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Ahora no toca hablar: El Rey, Rajoy y los empresarios guardan silencio para facilitar un gran acuerdo
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XIX congreso anual de la empresa familiar

Ahora no toca hablar: El Rey, Rajoy y los empresarios guardan silencio para facilitar un gran acuerdo

La mayor cita de empresarios familiares era el marco perfecto para lanzar un mensaje a la clase política y al país, pero el miedo a interferir en las negociaciones ha inclinado la balanza en favor del silencio.

Foto: El Rey Felipe VI, entre Pablo Isla (Inditex) y Alberto Nuñez Feijoo, en la inauguración del XIX Congreso Anual de la Empresa Familiar
El Rey Felipe VI, entre Pablo Isla (Inditex) y Alberto Nuñez Feijoo, en la inauguración del XIX Congreso Anual de la Empresa Familiar

Hoy, a las 13.30 horas, estaba previsto que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asistiera en La Coruña al acto de clausura del XIX Congreso Anual de la Empresa Familiar. Sin embargo, un escueto mensaje enviado el sábado a medio día ("nos acaban de comunicar que Rajoy no viene finalmente a la clausura del Congreso"), echó por tierra las esperanzas de que el inquilino en funciones de La Moncloa lanzara, ante la flor y nata económica del país, algún guiño sobre qué puede ocurrir en las dos próximas semanas, últimas para lograr un pacto de investidura que evite unas terceras elecciones.

A su ausencia, justificada por problemas de agenda, se sumó el pragmático discurso del Rey Felipe VI, quien preferió pasar de puntillas sobre el histórico momento político que vive el país, para centrar sus mensajes en la relevancia de las empresas familiares y en las mejoras que deben adoptarse para colaborar en su crecimiento y consolidación.

Esta desconexión entre política y economía quedó subrayada con la clásica encuesta que cada año realizan los empresarios en el marco de su encuentro anual, una estadística que ha vuelto a poner de manifiesto la confianza de las compañías en el mercado, al haber revalidado la nota de 5,3 puntos sobre 9 que ya otorgaron en la pasada edición, máxima desde 2008; al tiempo que otorgaban un sonoro suspenso a los partidos, al calificar con un bochornoso 1,79 la situación política del país, la tercera peor que conceden en su historia.

Foto: El Rey Felipe VI. (EFE)

"La posición de los empresarios ante la situación que atraviesa el país ha quedado claramente reflejada en la encuesta, confiamos en la situación económica, aunque existen importantes interrogantes sobre el futuro, pero no en la política", resume un importante empresario catalán ante la cuestión de si ha echado de menos más mensajes políticos en este XIX Congreso Anual.

Aunque en los corrillos era una constante hablar sobre los titulares que este lunes y martes han copado los medios ("Parece que los andaluces dicen que se abstienen", "Fernández ya ha dejado claro hoy que para el PSOE es una locura ir a terceras elecciones"), frente a los micrófonos, se imponía la máxima que el propio Rajoy lleva enarbolando desde que estalló la crisis socialista: "Ahora no toca hablar".

Abstención, investidura y estabilidad

Tanto en las filas populares, como en las empresariales, existe un profundo deseo de que los socialistas logren coser sus heridas y sigan siendo el primer partido de la izquierda. Nadie quiere que Podemos tenga ese protagonismo, y unas terceras elecciones parece evidente que se lo pondría en bandeja. Por eso, ahora, el sentido común recomienda guardar silencio y no interferir en las negociaciones que dirige Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE.

"Se han dicho los mensajes que necesitamos las empresas familiares, que es para lo que estamos aquí", señala un empresario del mundo de los medios de comunicación, que cierra filas en torno a la organización. Estabilidad institucional, regulatoria y económica son las principales reclamaciones que el propio Instituto de la Empresa Familiar (IEF), organizador del Congreso, ha puesto en el centro de la diana en esta edición, junto a la defensa de un gran pacto educativo, una simplificación administrativa y una moderación fiscal que el presidente del IEF, Ignacio Osborne, lanzó como claras asignaturas pendientes en su discurso de clausura.

"A pesar del complejo momento político, marcado por la prolongada interinidad del gobierno en funciones y la incertidumbre, la situación económica muestra signos de recuperación tras la profunda crisis sufrida desde 2008", dijo Osborne, para añadir: "De cara al futuro, sin embargo, es fundamental avanzar en la estabilidad, para permitir mejorar la confianza en la economía española e impulsar la inversión; y, en la misma línea, seguir trabajando en el establecimiento de un marco económico, financiero , fiscal e institucional que ayude a potenciar la competitividad de nuestras empresas".

Un guante que deberá recoger el próximo Gobierno, el cual, si se cumplen todas las encuestas -incluída la del alcalde de La Coruña, el líder de Marea Atlántica Xulio Ferreiro- encabezará Rajoy. Pero su investidura no garantiza la estabilidad que tanto han reivindicado los empresarios familiares durante su Congreso Anual, muchos de los cuales, entre bambalinas, apuestan por que la próxima legislatura apenas llegará a los dos años y que, en ese momento, Alberto Nuñez Feijoo tomará el relevo a Rajoy.

Foto: Foto de archivo del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

El presidente de la Xunta de Galicia, que con su reciente y aplastante mayoría absoluta se ha revalidado como el hombre fuerte del PP, también asistió al XIX Congreso Anual de la Empresa Familiar y fue una de las pocas voces libres que se atrevieron a romper el guión de la discreción. Primero, cuando, ante los micrófonos de su discurso oficial, dijo que "la España de nuestros días necesita una continuidad" y que "necesitamos un sosiego, que en nada tiene que ver con actitudes grandilocuentes". Y, segundo, cuando en un pequeño corrillo con periodistas se lamentó de la situación que vive el PSOE, ya que considera que el país necesita que se reconstruya para seguir siendo el primer partido de la izquierda.

"Quien más me ha gustado ha sido Feijoo, es quien ha dicho las cosas más claras", señala la presidenta de un importante grupo familiar. "Los políticos, lo que deben hacer es empezar a ponerse de acuerdo, aprender a pactar, que es algo a lo que no están acostumbrados y que, en cambio, los empresarios hacemos constantemente", añade un expresidente del IEF. Quizás para predicar con el ejemplo, en su discurso de clausura, Osborne abogó por que "los empresarios, la Administración, los agentes sociales y los políticos debemos ir de la mano, porque todos somos responsables de nuestro futuro".

Hoy, a las 13.30 horas, estaba previsto que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asistiera en La Coruña al acto de clausura del XIX Congreso Anual de la Empresa Familiar. Sin embargo, un escueto mensaje enviado el sábado a medio día ("nos acaban de comunicar que Rajoy no viene finalmente a la clausura del Congreso"), echó por tierra las esperanzas de que el inquilino en funciones de La Moncloa lanzara, ante la flor y nata económica del país, algún guiño sobre qué puede ocurrir en las dos próximas semanas, últimas para lograr un pacto de investidura que evite unas terceras elecciones.

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