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Carta urgente de los aceiteros al ministro de Agricultura tras el 'incendio' de la OCU
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amenazan con emprender acciones legales

Carta urgente de los aceiteros al ministro de Agricultura tras el 'incendio' de la OCU

El polémico estudio de los aceites vendidos como virgen extra sin serlo ha causado un terremoto en la industria. La patronal ha contactado con Planas para denunciar irregularidades en el proceso

Foto: Malestar en la industria aceitera tras el estudio de la OCU.
Malestar en la industria aceitera tras el estudio de la OCU.

Terremoto en la industria aceitera. OCU ha puesto en guardia a los fabricantes de Carbonell, La Española, Guillén, Hacendado o DIA, todos ellos acusados de dar 'gato por liebre' al cliente. Según el último estudio de esta organización de consumidores, 20 de las 41 marcas analizadas vendieron aceite de oliva como si fuera virgen extra sin serlo, lo que supone un fraude económico y deja en una posición comprometida a la mitad del sector. Las patronales Anierac y Asoliva ya han tomado cartas en el asunto.

Lo primero que han hecho es ponerse en contacto con el ministro de Agricultura, Luis Planas, para denunciar un estudio “con graves deficiencias” en su elaboración. “Sí, hemos puesto en conocimiento del Ministerio las irregularidades detectadas tanto en la toma como en la custodia de las muestras, así como el retraso en la elaboración de los análisis”, confirman desde la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac). Esta patronal y Asoliva representan al 80% del aceite de oliva envasado en España.

Foto: Aceite de oliva virgen extra. (iStock)

La carta de los aceiteros al Ministerio viene acompañada de documentos gráficos con los que Anierac y Asoliva pretenden demostrar que se han cometido irregularidades o errores graves en la conservación de las muestras. Como puede verse en las fotografías a las que ha tenido acceso este periódico, los recipientes que contienen los aceites no están perfectamente precintados y están situados junto a tuberías o grifos. “Las condiciones de humedad han podido deteriorar las muestras. El resultado es un informe mal hecho que sólo sirve para desprestigiar de manera injusta a todo el sector”, zanjan fuentes de la industria.

La industria aceitera denuncia "graves deficiencias" en la toma, custodia y tratamiento de las muestras

OCU rechaza las acusaciones de la industria aceitera con rotundidad. “Hemos tomado todas las precauciones necesarias en la elaboración de este informe, cumpliendo cada paso del reglamento a rajatabla”. Así responden desde la organización de consumidores en referencia al R/D 538/2015 por el que se regula la realización de estudios comparativos sobre productos alimenticios. Las muestras fueron tomadas en marzo y pasaron unas tres semanas en las instalaciones de esta organización, antes de ser enviadas a un laboratorio independiente.

En paralelo, OCU depositó dos muestras de cada aceite en dependencias de la Administración -en concreto, en un laboratorio adscrito al Ministerio de Agricultura-, como establece la normativa. Allí permanecen en una cámara refrigerada a temperatura estable, a la espera de que las marcas que no estén de acuerdo con los resultados del estudio las retiren para repetir los análisis (conocidos como contradictorios) antes de la publicación del informe, como así fue.

“Si alguien se atreve a cuestionar el laboratorio de referencia del Ministerio de Agricultura, adelante”, argumenta OCU en referencia a las fotografías de la discordia. En efecto, dichas imágenes fueron tomadas en dependencias de la Administración. Otras fuentes explican que esas instalaciones están certificadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) y cumplen todos los requisitos para garantizar una correcta conservación de las muestras.

Por otro lado, los aceiteros acusan a la OCU de basar las conclusiones del informe en criterios sensoriales -y subjetivos- de un panel de catadores. “En algunos lotes, existen discrepancias incluso entre los distintos laboratorios acreditados que han participado en el estudio”, critica Anierac. En efecto, las 20 marcas de la 'lista negra' aprueban los parámetros físico-químicos pero presentan en algún defecto leve en olor o sabor. Esto hace que puedan ser catalogados como virgen pero no como virgen extra, lo que supone una diferencia de precio de entre 40 y 50 céntimos.

La respuesta del Ministerio

“Se deben tomar las medidas adecuadas para que un sector de prestigio, con excelentes profesionales y productos, no se vea dañado por las irregularidades en el etiquetado”, indican fuentes de Agricultura. El Ministerio destaca la importancia del estudio para los consumidores pero deja claro que no se trata de un problema de sanidad ni detecta lampantes o mezcla de aceites en las muestras, a diferencia del informe de 2012.

El departamento capitaneado por Luis Planas se compromete a reforzar los mecanismos de control y seguimiento, en colaboración con las comunidades autónomas. Sólo ellas tienen potestad para sancionar en caso de fraude. También estudiará la posibilidad de “complementar las normas vigentes desde el punto de vista de la calidad y trazabilidad”. No obstante, no sólo no cuestiona el actual sistema de cata sino que lo pone en valor.

placeholder La OCU desvela un fraude económico, pues las marcas venden los aceites virgen a precio de virgen extra. (iStock)
La OCU desvela un fraude económico, pues las marcas venden los aceites virgen a precio de virgen extra. (iStock)

“Las normas en materia de categorización del aceite de oliva se deciden sobre la base del Consejo Oleícola Internacional (COI) y del Codex Alimentarium de Naciones Unidas (…) Por tanto, existe un marco jurídico sólido que debe ser bien aplicado”, concluyen desde el Ministerio de Agricultura. En cualquier caso, Luis Planas y su equipo no tienen competencias para atender las reivindicaciones de la industria aceitera. Si las empresas consideran que hay vulneración de derechos, deberán ponerlo en conocimiento de un juez.

Ya lo hizo Hojiblanca (entonces propiedad de Dcoop) a raíz del informe de 2012, cuando demandó a OCU por intromisión al honor y pidió una indemnización de 160.000 euros. Maeva hizo lo propio después de que la organización de consumidores destapara que su aceite no era virgen extra sino lampante, es decir, no apto para su comercialización. Ambas marcas perdieron la batalla en los tribunales, si bien esa sentencia no ha desanimado a las marcas salpicadas por el polémico estudio en esta ocasión. Por lo pronto, OCU ha recibido un burofax de los aceiteros en el que se reservan el derecho a emprender acciones legales.

Terremoto en la industria aceitera. OCU ha puesto en guardia a los fabricantes de Carbonell, La Española, Guillén, Hacendado o DIA, todos ellos acusados de dar 'gato por liebre' al cliente. Según el último estudio de esta organización de consumidores, 20 de las 41 marcas analizadas vendieron aceite de oliva como si fuera virgen extra sin serlo, lo que supone un fraude económico y deja en una posición comprometida a la mitad del sector. Las patronales Anierac y Asoliva ya han tomado cartas en el asunto.

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