Rubiales no alza el vuelo en TV: rebaja del 75% del valor de Primera RFEF y sin ofertas por la Copa

Luis Rubiales no consigue levantar el vuelo de su proyecto estrella. La Primera Federación (nacida como Primera RFEF el pasado año) se creó con la intención de dar un paso más en la profesionalización de la categoría de bronce. La brecha con la Segunda División es abismal para la mayoría de equipos. Con ese objetivo se planeó, con promesas a los clubes, sobre un negocio que, sin embargo, no se ha consolidado.

En su primera temporada, su primer socio audiovisual, el fondo luxemburgués Fuchs, dejó una importante deuda tras comprometerse a pagar hasta 9,5 millones de euros por temporada, pero es que este curso la liga se ha vendido a falta de tres días para arrancar por una cantidad cercana a los 4 millones de euros, casi un 75% menos de los 15 millones de euros que pedía la federación. El contrato tendrá una vigencia de tres años.

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El afortunado que se ha quedado en exclusiva los derechos audiovisuales de la categoría es InStat TV, una OTT irlandesa que fue fundada en 2007 en Rusia por Alexander Ivanskiy. Los clubes se enteraron al mismo tiempo que todo el mundo de la designación. “Es un desastre”, explica a El Confidencial el presidente de un club de la categoría. Haciendo una división rápida, y haciendo una media (después hay variables por clubes), el acuerdo apenas dotará de 100.000 euros a cada equipo. Esto, al menos, por el contrato.

Otra cosa es que Rubiales decida, como hiciera el pasado año, asumir el roto que dejó Fuchs. En el comunicado en el que anunciaba la ruptura con Fuchs, la federación aseguró que “todos los clubes participantes en la categoría tienen garantizadas las cantidades acordadas respecto a los derechos audiovisuales de Primera Federación para la temporada pasada y la actual”.

En un principio, a los equipos se les prometió que esta nueva categoría de 40 equipos –dividida en dos grupos– les dejaría un mínimo de 300.000 euros, y para ello tenían la obligación de realizar importantes inversiones en su campo (césped natural, aforo mínimo de 4.000 espectadores…) y en sus presupuestos, con un aval mínimo de 200.000 euros, entre otros puntos.

En un escueto comunicado, que difiere de la rueda de prensa que hizo el pasado año para el acuerdo con Fuchs, la Rfef considera que la Primera Federación experimentará “un gran salto de calidad” tras este acuerdo por el que “esta prestigiosa plataforma internacional de retransmisiones deportivas se encargará de ofrecer todos los encuentros de la categoría”.

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¿Y cuánto costará ver la competición? Con las aficiones ansiosas por saber dónde verían el primer partido de la temporada, InStat TV ha tenido la deferencia de regalar las dos primeras jornadas de forma gratuita para todos sus nuevos suscriptores. Después, la suscripción, que incluye toda la fase regular, fase de ascenso y de descenso, tendrá un coste de 59,90 euros para toda la temporada, con posibilidad de optar por una cuota mensual de solo 10 euros.

Sin TV para la Copa

Este acuerdo de última hora para la Primera Federación no es la primera situación compleja con la que ha tenido que lidiar Rubiales en lo relativo a los vitales contratos de televisión de sus competiciones. Sin el femenino, que pasa a ser profesional y ser gestionado por los clubes de élite, y con el fútbol sala judicializado, la Copa del Rey es el próximo contrato que tiene que resolver.

Pese al atractivo del nuevo formato de competición, los 22,1 millones de euros anuales que pedía la federación eran demasiados para los operadores. En abril lanzó un primer tender para el ciclo 2022-2025 en el que nadie cumplió con las expectativas del organismo. Para el segundo, la federación ha decidido trocear el lote principal y así intentar obtener la misma cantidad por diferentes vías: 14,1 millones de euros por los partidos en abierto y 8 millones por los de OTT.

La Rfef busca con ello unas plusvalías notables respecto al último contrato, por el que Mediaset y DAZN han pagado algo menos de 14 millones de euros por temporada. Rubiales quería hacer crecer la factura más de un 50% en un momento en el que los precios de los derechos audiovisuales están estabilizados, cuando no a la baja, principalmente en la tele en abierto.