La industria registra la mayor caída del consumo de electricidad de la serie histórica

Mientras la política española sigue ensimismada en sus disputas internas, la industria nacional languidece. Y el deterioro va 'in crescendo'. Así lo atestigua el consumo de electricidad, uno de los mejores termómetros para medir la evolución de la actividad.

Según el índice que publica Red Eléctrica, "con los datos de junio se habría cerrado un segundo trimestre con los peores resultados observados a lo largo de toda la serie [que se inicia en 2010], acumulando unas caídas interanuales de casi ocho puntos en industria".

Como si de una bola de nieve se tratara, las caídas de consumo eléctrico en la industria, corregidos de laboralidad y temperatura, no paran de crecer desde hace más de un año y medio.

Tras un largo periodo de crecimiento, en el primer trimestre de 2018 ya se dio el primer retroceso tímido del 0,7%. En el segundo trimestre, justo hace un año, la caída subió al 0,9%. Ya en el verano del pasado, el consumo de luz bajó un 3,7% y en último trimestre del año descendió al 4,4%. En el primer trimestre de este año siguió la tendencia bajista (-4,4%) pero el dato más preocupante es el de la primavera que acaba de terminar. El consumo de luz industrial se ha hundido un 7,9% interanual, lo que indica que el deterioro se ha acelerado con mucha fuerza.

El retroceso se extiende a casi todos los ámbitos de la actividad, con especial incidencia en algunos ámbitos estratégicos para la economía de determinadas zonas en España. La industria metalúrgica, que tiene el mayor peso de consumo eléctrico de todos, cayó un 15,4% en el segundo trimestre. Aquí se nota el descenso de actividad de grandes empresas como Alcoa.

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También ha sufrido un descenso récord del consumo la industria del automóvil. En el segundo trimestre bajó el gasto de luz un 11,9%, con especial caída en mayo y junio. Los datos de producción, ventas y exportación de vehículos en España están en línea con este bajón de consumo registrado. También la industria de coquerías y refino, importante sector de actividad en España, ha bajado con fuerza: más del 18%.

El sector industrial cuyo consumo eléctrico más ha retrocedido ha sido el de reparación e instalación de maquinaria y bienes de equipo, lo cual habla bien a las claras del parón en la actividad y el deterioro que amenaza en el medio plazo. En este sentido, las últimas revisiones al alza del PIB que se han dado esconden un descenso de las importaciones de bienes intermedios, lo que tiene efectos contables positivos en el corto plazo pero augura malos presagios si se pone la mira en el medio plazo.

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El descenso de consumo eléctrico se da en pleno cierre de algunas industrias y ajustes en otras. Ahí está el caso de Alcoa, que tiene en vilo aún a más de 700 trabajadores. Pero no es el único. Cemex decidió cerrar también en 2018. Otras, como Acerinox, ha decidido implementar un ajuste de plantilla en su fábrica de Los Barrios de 300 empleados. Todos ellos culpan de los altos costes energéticos a su falta de potencia competitiva exportadora, lo que les obliga a apretarse el cinturón en otros grandes frentes como son los gastos laborales.

En la industria del automóvil, aunque más tímidamente, también empiezan los ajustes. Nissan ha lanzado un ERE para más de 700 personas en su planta de Barcelona. También Ford en Almussafes está en esta línea y Mercedes en Vitoria ha hecho revisiones de producción a la baja y algunos creen que llegarán medidas traumáticas para los trabajadores más allá de los paros puntuales que está registrando.