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¿Cómo acabar con el paro juvenil? Hablamos con una experta que reinserta a los jóvenes
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Elena Méndez Díaz-Villabella

¿Cómo acabar con el paro juvenil? Hablamos con una experta que reinserta a los jóvenes

España tiene un 39,5% de paro juvenil. ¿Cómo podemos revertir la situación? Hablamos con una experta que reinserta a los jóvenes y con dos veinteañeros que han vuelto al mercado laboral

Foto: Elena Méndez Díaz-Villabella, directora de enEvolución.
Elena Méndez Díaz-Villabella, directora de enEvolución.

España está saliendo de la crisis. Sin embargo, el paro juvenil alcanza ya en nuestro país unas cuotas del 39,5%. Lo cierto es que estas cifras, que llegaron a ser mucho más dramáticas (hemos llegado a alcanzar el 46,4%), a día de hoy han bajado porque la población activa entre los jóvenes también ha descendido drásticamente.

Nuestros jóvenes, en definitiva, se están yendo de España, están alargando su periodo formativo o no están luchando por conseguir un empleo... porque creen que será imposible.

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Y ante esto, ¿qué podemos hacer? ¿De qué manera podemos revertir la situación? ¿Cómo conseguimos que nuestros jóvenes vuelvan al mercado laboral? De responder a estas y otras preguntas, además de encontrar sus respectivas soluciones, se encargan distintos grupos de expertos en formación de jóvenes. El Confidencial ha hablado con una de ellos.

"Los jóvenes llegan muy perdidos al mundo laboral"

Antes de establecer soluciones, conviene elaborar un diagnóstico acertado. Elena Méndez Díaz-Villabella, directora de enEvolución, lo tiene claro: "Nuestros jóvenes llegan totalmente perdidos al mundo laboral".

Pero esto no es algo criticable a la juventud, al menos no necesariamente: "Es lo que nos pasó a cada uno de nosotros. No es fácil elegir lo que te gusta, qué demanda el mercado laboral, qué elegir, por dónde empezar... Esta ha sido siempre una característica de la juventud. Nos pasó a nosotros y ahora les pasa a ellos", asegura, quitando hierro a las frecuentes —y quizás injustas— críticas que suelen recibir los jóvenes sobre su supuesta falta de proactividad a la hora de entrar en el mercado laboral.

No es fácil saber qué demandan las empresas, qué elegir... Nos pasó a nosotros de jóvenes y ahora les pasa a ellos

Por otra parte, los jóvenes actuales tienen algunos problemas añadidos: "A día de hoy, las opciones a la hora de elegir en qué trabajar son más amplias. No solo hay más carreras, sino también nuevas profesiones, nuevos trabajos tecnológicos que los hijos ni siquiera saben explicar a los padres, etc. A eso hay que unir que el sistema educativo se centra solo en los conocimientos, no en identificar en qué eres bueno, qué puedes ofrecer, qué destrezas tienes, etc.".

En definitiva, "muchos jóvenes llegan perdidos. Tienen muchas opciones, no saben qué demanda el mercado laboral, están en una situación con mucho paro, no saben en qué son buenos... Y si a esto le sumamos que en ocasiones tienen poca formación, que su contexto familiar es complicado o poco estimulante, o que tienen baja percepción de sí mismos, la situación se complica. Además, hay algunos que están sobrecualificados y otros con muy poca formación, hay una campana de Gauss complicada".

placeholder Elena Méndez Díaz-Villabella, directora de enEvolución.
Elena Méndez Díaz-Villabella, directora de enEvolución.

"No podemos pedirles responsabilidades cuando solo tienen 18 años"

Cuando se habla de paro juvenil, muchas conclusiones suelen girar en torno a un discurso tan unificado como seguramente injusto: que los jóvenes lo tienen todo hecho, que no quieren hacer nada, que solo quieren divertirse, que asumen sus derechos pero no sus responsabilidades... Un contexto, en definitiva, que acaba casi responsabilizando al propio joven de su mala situación.

Para Elena Méndez, este enfoque es un error: "Lo fácil es poner etiquetas, en vez de analizar la situación para encontrar el problema. No hacemos ningún favor a los jóvenes pidiéndoles responsabilidades a los 18 años; hay que trabajar mucho antes para hacerlos madurar".

