Adolfo Domínguez concede todo el poder ejecutivo a la heredera Adriana Domínguez

Menos de un año, ese es el tiempo que ha necesitado Adriana Domínguez, la primogénita del diseñador Adolfo Domínguez, para demostrar que se merece ser la sucesora de su padre. En julio de 2017 accedió a la dirección general de la firma gallega de moda cuando se encontraba al borde del precipicio y en estos pocos meses ha logrado darle tal vuelta a la compañía que ha reducido las pérdidas en un 70% de los 22,7 millones a los 6,9 millones. Esto le ha valido subir un escalón más en el organigrama de la empresa.

Este viernes, Adolfo Dominguez ha comunicado la designación de Adriana como nueva consejera delegada, un cargo que llevaba vacante desde julio de 2016 con la salida Estanislao Carpio. En aquel entonces, el presidente asumió las funciones de CEO mientras se buscaba recambio, pero tras el fichaje fallido del italiano Costas Antimissaris en noviembre de ese mismo año, se decidió que navegara sin primer ejecutivo.

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Ahora, con la designación de la hija del diseñador, la familia se queda con el control total de la administración de su compañía. Casada con el presidente de Makro, todavía tiene por delante salvar la empresa que fundó su padre en 1976, con la apertura de la primera tienda en Orense en la que presentó su primera colección de hombre. Por el momento ha logrado salvar la situación crítica en la que se encontraba, pero le queda un largo camino por delante.

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Las acciones de la compañía avanzaban este viernes un 1% hasta los 7,38 euros, pero tras la moción de cesura y el apoyo de Ciudadanos se ha dado la vuelta con el resto del mercado y cae más de un 2%. Aún así acumulan un 40% de avance desde enero. Eso después de varios años de depresión bursátil. Y es que la crisis de 2007 provocó un desplome del precio de las acciones del 90% desde sus máximos históricos. Desde entonces, los títulos de la compañía no han logrado remontar el vuelo hasta ahora.

De hecho, el pasado mes de junio, marcó sus mínimos históricos en los 3,67 euros, justo antes de la designación de Adriana como directora general para capitanear la renovación de la firma, con plenos poderes ejecutivos y bajo la dependencia directa del consejo y con un nuevo equipo.