BBVA anuncia tres años más de digestión del ladrillo en la banca española

El Popular no es el único banco con problemas por el ladrillo (aunque sí el que los tiene más graves). El sector tardará entre dos y tres años más en terminar la digestión de todos los activos inmobiliarios que tuvo que adjudicarse al ejecutar créditos incobrables tras el estallido de la burbuja, según el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres. No obstante, considera que el mercado se está recuperando y eso le ha permitido acelerar el "desagüe" de estos activos en el primer trimestre.

"No es que la contribución negativa vaya a desaparecer al año que viene, sino que quedan unos tres años donde la contribución negativa va a seguir ahí. Luego se podrá terminar de digerir la exposición inmobiliaria y dar el problema por cerrado", ha explicado Torres en una 'conference call' para presentar los resultados del primer trimestre de la entidad (que ganó un 69% más hasta 1.199 millones debido a varios extraordinarios).

En el caso de BBVA, la actividad inmobiliaria en España generó unas pérdidas de 109 millones en el trimestre, prácticamente idénticas a las registradas en idéntico período de 2016. Por comparación, el Santander ha dado una pérdida de 70 millones en estas operaciones frente a los 63 del año anterior. Torres destaca que han reducido un 9% su volumen de activos y que éstos se han reducido a la mitad de los que llegaron a tener en el pico de la crisis en términos netos, debido a las ventas y a las provisiones dotadas.

Precisamente, ahí reside la diferencia entre los dos grandes bancos y el Popular: mientras aquellos tienen niveles de cobertura del ladrillo superiores al 50% -el 53% en el caso de BBVA-, la del banco que preside Emilio Saracho no pasa del 45% según la entidad (el porcentaje es muy inferior, según los analistas). De ahí la necesidad del Popular de levantar nuevo capital para acometer esos saneamientos adicionales.

BBVA prefiere vender a maximizar el precio

El consejero delegado de BBVA ha añadido, no obstante, que el mercado tiene mejores perspectivas y los precios están subiendo, lo que "permite acelerar al máximo el desagüe" de los inmuebles. Aquí BBVA está siguiendo una doble estrategia: por un lado, ventas de grandes lotes a inversores institucionales en los que registra "pérdidas importantes"; y por otro, operaciones pequeñas en las que sí consigue plusvalías respecto al valor en libros de las viviendas después de provisiones.

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Esta estrategia contrasta con la de otros jugadores en el sector, como Sabadell. Su consejero delegado y ex del BBVA, Jaume Guardiola, dijo la semana pasada que la mejora del entorno "permite vender inmuebles maximizando el valor, ya no hace falta evacuar al precio que fuera como antes; la prioridad ya no es vender a toda prisa".

En la citada 'conference', Torres ha coincidido con su homólogo del Santander, José Antonio Álvarez, en que el aluvión de nuevos casos de corrupción no va a tener impacto en la recuperación económica, pero ha discrepado en que sí veremos mayor concentración en el sector financiero: "Hay unas entidades de las que se habla que sí están inmersas en procesos de consolidación, especialmente aquellas en las que ya ha habido búsqueda de compradores, y puede quedar alguna más". "Dios dirá", ha concluido.