Los dos centros con los que Extremadura pretende lograr la independencia tecnológica

En el camino hacia la transición verde, la ciencia, la tecnología y la innovación juegan un papel fundamental. En este contexto, regiones como Extremadura ya trabajan para impulsar una modernización que propicie un crecimiento económico y del empleo, al mismo tiempo que promueva la inclusión social, el bienestar y la sostenibilidad ambiental del territorio. Todo ello en sinergia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estas actuaciones se enmarcan bajo el paraguas de la Estrategia de Investigación e Innovación para la Especialización Inteligente (RIS3) de Extremadura, una hoja de ruta para un periodo de seis años, del 2021-2027, cuyo objetivo es, por un lado, atraer tejido industrial y, por otro, convertirse en productora de bienes y servicios propios, que contribuya a la generación de puestos de trabajo y al bienestar a la ciudadanía.

En este sentido, desde el Ejecutivo regional reconocen que necesitan "la innovación científica y tecnológica para hacer frente a los grandes retos de futuro, de manera que permita recuperar la soberanía energética, agraria e industrial en Europa y en España". Es por ello que están inmersos en varias iniciativas internacionales, cuyo propósito es alcanzar esa independencia tecnológica.

Así, en Cáceres se ubicará el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE). Este complejo, impulsado por los Gobiernos de España y Extremadura, se crea con el propósito de dar respuestas, desde la investigación y la innovación, al desarrollo de procesos tecnológicos e industriales de almacenamiento masivo, aportando soluciones a la gestión de los suministros intermedios de las energías renovables, además de acelerar la implantación de sistemas eléctricos descarbonizados a la industria y ofrecer un impulso definitivo a la movilidad sostenible en el transporte terrestre, ferroviario, marítimo y aéreo.

A través de la colaboración público-privada, nacional e internacional, el centro trabajará en el campo del hidrógeno y los combustibles sintéticos renovables, las baterías y supercondensadores, el almacenamiento térmico, las técnicas avanzadas de reciclado, los nuevos materiales para generación y almacenamiento de energía, así como los sistemas de reconversión energética sostenible y de almacenamiento de CO2. Para ello, contará con las infraestructuras necesarias que permitan ensayos de equipos de alta potencia, además de redes y microredes para la realización de pilotos de gestión avanzada.

Por otro lado, en Badajoz, el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CEINNTEC) está enfocado a la innovación en la industria y en los servicios extremeños. Un espacio en colaboración con la Universidad de Extremadura, y la actividad investigadora y académica. Este parque tecnológico pretende ser, en palabras de la Administración extremeña, "un núcleo del conocimiento y la innovación empresarial para albergar la alta tecnología, a través de proyectos de I+D de carácter TIC". Este nuevo centro nacional de investigación está financiado en gran parte por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia del Gobierno central.

Estos centros forman parte de la agenda extremeña para avanzar hacia la transformación digital y tecnológica. "Todo ello con el fin de alcanzar el progreso económico y lograr la cohesión social y territorial, de manera que permita situar a Extremadura en un referente nacional", concluyen desde la región.