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La cita de Pallete con Abascal por las críticas de Broncano, Buenafuente y 'El País'
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REUNIÓN EN LA SEDE DE TELEFÓNICA

La cita de Pallete con Abascal por las críticas de Broncano, Buenafuente y 'El País'

El presidente de Telefónica se reúne con el líder de VOX para aplacar las críticas en redes sociales del partido de derechas a los medios de Movistar y de Prisa

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE)
El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE)
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La libertad de expresión en España ha sido puesta en duda hasta por la Administración de Estados Unidos, que ha acusado al hasta hace unos días vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de coaccionar e intimidar a periodistas. Pero el líder de Unidas Podemos no es el único que arremete contra los grupos editoriales que publican informaciones que no son de su agrado, según explican fuentes políticas. Su principal opositor, Vox, al otro extremo del Parlamento, se queja también a las grandes fuerzas mediáticas y empresariales por considerar que no le tratan como se merece.

Según estas fuentes, Santiago Abascal, el líder del partido conservador, pidió meses atrás una reunión con José María Álvarez Pallete, el presidente de Telefónica, por las críticas que su organización política recibía de algunos de los programas de Movistar+ y desde Prisa (propietario de 'El País' y 'Cadena Ser'), de la que la operadora de telecomunicaciones tiene algo más del 9% del capital. En esta última, además, ha ejercido suficiente influencia como para inclinar la balanza en el último cambio de consejo de administración.

"¿Saben los accionistas y los clientes de Telefónica que esa empresa está demonizando y criminalizando a media España a través de sus canales de Prisa o en Movistar"?, criticó con dureza el político en Twitter en un par de ocasiones contra la compañía. "Sus millonarios directivos deben dedicarse a gestionar y no a convertirse en voceros de la dictadura progre", le espetó Abascal, poniendo un vínculo a un tuit del periodista Hermann Tertsch en el que aseveraba que "esta es la televisión de Movistar, la tele de Telefónica que rebañó de todas las teles la peor basura vil, amoral, separatista, antiespañola y miserable".

Por si fuera poco, el polémico columnista resaltaba que "Álvarez Pallete es directo responsable de la bajeza abismal diaria. No mejora la acción riéndose de los muertos y de los enfermos", en referencia a unas escenas de 'La Resistencia', el programa de David Broncano en el que se jaleaba con sorna al coronavirus. La reacción de los seguidores de Abascal en Twitter fue pedir el boicot a Telefónica y Movistar, un llamamiento que preocupó en la sede de la Ronda de las Comunicaciones, sede de la compañía.

Desde que fue nombrado presidente hace ahora justo cinco años y para marcar distancias con su antecesor, César Alierta, Pallete decidió alejarse del ecosistema político. Romper las servidumbres que habían vinculado a Telefónica a movimientos de asalto a la cúpula del PSOE en favor de Susana Díaz y en contra de Pedro Sánchez. El nuevo mandamás de la operadora quería ser únicamente un empresario de telefonía, redes y datos y no un pantocrátor del Estado, como había acabado siendo Alierta.

Pero el ataque de Abascal le hizo activar las alarmas, sobre todo porque Telefónica perdía clientes en España mes a mes en favor de MásMóvil y porque los suscriptores de Movistar TV habían bajado cerca de 80.000 usuarios en los últimos doce meses. Por ello Pallete accedió a reunirse con Abascal, cuyo talante en el cuerpo a cuerpo no se parece en nada al que muestra cuando se sube a un púlpito para lanzar sus soflamas políticas. Lejos de su vocabulario hiriente, siempre al ataque, el líder de Vox es una persona educada, que usa un lenguaje de pocos decibelios y con una fuerte empatía.

placeholder José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica (EFE)
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica (EFE)

Desde Telefónica se indica que no se hace pública la agenda de Pallete, que tendió puentes con Pedro Sánchez en cuanto llegó a la Moncloa para explicarle que el apoyo a Susana Díaz fue un asunto personal de Alierta, no de la compañía, al tiempo que indican que su obligación es escuchar a todas las partes de la sociedad española.

El encuentro lo amasaron las personas más próximas al presidente de Telefónica y al líder político. Abascal tiene de 'alter ego' a Kiko Méndez-Monasterio, la persona que le prepara los argumentos con los que intenta desmenuzar a la izquierda más extrema y debilitar a la derecha más tradicional. En 1999 un juez condenó al asesor de Abascal por agredir junto a otro compañero a Pablo Iglesias, entonces un alumno de 19 años de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, sin relevancia pública alguna, ligado a la denominada Unión de Estudiantes Progresistas y de Izquierdas del mencionado centro.

Según concluyó la sentencia del Juzgado de Instrucción 8 de Madrid el 26 de abril del citado año, Méndez-Monasterio y su colega, Marcos Calero, eran culpables de dos faltas de lesiones y de amenazas contra Iglesias y otros dos alumnos. La agresión se produjo justo un año antes, el 17 de marzo de 1998, cuando los condenados, miembros del partido Alianza por la Unidad Nacional —liderado por Ricardo Sáenz de Ynestrillas—, dieron "golpes y patadas" bajo el grito "os vamos a rajar" a los tres estudiantes de izquierdas.

Aquello quedó en un acuerdo de paz que ha silenciado cualquier crítica pública de Abascal a los medios vinculados a la operadora

Pese a estos antecedentes, Kiko y Santi –como se le conoce a Abascal– pusieron de manifiesto ante Pallete sus virtudes más diplomáticas, alejadas de cualquier estridencia de la política diaria. El presidente de Telefónica les explicó que los programas de Movistar sobre el de Broncano y el de Buenafuente así como los medios de Prisa tienen absoluta independencia editorial y que la compañía no influye en el día a día de las informaciones. Les explicó que habrá días que les guste más o menos lo que se dice en su televisión de pago o en 'El País' y 'La SER', pero que Telefónica no da ninguna indicación ni presiona en dirección alguna.

Aquello quedó en un acuerdo de paz que ha silenciado cualquier crítica pública de Abascal a los medios vinculados a la operadora de telecomunicaciones. Más aún, algunas fuentes señalan que cuando, contra toda sorpresa, Vox se abstuvo en la votación en el Congreso de los Diputados para que el PSOE sacara adelante la moción de los fondos europeos, influyó en parte una llamada de Telefónica. En ella le pidieron que, por el bien del país, no bloqueara una iniciativa en la que España se jugaba 140.000 millones de euros.

Un dinero procedente de Europa necesario, vital, trascendental para resucitar a la cuarta economía del Viejo Continente, tocada de muerte por el covid-19 y unas deficiencias estructurales que la hacen depender casi en exclusiva del turismo y del ladrillo.

La libertad de expresión en España ha sido puesta en duda hasta por la Administración de Estados Unidos, que ha acusado al hasta hace unos días vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de coaccionar e intimidar a periodistas. Pero el líder de Unidas Podemos no es el único que arremete contra los grupos editoriales que publican informaciones que no son de su agrado, según explican fuentes políticas. Su principal opositor, Vox, al otro extremo del Parlamento, se queja también a las grandes fuerzas mediáticas y empresariales por considerar que no le tratan como se merece.

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