren y sigan nuestro deporte”, afirmó entonces Micky Lawler, presidenta de la WTA.

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Es una unidad que la ATP subraya en su nuevo plan estratégico presentado el pasado junio. Se trata de OneVision, que en la primera fase garantiza un notable incremento de los premios a tenistas y un alza en la categoría prémium de los torneos, pero que en una segunda fase (a partir de 2026) apunta a unir todo el ecosistema del deporte de la raqueta, incluidos los Grand Slams. “Nuestro deporte tiene una gran ventaja y se encuentra al frente de una nueva era de crecimiento; alcanzar nuestro potencial requiere que estemos unidos”, afirmó entonces Gaudenzi.

Sin ir más lejos, ya se ha centralizado la comercialización internacional de buena parte de los torneos del circuito profesional masculino. La buena sintonía también se demostró en tiempos de pandemia. En 2020 se creó el grupo de trabajo T-7 para poner en valor los principales activos de este deporte. Además, en tiempos de pandemia los circuitos profesionales masculinos y femeninos sumaron fuerzas con la ITF para repartir 6 millones de euros con lo que apoyar a los tenistas con menos recursos.

El último precedente ha sido el acuerdo entre ATP, ITF y Kosmos para impulsar la Copa Davis. Es una alianza que contempla tanto más inversión, como la integración del torneo en el calendario ATP, liberando así esas semanas de competición para que los tenistas puedan jugar con su selección y no tengan que elegir entre jugar torneos ATP, que aportan puntos para el ranking, y optar por la Davis, fundamental para conseguir plaza en los Juegos Olímpicos. Además, a partir de ahora la ATP promocionará la Davis en sus canales de difusión, y se abre la puerta a patrocinios cruzados.

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Atrás quedan las disputas entre ATP y la ITF y Kosmos, en las que el circuito profesional creó otro torneo de selecciones a principios de temporada en Australia, la ATP Cup, que rivalizaba de lleno con la nueva Davis que impulsó Gerard Piqué. Es más, el futbolista intentó convencer a la ATP en primera instancia, pero al no conseguir los apoyos necesarios vendió su proyecto a la Federación Internacional, consiguiendo el visto bueno en 2018.