Siete razones por las que Galán afronta su junta más difícil como CEO de Iberdrola en 20 años

Iberdrola y su presidente ejecutivo, Ignacio Sánchez Galán, vivirán este viernes en Bilbao una de sus juntas de accionistas más difíciles en los 20 años que lleva al frente de la compañía.

Prueba de las dudas, señalan fuentes del sector, es el dividendo de "involucración", reinterpretación de la antigua prima de asistencia, que la empresa dará a los accionistas que acudan a la cita. El bajo 'quorum' logrado el año pasado, del 65,83%, muy lejos de los habituales, que rondan o superan el 75% en los últimos años, lo impulsa a esta medida, siempre y cuando se alcance al menos un 70% de 'quorum', que dejaría en una situación más confortable a la empresa.

En este contexto, no se pueden desdeñar algunas cuestiones que desde el punto de vista de la gobernanza acarrea Iberdrola en el último año. Por ahora, la compañía cuenta con el aval de las cifras y el apoyo del primer 'proxy advisor' del mundo, ISS, que influye en muchos grandes inversores institucionales. Iberdrola señala que ha recomendado votar a favor de todos los puntos del día de la asamblea anual ordinaria. Esta firma vota sistemáticamente en contra de la reelección de Galán y todos los presidentes ejecutivos que no separan la figura del presidente del consejo de la del consejero delegado. Pero Galán no tendrá que someterse a la reelección del cargo hasta 2023, si así se propone a la junta.

Sin embargo, en el mundillo inversor creen que el partido aún no está ganado y si se gana creen que no será por goleada, como suele ser habitual, dados los cada vez más elevados estándares de ESG ('environmental, social and governance') que siguen los grandes fondos y otros inversores. Aquí se presentan siete ejemplos que pueden tener influencia sobre los accionistas a la hora de votar.

1. Caso Villarejo

A diferencia de otros años, Sánchez Galán acudirá a la cita imputado por la Audiencia Nacional por presunto delito continuado de cohecho activo, un delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil en el caso que investiga la contratación de José Manuel Villarejo dentro de la trama Cenyt. Pese a las peticiones de eliminar esta condición, como ha pasado a los primeros espadas de otras firmas como Repsol o CaixaBank, el juez Manuel García Castellón mantuvo hace algo más de un mes esta condición de investigado al ingeniero salmantino.

La empresa asegura desde que se abrió el caso que se circunscribe al ámbito reputacional, pero otros analistas y fuentes del sector creen que la metástasis podría haberse extendido ya al negocio. También en este ejercicio, las autoridades de Nuevo México (EEUU) rechazaron que Avangrid, su filial en EEUU, cerrara la compra de PNM Resources por la investigación criminal que se sigue sobre la empresa, entre otras razones. Es decir, que el caso judicial ha contribuido a la negativa sobre una de las mayores operaciones pretendidas por la multinacional, valorada en unos 7.000 millones de euros, y de la que aún no ha desistido.

2. Caso manipulación de la luz

Aunque puede que sea el caso judicial que de forma más fuerte afecta a la empresa, no es el único. La Audiencia Nacional, en este caso el juez Ismael Moreno, ha procesado a la compañía por la presunta manipulación del precio de la luz con el uso de sus centrales hidroeléctricas.

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3. Caso trama eólica

Los frentes judiciales no acaban ahí. KPMG ha obligado por primera vez a la empresa a incluir en su memoria anual como causa de daño reputacional su implicación en la trama eólica de Castilla y León. Aunque ha pasado más desapercibido, se trata del mayor caso de corrupción con mordidas millonarias en Castilla y León, por el que el juez ya ha solicitado fianzas de hasta 800 millones de euros.

Iberdrola añadía este año el riesgo para la empresa de este caso: "La apertura del juicio oral dictada por el Juzgado de Instrucción n.º 4 de Valladolid por la presunta trama eólica en Castilla y León, que emplaza a Iberdrola Renovables de Castilla y León SA como responsable civil subsidiario, por la cuantía de 11.257.500 euros, solidariamente con la Junta de Castilla y León".

4. Los 10 millones de 'tontos'

Fuera del ámbito judicial, aunque dentro del reputacional, destaca el enfrentamiento abierto que ha mantenido con el Gobierno en el año de la mayor crisis energética desde la crisis del petróleo de los años setenta. Aunque Iberdrola pidió perdón posteriormente, el presidente Galán calificó de "tontos" a más de 10 millones de consumidores acogidos a la tarifa regulada y que representan casi el 40% del mercado. Fuentes del sector aseguran que era un dardo envenenado al presidente Pedro Sánchez, que asistía al acto en que se produjeron las palabras. La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, aseguró en público que esas palabras le producían un "profundo bochorno".