Estos chicos superan muchas dificultades; el trabajo no les planteará nada más difícil que lo que ya han superado en su vida

Es aquí donde cobra importancia el propio ambiente familiar: "Algunos proceden de familias con problemas, con lo que los reclutadores tienen prejuicios a la hora de contratarlos. Pero hay que tener en cuenta una cosa. Estos chicos han tenido que superar muchísimas dificultades y situaciones muy complejas en la vida, el componente de la superación ya lo tienen. El trabajo no les va a plantear nada más difícil que lo que ya han tenido que superar en su vida".

En el otro lado de la balanza se dan las circunstancias contrarias: "Hay muchos padres que tienen un perfil claro: como ellos tuvieron muy poco, quieren darles todo a sus hijos, que no les falte de nada. Eso tampoco es bueno, porque, al final, tus hijos no sabrán enfrentarse a situaciones en las que tengan que buscarse la vida. No hay nadie más desprotegido que un niño que ha sido sobreprotegido", asegura.

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Historias de reinserción: Ana María y Bryan

España está repleta de jóvenes en circunstancias similares a las antes descritas. Una de ellas es Ana María Vázquez, una sevillana que, cuando tenía 21 años, tuvo que enfrentarse a un doble problema: "Hacía poco había fallecido mi abuela y yo había dejado los estudios. Tenía la vida un poco apalancada y no sabía para dónde tirar", relata a este periódico.

Ana María acudió a la Gira Jóvenes de reinserción laboral para jóvenes promovido por Coca-Cola y su futuro dio un giro radical: "Yo era de las típicas personas que se sentían chiquititas al lado de todo el mundo, no me valoraba nada y no destacaba, pero me enseñaron que tenía que llamar la atención de alguna manera para enseñar mis virtudes. Y eso era algo que yo no hacía, me escondía un poquito", asegura. Actualmente, Ana María trabaja en la mayor cadena de centros comerciales de España.

No me valoraba nada y no destacaba, pero me enseñaron que tenía que llamar la atención para enseñar mis virtudes

Algo similar le pasó a Bryan Juape Córdoba, de Madrid: "Era muy tímido, no me relacionaba con la gente porque me daba vergüenza, y después del campus se me quitó todo eso". Con el tiempo, Bryan llegó a trabajar en los Teatros del Canal: "Me fascinó, me descubrieron lo que es trabajar detrás del teatro, que no es solo lo que se ve, sino que hay un proceso de montar escenarios, colocar focos, gestionar los movimientos en cambio de escena... Fue una experiencia inolvidable", asegura.

A día de hoy, Bryan se encuentra en varios procesos de selección para otras ofertas de trabajo.

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La fórmula de la reinserción laboral

Lo que parece evidente es que no podemos soltar a los jóvenes al mundo laboral y, a continuación, quejarnos de que no logran colocarse enseguida. Es aquí donde surge la posible fórmula de la reinserción:

1) Conoce el mercado laboral. "Por lo general, los jóvenes no saben qué es importante para empezar a trabajar, qué demandan las empresas, qué hay que hacer en un proceso de selección, cómo se puede hacer 'networking'... El sistema educativo potencia los conocimientos, pero no las habilidades: es importante que les inculquemos estas destrezas para que sepan desenvolverse", asegura Elena Méndez.

Tienes que descubrir en qué eres bueno, eso puedes aplicarlo a muchas profesiones

2) Conócete a ti mismo. Para la experta, gran parte de los problemas a los que se enfrentan los jóvenes se solucionarían con un buen análisis de sí mismos: "Tienes que descubrir en qué eres bueno, qué te gusta, qué cosas haces bien, etc. Identificar eso siempre es mucho mejor, porque cuando identificas en qué eres bueno, puedes aplicarlo a muchas profesiones".

Elena Méndez concluye que "lo que muchas veces les pasa a estos chicos es que han desconectado de sí mismos y no tienen ganas de nada. Y las dificultades que tienen son grandes: tienen poca formación, han perdido las ganas, el contexto familiar puede que no sea el mejor, etc. Pero no podemos limitarnos a dejarlos abandonados".

España está saliendo de la crisis. Sin embargo, el paro juvenil alcanza ya en nuestro país unas cuotas del 39,5%. Lo cierto es que estas cifras, que llegaron a ser mucho más dramáticas (hemos llegado a alcanzar el 46,4%), a día de hoy han bajado porque la población activa entre los jóvenes también ha descendido drásticamente.

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