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Sacyr recibe ofertas por Valoriza mientras busca dinero por tensiones de liquidez
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pagó sus facturas en el doble del plazo legal

Sacyr recibe ofertas por Valoriza mientras busca dinero por tensiones de liquidez

Varios grupos han sondeado la compra de la filial de servicios y medioambiente de la constructora, que ha multiplicado por casi tres el periodo de pago de sus facturas

Foto: Junta general de accionistas de Sacyr. (Enrique Villarino)
Junta general de accionistas de Sacyr. (Enrique Villarino)

Sacyr está en plenas negociaciones con la banca para obtener liquidez inmediata que le permita atender sus obligaciones de pago a proveedores, así como la extensión de hasta 180 millones de euros que le vencen antes de acabar el año. Así lo confirman fuentes financieras próximas a la compañía de construcción y servicios presidida por Manuel Manrique, que reconoce sus dificultades para generar los ingresos suficientes con los que hacer frente al pago de las facturas con proveedores. Unas conversaciones que se suman a las que la constructora ha tenido para vender Valoriza, su filial de servicios y medio ambiente.

Fuentes oficiales del grupo participado por Demetrio Carceller, dueño de la cervecera Damm, y el Grupo Fuertes, propietario de El Pozo, han confirmado a El Confidencial que ha recibido muestras de interés de competidores por hacerse con la que internamente se denomina 'joya de la corona'. La compañía matiza que oficialmente no hay ninguna operación corporativa en marcha, pero reconoce que se le han acercado varios interesados, entre ellos una sociedad de origen chino.

Otras fuentes financieras añaden que Sacyr ha mantenido negociaciones durante los dos últimos meses con grupos internacionales que han preguntado por esta filial, que a 30 de junio obtuvo un beneficio bruto de explotación de 38,71 millones de euros, con un crecimiento del 24,5%. Valoriza, que este año facturará algo más de 1.000 millones, se encarga de las concesiones públicas de limpieza viaria, de la recogida de residuos urbanos, el mantenimiento de jardinería y de zonas verdes, la gestión de parquímetros, servicios de grúa y retirada de vehículos de la vía pública, así como tratamiento y gestión de residuos.

Valoriza, que este año facturará algo más de 1.000 millones, se encarga de las concesiones públicas de limpieza viaria y de la recogida de residuos

El grupo ya ha sondeado en dos ocasiones la posible venta de Valoriza. La primera vez fue en 2008, todavía con Luis del Rivero en la presidencia. Después, en 2012, volvió a tentar al mercado cuando el hundimiento de su inversión en Repsol y su abultada deuda llevaron a Sacyr a una situación de alto riesgo. La subsidiaria se llegó a valorar en más de 1.000 millones. Pero desde que el Gobierno de Mariano Rajoy puso en marcha el plan de pago a proveedores y la filial comenzó a cobrar a tiempo sus facturas con la Administración, este negocio se ha convertido en uno de los más recurrentes y más atractivos para potenciales compradores.

Mientras los ayuntamientos están cumpliendo con sus contratos, Sacyr, por el contrario, está teniendo problemas para hacer frente a sus obligaciones. En 2016, el periodo medio de pago a sus proveedores se le fue hasta los 65,20 días, más del doble de los 30 días que marca la ley y casi tres veces por encima de los 25,19 días a los que abonaba sus facturas en 2015. La compañía reconoce este empeoramiento, si bien añade que este retraso ha mejorado en 2017 sin especificar en cuánto. “No ofrecemos el dato de forma trimestral porque no es representativo”, exponen.

Otras fuentes financieras señalan todo lo contrario, especialmente porque esta cifra pone de manifiesto las dificultades por las que atraviesa un negocio que no consigue el 'cash flow' suficiente para atender sus obligaciones. Es decir, quema caja. Pero tampoco concretan el periodo exacto al que Sacyr está pagando sus facturas actualmente porque la compañía no lo detalla.

La construcción y el 'holding'

En este sentido, Sacyr explica que la actividad de construcción en España continúa ralentizándose como consecuencia de múltiples factores, lo que está afectando a la generación de caja. Para afrontar esta situación, que califica como “transitoria”, la sociedad está revisando con sus entidades financieras la ampliación de los vencimientos de deuda que expiran en el segundo semestre de 2017. En concreto, 80,21 millones a 30 de junio, según los estados contables del primer semestre. El grupo añade que en cualquier caso mantiene niveles de liquidez suficientes para cubrir las obligaciones previstas en el corto plazo con sus líneas de crédito, la tesorería y las inversiones financieras temporales de que dispone.

Foto: Junta general de accionistas de Sacyr.

Por otra parte, la sociedad holding, Sacyr SA, está negociando con las entidades financieras la renovación de las líneas de crédito que vencen a corto plazo y que sirvieron para financiar inversiones en los distintos negocios, por lo que "no estimamos dificultades para su renovación". A finales de año le expiran 98,58 millones. En total, el grupo tiene que hacer frente a 648 millones, casi la mitad de ellos del negocio de concesiones, antes de concluir el ejercicio, según el mismo documento. Fuentes oficiales indican que la estrategia de Sacyr es, en la medida de lo posible, cambiar la deuda bancaria por financiación en el mercado de capitales, como las últimas emisiones de papel comercial en Irlanda y de pagarés en el MARF.

La compañía ha intentado vender su 15% en Itinere, un grupo de concesiones en el que participan también Kutxabank, Abanca y el antiguo fondo de infraestructuras de Citi. Pero la operación, que lleva más de un año en el mercado y por la que podía haber ingresado unos 150 millones, ha encallado después de una pelea entre los socios que ha acabado en una corte de arbitraje.

Sacyr está en plenas negociaciones con la banca para obtener liquidez inmediata que le permita atender sus obligaciones de pago a proveedores, así como la extensión de hasta 180 millones de euros que le vencen antes de acabar el año. Así lo confirman fuentes financieras próximas a la compañía de construcción y servicios presidida por Manuel Manrique, que reconoce sus dificultades para generar los ingresos suficientes con los que hacer frente al pago de las facturas con proveedores. Unas conversaciones que se suman a las que la constructora ha tenido para vender Valoriza, su filial de servicios y medio ambiente.

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