Aunque hay quien cree que es un simple gesto posteriormente rectificado por la empresa, otros ven un frente de animadversión que puede ser tenido en cuenta por el accionista minoritario. No hay que olvidar que 3,3 millones de familias acogidas a la tarifa regulada son suministradas directamente por Iberdrola.

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5. Batalla con la industria (incluida la vasca)

Además de contra el Gobierno, Galán también ha abierto un frente contra la industria de gran consumo de luz, encabezada en la actualidad precisamente por otro empresario vasco como es José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor. Ante las peticiones de que se bajara la luz, Galán respondió a Jainaga que se bajaran los precios también de los productos que estas industrias fabrican y ponía la responsabilidad de no tener precios asequibles en la propia industria, que no se cubría a futuro.

El choque motivó un respaldo unánime de la industria consumidora al presidente de Sidenor, además de afear la actitud de Galán. En este sentido, las fuentes consultadas señalan que la guerra con la industria, con empresas vascas muy directamente afectadas, puede no venir del todo bien a los intereses de Iberdrola en la junta, máxime cuando se apela al minoritario por miedo al voto contrario de grandes fondos. Desde el sector, se preguntan cómo puede influir el PNV en esta cuestión concreta.

6. Investigación por puertas giratorias

Las puertas giratorias han seguido girando en 2021 y 2022, lo que de nuevo puede afectar al sentimiento del inversor. No en vano, se vota la incorporación de Isabel García Tejerina, exministra del PP, como consejera independiente de Iberdrola, aunque ya estaba unida a la firma como consejera de Neoenergía, su filial brasileña. Su excompañera de gabinete con Rajoy, Fátima Báñez, también ha pasado del consejo de Iberdrola México, en horas bajas por los choques con el Gobierno de López Obrador, a la filial estadounidense, Avangrid.

Otro caso que generó polémica y disputa con el PSOE este ejercicio fue el fichaje como vicepresidente de Iberdrola España de Antonio Miguel Carmona, excandidato del Partido Socialista a la alcaldía de la Comunidad de Madrid.

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En este sentido, destaca la investigación que está llevando a cabo la defensora del pueblo de la Unión Europa, con el aval del Parlamento Europeo, por el fichaje de Emma Navarro, exvicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, que tres meses después de dejar el cargo ya contactó con Iberdrola y poco después fue nombrada consejera de Iberdrola España.

Durante su mandato, dio más de 1.000 millones en créditos blandos a la eléctrica, y tras fichar por Iberdrola, la solicitud y provisión de financiación barata para la firma con sede en Bilbao ha crecido con más fuerza que nunca (casi otros 1.800 millones de solicitudes).

7. El supersueldo

Por último, y no por eso menos importante, una cuestión de debate recurrente en las juntas de Iberdrola es el sueldo del presidente. De hecho, el 'proxy advisor' Glass Lewis ha mostrado preocupación por el sueldo de 13,2 millones de euros que se embolsa este año el primer ejecutivo de la compañía. No obstante, pide el voto favorable en todos los puntos.

Galán se apoya en las cifras

Desde Iberdrola, confían en el valor creado por su presidente. La compañía ha llegado a estar en los últimos meses como la primera cotizada del Ibex 35, superando los 70.000 millones de euros de capitalización en determinados momentos. Cuando Galán llegó a la compañía, las acciones de Iberdrola valían menos de cuatro euros y ahora mismo rozan los 10. Además, hace menos de un año se movieron en los 11,5 euros por título. En 2021, Iberdrola ganó algo menos de 4.000 millones, con una facturación cercana a los 40.000 millones de euros. Y subió otro 5% el dividendo.

Sus planes de inversión están entre los más ambiciosos que existen en el panorama empresarial europeo. Su plan estratégico contempla desembolsos de hasta 75.000 millones de euros hasta 2025, cantidad que ha llegado a decir que doblará al final de la década. Bajo su mandato, la empresa fue una de las primeras en apostar por las renovables y sigue a la vanguardia tanto en diversificación geográfica como en nuevas tecnologías ('offshore', almacenamiento, etc.).

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También ahora continúa con ambición en los proyectos de transformación como el hidrógeno, con sólidas apuestas como la de Puerto Llano o Huelva. También en cuanto a marca supo ver antes de su efervescencia que el feminismo y el ecologismo eran banderas culturales en emergencia, y ahora es una marca bien consolidada en deporte femenino o proyectos sociales relacionados con el medio ambiente.

Con este cóctel, Galán afronta una muy importante meta volante, que tendrá, quizá, como meta final la junta de accionistas del año que viene, cuando someta su cargo a cuatro años más, si es que así se propone.