ArcelorMittal: de la conflictividad laboral a ser el gran valor del Ibex-35 en 2016

“El tema está muy jodido, más que nunca”. La sincera resignación de uno de los 75 trabajadores de ArcelorMittal Zumarraga (Guipúzcoa) que están a la espera de su traslado a las plantas de Asturias da cuenta de las pocas esperanzas que albergan de cara a lograr una reubicación en las condiciones deseadas. La resolución judicial conocida en plenas navidades que avala la legalidad de las recolocaciones en las condiciones planteadas por la empresa parece haber dado el golpe definitivo a los ánimos. Apenas quedan ganas de pelear después de diez meses de un duro combate que se inició en marzo del pasado año con el anuncio de la multinacional india del cierre de la factoría guipuzcoana. “Ya no hay margen de maniobra. Ahora estamos en manos de la empresa”, admite sin tapujos.

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Víctor Romero. Valencia

Aún queda un asalto, el que se iniciará con el recurso de los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), pero hay poco optimismo para poder levantarse de la lona. La sentencia de la magistrada del Juzgado de lo Social Número 1 de Eibar, Julia María Bobillo, que avala por “razonables y proporcionables” las condiciones del traslado planteadas por la empresa dada la situación “insostenible” de la factoría, ha caído a plomo por su contundencia. En este escenario, a los trabajadores les quedan dos salidas: esperar a que la Justicia se pronuncie de forma definitiva o aguardar a que la empresa mueva ficha y aborde los traslados. Y ambas vías están marcadas por la incertidumbre. Los afectados temen que los movimientos se paralicen hasta que haya una sentencia firme.

En todo caso, el gigante siderúrgico descarta este escenario. Fuentes de ArcelorMittal confirman a El Confidencial que su pretensión es reactivar las recolocaciones a partir de la próxima semana una vez haya finalizado el periodo navideño. Aseguran que el recurso en suplicación ante la Sala de lo Social del TSJPV “no va a obstaculizar” el proceso de reubicaciones en las plantas de Avilés y Gijón, que está a expensas de las necesidades y la capacidad de absorción de plantilla de las factorías asturianas.

Los empleados, que acaban de sufrir un varapalo de la Justicia, temen que la firma “alargue la incertidumbre” hasta que concluya la vía judicial

De los 323 empleados que conformaban hace poco más de un año la plantilla de Zumarraga, que ha quedado reducida a un parque de chatarra con otro trabajadores, un total de 209 se acogieron a la baja incentivada, 21 optaron por la vía de la jubilación anticipada y 85 aceptaron la reubicación en Asturias. De estos últimos, una decena ha aceptado el traslado a la localidad navarra de Lesaka (la mayoría) y la valenciana de Sagunto. Por ello, quedan 75 pendientes operarios pendientes de que la dirección les comunique su futuro laboral. Arcelor afirma que, en caso de que saliese “alguna otra oportunidad”, se daría “prioridad” a las recolocaciones en plantas de Euskadi y Navarra para provocar los menos perjuicios posibles, pero la empresa es consciente de que es una alternativa difícil. “La estrategia es que el grueso de las reubicaciones se produzca en Asturias”, insiste.

Empresa y sindicatos no llegaron a un acuerdo sobre las condiciones de los traslados ni las indemnizaciones por bajas voluntarias cuando el pasado 11 de julio se firmó el acta de cierre del periodo de consultas. Tampoco hubo ningún entendimiento en octubre cuando se intentaron pactar una serie de mejoras en las condiciones previstas para los traslados de forma previa a la presentación del recurso judicial con vistas a evitar que el proceso llegara a los tribunales. Arcelor, que se ha visto ahora reforzada en sus planteamientos con la “concluyente” sentencia del juzgado de Eibar que avala sus condiciones, otorgaría a los trasladados una ayuda de 25.000 euros y una indemnización equivalente al despido improcedente tomando como base salarial el importe de la perdida que conlleve la reubicación (el convenio vasco era más elevado). A los 209 operarios que optaron por la baja voluntaria se les asignó una indemnización equivalente a 45 días por año trabajado hasta 2012 y 33 a partir de esa fecha.

El inicio de los traslados a Asturias estaba previsto para agosto. De hecho, algunos operarios se sometieron a los pertinentes reconocimientos médicos de cara a su nuevo domicilio laboral y otros se trasladaron al Principado antes de que la empresa se pusiera en contacto con ellos para poder matricular a sus hijos en su nuevo colegio de cara al curso escolar 2016-2017. Pero el plan de reubicaciones sigue sin llevarse a cabo. En un principio, la empresa paralizó el proceso por “problemas de encaje” en las factorías de destino y posteriormente lo volvió a demorar al hilo de la negociación abierta para tratar de alcanzar un acuerdo que eludiera la vía judicial.“Que nos informen cuanto antes de los traslados”, claman desde CCOO, hartos de que los trabajadores “sigan en la mayor de las incertidumbres”.

Ahora, los servicios jurídicos de los cuatro sindicatos con representación en la factoría de Zumarraga, que ya han comunicado que presentarán recursos para poder estar en plazo, están analizando la sentencia de cara a estructurar los nuevos argumentos. De momento, la Justicia ha echado por tierra el razonamiento de los supuestos defectos de forma o la mala fe y al margen de la legalidad con la que actuó la empresa. A expensas de que se pronuncie el TSJPV, Arcelor considera que el escenario “más adverso” sería volver al periodo de consultas y se abre a mejorar las condiciones con el planteamiento que ya expuso en octubre a los trabajadores y que estos rechazaron en asamblea antes de acudir a los tribunales. La propuesta incluía una compensación de 10.000 euros a los empleados que no cambiaran de domicilio o un salario para los trasladados equivalente al de Zumarraga durante dos años.

El desmantelamiento de la factoría guipuzcoana y la advertencia de los sindicatos de futuros problemas coinciden con su triunfalista recorrido en bolsa

Los trabajadores no se fían de la multinacional y no descartan que opte por “alargar la incertidumbre” hasta que concluya la vía judicial. “Nadie nos ha dicho si llevaran a cabo los traslados o esperarán a que la sentencia sea firme. Las reubicaciones las ejecutarán cuando crean oportuno”, censura Adolfo Sastre, representante de UGT en el comité de empresa, quien ha advertido de que el desenlace de Arcelor Zumarraga podría repetirse en otras factorías de la zona.

El desmantelamiento de la factoría guipuzcoana y la advertencia de los sindicatos de futuros problemas en otras plantas coinciden, paradójicamente, con el triunfalista recorrido de ArcelorMittal en el Ibex 35 en 2016. La multinacional india cerró el pasado ejercicio con una revalorización del 132% en el principal indicador de la Bolsa española. El gigante siderúrgico se convirtió en el gran valor de un Ibex que cerró a la baja con respecto al año anterior y siendo uno de los peores índices europeos.