Juan Alfaro rescata a Francisco Minayo, que vuelve a Renfe como número dos
El nuevo director general de Operaciones ocupó este mismo cargo con Julio Gómez-Pomar como presidente de Renfe y ha hecho toda su carrera en la operadora ferroviaria
Francisco Minayo salió de Renfe hace dos años con la llegada a la presidencia de Pablo Vázquez, pero todo el mundo dentro de la empresa entendió que su director general sólo podía marcharse con billete de ida y vuelta. Así ha sido porque hoy mismo acaba de ser nombrado de nuevo como número dos de la operadora ferroviaria en la primera decisión de calado llevada a cabo por Juan Alfaro desde su nombramiento del pasado viernes como máximo responsable de Renfe.
El regreso de Minayo está siendo acogido dentro de la compañía con satisfacción dada su vinculación histórica con Renfe y el buen recuerdo que dejó durante su anterior etapa en la cúpula ejecutiva de la empresa. Minayo fue el director general de Operaciones encargado de coordinar la reestructuración de Renfe a partir de la creación a finales de 2013 de las filiales de Viajeros, Mercancías y Mantenimiento, convirtiéndose en una pieza clave del grupo directivo que entonces lideraba Ana Pastor desde el Ministerio de Fomento.
Juan Alfaro no ha perdido ni un instante en recuperar para su nuevo proyecto empresarial a un ejecutivo que cuenta con un pleno historial de carrera en Renfe. Minayo entró en la casa como aprendiz de talleres siendo todavía un adolescente hace treinta años y es una persona conocida a todos los niveles en la empresa. De ahí que el nuevo presidente desee contar con la experiencia profesional de un ferroviario de toda la vida en un momento que se antoja decisivo para el futuro de la operadora estatal.
Minayo toma el relevo de Berta Barrero, que fue designada como directora general de Renfe por el anterior presidente, Pablo Vázquez
El nuevo director general de Operaciones de Renfe relevará en el cargo a Berta Barrero, que ha sido la mano derecha del anterior presidente de Renfe, Pablo Vázquez. Tras su cese en octubre de 2014, Minayo pasó a integrarse en el equipo asesor del secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, con la misión, entre otras, de analizar los detalles técnicos de la licitación prevista para la privatización del corredor del AVE entre Madrid y Levante.
El concurso estaba destinado a la concesión de un título habilitante como estación de partida para la apertura del mercado de viajeros por ferrocarril en España. El bloqueo político a lo largo de casi todo el presente año 2016 paralizó el proyecto que ahora se ha visto superado por la decisión de la Comisión Europea de liberalizar este segmento de actividad ferroviaria de manera plena en el año 2019. Ante este panorama, el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reconoció hace sólo unos días que el Gobierno prefiere ahora estudiar con mayor tranquilidad la anunciada licitación en el corredor del Mediterráneo.
Minayo ha sido también liberado, en definitiva, de su empleo ocasional como asesor ministerial para volver a Renfe como principal colaborador de Juan Alfaro en una etapa que necesariamente va a exigir la adaptación estructural del monopolio del ferrocarril en España. El horizonte de apertura del mercado y la necesaria colaboración con Adif en el desarrollo de las inversiones de Alta Velocidad que quedaron pendientes de la anterior legislatura constituyen las tareas inmediatas del flamante director general de Operaciones. Como dicen en Renfe, el hijo pródigo vuelve por Navidad a su casa de siempre.
Francisco Minayo salió de Renfe hace dos años con la llegada a la presidencia de Pablo Vázquez, pero todo el mundo dentro de la empresa entendió que su director general sólo podía marcharse con billete de ida y vuelta. Así ha sido porque hoy mismo acaba de ser nombrado de nuevo como número dos de la operadora ferroviaria en la primera decisión de calado llevada a cabo por Juan Alfaro desde su nombramiento del pasado viernes como máximo responsable de Renfe.