Los fondos buitre fichan a KPMG para atraer a Sareb hacia una liquidación exprés de Reyal

Un mes después de que Reyal Urbis fuera abocada a la quiebra, dos importantes fondos oportunistas han empezado a mover ficha para intentar conseguir un rápido desenlace. Taconic y Bank of America (BofA), dos de los principales acreedores de la inmobiliaria, han conseguido aglutinar en torno a ellos a la mayoría de acreedores y se han puesto en marcha para tratar de sacar adelante un plan de liquidación.

Ambos irrumpieron en el pasivo de la inmobiliaria hace poco más de un mes, cuando la propuesta de convenio presentada por Rafael Santamaría, todavía presidente del grupo, hizo aguas. Por una parte, Taconic adquirió a Värde sus posiciones acreedoras, mientras que Bank of America hizo lo propio con el grueso de los créditos que estaban en manos de la gran banca española -Santander, BBVA, Popular y CaixaBank-, según afirman fuentes conocedoras.

Su siguiente paso ha sido contratar a KPMG para elaborar una propuesta de liquidación con la que intentar convencer a Sareb, que tiene cerca de mil millones de euros en deuda de Reyal, para sumar fuerzas y evitar así un largo y tortuoso proceso como el de Martinsa Fadesa, cuyos bienes han terminado cayendo en subastas notariales. Desde la firma de servicios profesionales han declinado realizar comentarios.

El pasado 23 de junio, el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid dictó el decreto por el que se proclamaba la imposibilidad de sacar adelante la propuesta de convenio y abría la puerta a iniciar la fase de liquidación, cuya apertura todavía está pendiente de ser declarada oficialmente por el juzgado. Está previsto que los liquidadores sean la Agencia Tributaria y BDO.

Mientras esperan acontecimientos, Taconic y BofA han logrado sumar las fuerzas de la mayoría del sindicado bancario de Reyal Urbis, préstamo que ronda los 3.500 millones de euros, donde Sareb tiene cerca de una quinta parte, de ahí que para lograr un rápido desenlace sea clave ganarse el favor de la entidad presidida por Jaime Echegoyen.

Sareb, la pieza clave

De hecho, fue su negativa a aceptar la propuesta de convenio la que desencadenó la caída en liquidación de Reyal, ya que otras entidades clave como Santander, que antes de vender sus posiciones contaba con cerca de 500 millones en créditos, habían mostrado su disposición a dar vía libre a este plan si los fondos lograban convencer al grueso de acreedores.

Pero las quitas de entre el 80% y el 85% que ofrecían entonces los fondos a los acreedores de Reyal eran inasumibles para Sareb, como tampoco podía aceptar el ajuste de hasta el 90% que aparecía en la propuesta de convenio, ya que su mandato consiste en ir liquidandose ordenadamente hasta 2027, buscando maximizar el beneficio, lo que significa que la X de su ecuación actual no es el tiempo, sino el precio.

Con un pasivo de 4.660 millones y unos activos valorados, al cierre del pasado ejercicio, en 1.170 millones, la mera liquidación ofrecía a la entidad unas opciones mejores que las dos anteriores, sobre todo, en un momento en el que ha vuelto a dispararse el apetito por los activos inmobiliarios. Además, su importante posición en el sindicado le confiere una doble posición de poder, ya que toda esta deuda tiene como garantía activos concretos.

Si lográn granjearse el respaldo de Sareb, el camino estaría allanado para sacar adelante su propuesta de liquidación, una vez arranque oficialmente esta fase. Pero, conscientes de que la entidad podría volver a rechazar su ofrecimiento, los fondos también han contactado con Houlihan Lokey, firma que ya está defendiendo los intereses de los inversores oportunistas en otros complejos procesos, como la quiebra de las autopistas radiales, la guerra por el control de Prisa, Abengoa o Isolux.