Es noticia
Cajeros del supermercado en primera línea de coronavirus: "Estamos muy expuestos"
  1. Empresas
PRESIONADOS POR LA AVALANCHA DE COMPRAS

Cajeros del supermercado en primera línea de coronavirus: "Estamos muy expuestos"

La avalancha de compras compulsivas por la psicosis del coronavirus somete a empleados de los supermercados a una fuerte presión. Uso de guantes, geles y distancia física son sus profilácticos

Foto: Una cajera con guantes en un MasyMas de Bétera (Valencia)
Una cajera con guantes en un MasyMas de Bétera (Valencia)

Son días de mucho estrés en los supermercados españoles. El anuncio del estado de alarma realizado por el Gobierno ha lanzado a miles de consumidores a realizar compras compulsivas por todo el país para hacer acopio de alimentos y productos de higiene. La primera experiencia de aluvión impulsivo se produjo a principios de semana, cuando la Comunidad de Madrid decretó el cierre de colegios y centros docentes como consecuencia del incremento descontrolado de infecciones por coronavirus. Muchos establecimientos vieron cómo volaba la mercancía de los expositores, hasta el punto de que las principales cadenas de distribución se vieron obligadas a acelerar compras con sus proveedores y, a la vez, a transmitir mensaje de que el abastecimiento está garantizado.

Sin embargo, esas escenas han vuelto a repetirse en los dos últimos días, esta vez por tiendas de toda España, coincidiendo con las medidas más drásticas de control de movimientos y cierre de locales y lugares públicos que están adoptando tanto el Gobierno central como las Comunidades Autónomas. Estantes vacíos, colas a las puertas de los supermercados y carros hasta arriba de todo tipo de productos han sido la tónica desde el jueves por la tarde y, especialmente, viernes y sábado. Mercadona, Carrefour, Lidl, Alcampo, Consum, MasyMas... Todos han tenido que exprimir sus cadenas de suministro y logísticas para poder atender la fuerte demanda. La cooperativa valenciana Consum incluso ha limitado a seis el número de productos de la misma referencia que puede llevarse el comprador con el fin de trata de controlar las compras impulsivas y el acopio descontrolado.

Colas antes de entrar en el súper.

En primera línea de esta vorágine hay un ejército de miles de empleados que llevan una semana soportando una importante sobrecarga de trabajo y de tensión añadida porque están en contacto directo con multitud de clientes a lo largo de su jornada. Son los cajeros y reponedores. Y una cosa sorprende de entrada viéndolos trabajar: en plena crisis sanitaria por la propagación del Covid-19, el uso de guantes o mascarillas no está generalizado. "Lo de los guantes es voluntario, yo sí he decidido ponérmelos. Los que hacemos es intentar no coger el dinero o las tarjetas de la mano y cosas así, pero no tenemos muchas otras formas de tomar medidas", explica una cajera de un MasyMas de Bétera (Valencia). "Somos los que estamos más expuestos", señala otra trabajadora de un Consum del área metropolitana de Valencia mientras trata a duras penas de reponer estanterías vacías tras una avalancha de compras el sábado por la mañana.

placeholder Una cajera con guantes y desinfectante. (EFE)
Una cajera con guantes y desinfectante. (EFE)

"Desde el lunes esto ha sido una locura. Estos últimos días hemos regulado más las horas y va mejor, pero el resto ha sido una locura estábamos totalmente desbordados. Se ha pensado en el dinero, no en el trabajador, hasta que no nos hemos quejado 10.000 veces no nos han puesto guantes. No nos proporcionaban gel. Ayer conseguimos que se aprobara esto, ayer. Aquí la gente está muy nerviosa, estamos teniendo algún caso (de coronavirus). Ha habido cuatro o cinco personas que están de baja (no están confirmados). Por otro lado seguimos sin mascarillas", señala otro cajero-reponedor de una tienda de Mercadona en Madrid.

Foto: Dos mujeres con mascarilla y guantes se abastecen en un supermercado en Bilbao. (EFE)

"Tenemos guantes y gel hidroalcohólico a disposición de los trabajadores. Además, estamos incorporando en las tiendas tanto papel como geles desinfectantes para que nuestros clientes puedan usarlo durante su estancia en la tienda y mientras hacen uso de los carros. Y también estamos reforzando la limpieza de todos nuestros centros, al tiempo que hemos reforzado la seguridad de nuestras tiendas con personal autorizado. En la sección de perfumería, hemos tomado la decisión de retirar los probadores en perfumería por cuestiones de higiene", contraponen fuentes oficiales de Mercadona.

