'Bye, bye', Tryp: Meliá borra las últimas huellas de la operación que marcó su historia

Un hito en la historia del sector hotelero español. Así definió la propia Meliá la compra de la cadena Tryp, operación que permitió al grupo de la familia Escarrer entrar en el top ten de las empresas hoteleras más importantes del mundo, alcanzar los 410 establecimientos y superar el listón de las 100.000 habitaciones.

Corría el verano del año 2000 y entonces las operaciones todavía se calculaban en pesetas: 60.000 millones de las antiguas puso la saga mallorquina sobre la mesa, algo más de 360 millones de euros, para hacerse con los 75 hoteles que tenía Tryp en España, el Caribe, Túnez y Portugal, la inmensa mayoría de ellos, en régimen de alquiler.

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Una década después, en medio de la dura crisis subprime, los Escarrer vendieron la marca Tryp a Wyndham, el mayor franquiciador del mundo, por 36 millones de euros, un acuerdo que permitió a Meliá quedarse como gestor de los establecimientos donde ya operaba con esta insignia, incluidos los cerca de 30 que había entonces en España, y la voluntad conjunta de hacerla crecer bajo un acuerdo de franquicia.

Sin embargo, la realidad ha terminado siendo justo la contraria: desde el pasado 1 de enero, la marca Tryp ha desaparecido de nuestro país. Los más de 20 hoteles que todavía lucían su marca dentro de nuestras fronteras, y cuyo contrato expiraba en 2021, han pasado a estar bajo el paraguas de 'Affiliated by Meliá', sello que la cotizada lanzó hace apenas un año con la idea de crecer rápidamente en pandemia. Y lo ha conseguido.

En apenas 12 meses, la compañía ha conseguido sumar 53 establecimientos 'Affiliated by Meliá', en torno a la mitad de los cuales proceden de los antiguos Tryp. Esta marca tampoco luce ya en ninguno de los establecimientos que gestionaban los Escarrer fuera de España, con dos únicas excepciones en Cuba. En un abrir y cerrar de ojos, la insignia de Wyndham ha quedado reducida a un cascarón vacío.

Al corte de este cordón umbilical, se suma el que está a punto de romper para siempre el lazo que un día unió a los Escarrer con los Calero, Briones y Mazin. Estas tres familias fundaron Tryp Hoteles en 1975 y, tras vender la compañía a la entonces Sol Meliá, se quedaron como accionistas con un 7,2% del capital y con la propiedad de 18 establecimientos.

Desde el pasado 1 de enero, la marca Tryp ha desaparecido de nuestro país y la mayoría de esos hoteles se han unido a 'Affiliated by Meliá'

Estos hoteles, agrupados bajo el paraguas de la sociedad Equity Inmuebles, firmaron con la empresa mallorquina un contrato de alquiler a 75 años que saltó por los aires con el estallido de la crisis subprime. Entonces, Meliá intentó ajustar a la baja la renta para compensar los embistes de la crisis, petición que sus antiguos socios rechazaron y que los llevó a enfrentarse en los tribunales.

Tras un duro tira y afloja, las dos partes acordaron recortar drásticamente, a 22 años, el acuerdo que les unía, plazo que vence el próximo mes de diciembre y que pondrá el punto y final a una operación que ha marcado la historia de la hotelera.

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Como adelantó El Confidencial el pasado miércoles, esta empresa ha mandatado a JLL para vender los 17 hoteles que aún conserva (el antiguo Rex de Gran Vía lo vendió hace unos años) y que a partir del próximo diciembre quedarán libres para ser explotados por cualquier operador. El proceso está llamado a ser la operación hotelera del año, tanto por el número de establecimientos, como por el importe de 700 millones de euros en que se está valorando la cartera.

Las fuentes consultadas aseguran que las heridas del pasado todavía siguen abiertas en las relaciones entre las familias fundadoras de Tryp y los Escarrer, lo que 'a priori' invita a descartar la posibilidad de que una oferta en la que participe Meliá vaya a ser recibida como amistosa. Sin embargo, la hotelera ya ha dejado claro que quiere mantener algunos establecimientos, eso sí, con fórmula de 'asset light' (sin tener la propiedad) y que está analizando ya diversas posibilidades.