BBVA y Blackstone tienen la llave del mejor suelo en el pueblo más rico de Andalucía

La disolución de la decena de sociedades que conformaban el núcleo de la actividad promotora, inmobiliaria y patrimonial del empresario sevillano Juan Rojas Vázquez incluye una potencial joya urbanística. Tras entrar esas sociedades en fase de liquidación en noviembre pasado, y a la espera de que se presente el plan concreto de venta de activos y el juez mercantil de Sevilla Francisco Javier Carretero lo apruebe en los próximos meses, promotores e intermediarios ya se mueven entre bambalinas para ver cómo acceder a un terreno en el término municipal de Tomares (en la corona metropolitana de la capital andaluza) sobre el que se podrían edificar hasta 600 viviendas de renta libre.

La gran bolsa de 260.000 metros cuadrados es prácticamente la última disponible en el municipio con mayor renta de Andalucía -32.675 euros por habitante, según Hacienda, con los últimos datos disponibles de 2015- y con la que su plan urbanístico (PGOU) de 2005 quedaría colmatado. Un bombón para el renacido mercado del ladrillo, que tiene en la comarca del Aljarafe donde se ubica Tomares y en la macrobolsa de Entrenúcleos (Dos Hermanas) sus casi únicos pulmones de desarrollo ante la parálisis del PGOU de la ciudad de Sevilla, que desde 2006 solo se ha ejecutado en un 5%.

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Rojas, sobrino del también promotor hispalense y expresidente del Sevilla FC Gabriel Rojas, tenía su cabecera inmobiliaria en las sociedades Ferro Grupo Empresarial y Urbanizadora Rojas (antes Ferro Grupo Inmobiliario), fundamentalmente. Fue justamente su tío quien le vendió los terrenos de Tomares, en los que además de las viviendas hay espacio reservado para una superficie comercial media (como un supermercado) y también para 400 VPO distribuidas en cuatro bloques, de los que tres se construyeron y vendieron. El cuarto, paralizado desde 2010 por los problemas financieros del promotor y tras denunciar los compradores que las cantidades entregadas como señal habían desaparecido de la cuenta de ingreso, sigue siendo un esqueleto a medio terminar que es el símbolo del derrumbe de Ferro.

La clave de la venta de este terreno, denominado SUS-1, es la hipoteca de 40 millones otorgada por BBVA y Popular (el ladrillo tóxico de este último se vendió a mediados del pasado año al fondo Blackstone). Ambas entidades tienen ahora en sus manos esta operación. A ello se añaden cargas urbanísticas a abonar al ayuntamiento tomareño por alrededor de 17 millones, según fuentes del sector promotor.

Las Gordillas, el otro activo clave

El pasivo concursal de Urbanizadora Rojas -la más endeudada de las nueve sociedades del grupo que irán a liquidación- asciende al entorno de los 120 millones, de los que 82 millones son con acreedores bancarios como BBVA, Popular y CaixaBank. El otro activo más relevante en esa futura liquidación es la finca Las Gordillas, con 450 hectáreas de dehesa y en la que el promotor invirtió seis millones de euros para construirse un cortijo de postín con 1.000 metros cuadrados de superficie, según las mismas fuentes.

Ubicada en el término de Morón de la Frontera (Sevilla), ha recibido interés de varios posibles compradores pero Rojas ha impedido hasta ahora el acceso a la misma. Agrícola Juan Rojas, otra de las sociedades que se liquidará y que posee esta finca, tiene un pasivo concursal de otros 62 millones. Por su parte, Ferro Grupo Empresarial suma otros 79 millones. Urbanizadora, Agrícola y Ferro son las tres empresas que más endeudamiento suman de las nueve.

Grupo Ferro y Urbanizadora Rojas tuvieron en Sevilla y Huelva (en la zona de veraneo de Islantilla) su foco de actividad. Precisamente un comprador de una vivienda en esa zona de Huelva que reclamó al promotor por lo que consideró que era el mal estado en que se le entregó fue quien precipitó el concurso necesario (forzoso) de todo el 'holding' en 2016.