El mensaje era similar desde Consum, con la idea de que el uso de guantes no garantiza la profilaxis contra el virus porque puede quedarse en ellos. "Hemos consultado a las autoridades sanitarias y ni los guantes ni las mascarillas son necesarias. Estamos insistiendo en el lavado de manos, pero aun así estamos implantado el uso de guantes entre todo el personal del supermercado. Los de sección ya los llevaban de siempre y ahora se están implantando en caja y reposición". En ciudades como Igualada (Barcelona), donde se ha producido un cierre total como consecuencia del incremento exponencial de casos de coronavirus, sí están usando mascarilla los empleados de la cooperativa de distribución.

El nivel de estrés que están soportando los cajeros y reponedores que trabajan dentro del súper es notable. Un ejemplo claro es el vídeo que circulaba este sábado en una tienda del barrio de Malilla de Valencia en el que decenas de personas se agolpan en la puerta justo antes de la apertura y entran en avalancha a comprar. En las imágenes se observa a los empleados de la cadena de Juan Roig pidiendo calma y prudencia a los consumidores. "Es cierto que Mercadona está tomando medidas, pero las está tomando tarde y no son suficientes. Son completamente insuficientes. Nos han decretado desde ayer que podamos controlar la afluencia. Hasta ahora no podíamos, los días anteriores a esto era una locura. Tenemos miedo, porque tenemos que hacer más horas y estamos más expuestos aquí a ponernos enfermos. Tenemos esperanza de que limiten la afluencia de gente ahora que hay estado de alarma".

Sin embargo, el decreto gubernamental que acompaña el estado de alarma en España no establece limitaciones claras al acceso tumultuoso de clientes. El texto señala: "En todo caso, se evitarán aglomeraciones y se controlará que consumidores y empleados mantengan la distancia de seguridad de al menos un metro a fin de evitar posibles contagios". Van a tener que ser las cadenas de distribución las que regulen los accesos y las compras, como ha hecho Consum con la limitación a seis de la misma referencia. "Es la primera vez que tengo una compra de 700 euros", afirma sorprendida una cajera de esta empresa en Náquera (Valencia). Es cierto que la lógica lleva a pensar que una vez pasada la explosión de acopio por la alarma inicial, el comportamiento de los consumidores debería regresar a una cierta normalidad, pero algunas cadenas han reducido el horario de apertura al público para mejorar su logística.

placeholder Compras de alimentos y productos básicos en un supermercado en el centro de Barcelona este sábado. (EFE)
Compras de alimentos y productos básicos en un supermercado en el centro de Barcelona este sábado. (EFE)

"Aquí se ha pensado en vender, vender, vender, al trabajador se le ha prestado atención tarde. Queremos tener tranquilidad pero no se puede, hay muchos nervios e incertidumbre. Echamos más horas y estamos triplicando las ventas todos los días. Deberían reducirnos las jornadas para estar lo menos posible en contacto con la enfermedad", afirma un empleado de Mercadona. "Ahora, han tomado más medidas como contratar una empresa de limpieza para garantizar nuestra seguridad, o aumentarnos un 20% el salario", añade.

"Somos un sector que está en primera línea, por ese motivo, Juan Roig y su comité de dirección han decidido premiar el esfuerzo que los trabajadores están realizando", afirman desde Mercadona en referencia a la prima de una quinta parte sobre el salario de marzo que la empresa prevé repartir a la plantilla para compensar el exceso de trabajo y la tensión que está viviendo. El empresario valenciano ha sido el primero en adoptar esta medida.

Los cajeros, héroes en cierto modo por tener que soportar y dar servicio en silencio a la psicosis compradora y a faltas de respeto de muchos consumidores, lanzan un mensaje a los clientes, como este de un trabajador de una tienda de Mercadona en Madrid: "Me gustaría que se llamara a la tranquilidad, algunos clientes nos comparan esta situación con Venezuela. Mercadona nos ha transmitido que no va a haber restricciones ni desabastecimientos, pero pedimos respeto, nosotros no podemos quedarnos en casa, tenemos que dar servicio, pedimos que la gente mantenga la distancia para que no enfermemos y que si tiene que ir una familia que vaya solo uno".

Son días de mucho estrés en los supermercados españoles. El anuncio del estado de alarma realizado por el Gobierno ha lanzado a miles de consumidores a realizar compras compulsivas por todo el país para hacer acopio de alimentos y productos de higiene. La primera experiencia de aluvión impulsivo se produjo a principios de semana, cuando la Comunidad de Madrid decretó el cierre de colegios y centros docentes como consecuencia del incremento descontrolado de infecciones por coronavirus. Muchos establecimientos vieron cómo volaba la mercancía de los expositores, hasta el punto de que las principales cadenas de distribución se vieron obligadas a acelerar compras con sus proveedores y, a la vez, a transmitir mensaje de que el abastecimiento está garantizado.

El redactor recomienda