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Protestas en Vigo contra la apertura de la factoría de PSA Peugeot Citroën
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Protestas en Vigo contra la apertura de la factoría de PSA Peugeot Citroën

La compañía desoye la petición sindical de paralizar la planta por precaución pero cede ante la falta de componentes

Foto: Fábrica de Vigo de PSA, en una imagen de archivo de 2018..
Fábrica de Vigo de PSA, en una imagen de archivo de 2018..

Además de los aplausos de todas las noches para los sanitarios, en los balcones de Vigo también suenan las cacerolas. Lo hicieron el domingo para demandar la paralización de la planta de PSA Peugeot Citroën, en la que trabajan más de 7.000 personas. La gran mayoría de ellas se han reincorporado esta mañana a sus puestos de trabajo, lo que obliga a su vez a mantener la producción en las empresas auxiliares, que suman otros 2.000 empleados. Finalmente, la compañía acabo cediendo no por la presión sindical, sino por los problemas de suministro de sus principales proveedores y por la caída “repentina” de la demanda de automóviles.

La petición la formalizaron los sindicatos el pasado viernes, cuando se anunció la declaración del estado de alarma, alegando que los miles de contactos entre sus trabajadores se convierten en un posible foco de propagación del virus. Este domingo, los cuatro principales organizaciones sindicales reiteraron su petición de “paralización inmediata” en Vigo, a través de un comunicado conjunto en el que aseguran que no se cumplen “las garantías preventivas mínimas” exigidas por el Gobierno. Pero la dirección de la compañía optó por mantener su actividad “mientras la situación, el marco legal y el suministro de piezas lo permitan”, aunque con una intensificación de la “actuación preventiva" frente al coronavirus. Esa situación se producirá el miércoles, tal y como anunció el grupo a primera hora de la tarde.

Foto:  Imagen de la campa de Volkswagen Navarra con los últimos vehículos salidos de la producción. (EFE)

Las medidas preventivas consistían en asegurar el distanciamiento recomendado entre los empleados, el reforzamiento de la limpieza, la prohibición de viajes o los protocolos para evitar la entrada de personas procedentes de zonas de riesgo. Desde el viernes, la dirección de la planta propuso que los empleados puedan utilizar bolsas de horas o permisos retribuidos y trabajar a distancia para cuidar a sus hijos ante la suspensión de las clases y “todos los mecanismos de flexibilidad disponibles”.

Son medidas que los sindicatos consideran insuficientes, por lo que UGT, CUT, CC OO y CIG se han dirigido a Inspección de Trabajo “como organismo responsable en garantizar el cumplimiento de las medidas” de protección. PSA Vigo expuso a primera hora de este lunes que, al menos hasta este domingo, “no hay ningún empleado positivo por Covid-19, y que en caso de producirse “se gestionará conforme a los protocolos establecidos”.

Foto: (Reuters)

Anunció además nuevas medidas de prevención, para evitar la concentración de personas. Entre ellas, se anulan los tornos de entrada y las salida, se aplaza 15 minutos el inicio de la jornada y se adelanta otros 15 minutos su final y se refuerza la limpieza en zonas comunes. También se ha impuesto que los empleados accedan a la planta con el uniforme ya puesto, mientras se facilita el teletrabajo para aquellos empleados que puedan realizar su labor desde sus domicilios.

La decisión de Renault e Iveco de cerrar sus principales plantas de producción en España incrementó el tono de las protestas en las redes sociales, y se convocó una nueva cacerolada para esta noche bajo el hashtag #CaceroladaPSA. Llegó después el anuncio del cierre, acogido con alivio por los empleados, que deseaban no obstante no acceder a sus puestos este martes. La compañía, que engloba las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall, cerrará su planta de Madrid desde este hoy y mañana lo hará la de Zaragoza (Figueruelas).

Además de los aplausos de todas las noches para los sanitarios, en los balcones de Vigo también suenan las cacerolas. Lo hicieron el domingo para demandar la paralización de la planta de PSA Peugeot Citroën, en la que trabajan más de 7.000 personas. La gran mayoría de ellas se han reincorporado esta mañana a sus puestos de trabajo, lo que obliga a su vez a mantener la producción en las empresas auxiliares, que suman otros 2.000 empleados. Finalmente, la compañía acabo cediendo no por la presión sindical, sino por los problemas de suministro de sus principales proveedores y por la caída “repentina” de la demanda de automóviles.

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