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El Popular de Ron: caída del 96% en bolsa y del 81,5% del beneficio en una década
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récord de consejero delegados en el banco

El Popular de Ron: caída del 96% en bolsa y del 81,5% del beneficio en una década

La entidad nombró este viernes al cuarto consejero delegado en los últimos diez años, una volatilidad récord de un banco con una gestión de cuestionable balance

Foto: El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, en una rueda de prensa. (EFE)
El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, en una rueda de prensa. (EFE)

Banco Popular estrena CEO. El consejo de administración de la entidad nombró este viernes al cuarto consejero delegado en la última década, un hecho sin precedentes en la banca española. Un récord que no tienen ni Banco Santander ni BBVA, otras entidades con sillas calientes, que han destituidos en hasta tres ocasiones a los segundas espadas de sus presidentes. Un periodo de tiempo dominado desde la presidencia por Ángel Ron, bajo cuyo mandato el beneficio del Popular se ha hundido un 81,5% y la cotización se ha desplomado un 96%.

[Las familias históricas del Popular y del Opus Dei entran en quiebra técnica]

En la fría nota de despedida, los gestores del banco agradecieron a Francisco Gómez su dedicación durante los 30 años que ha estado en Banco Popular, los tres y medio últimos como consejero delegado. Un corto periodo de tiempo durante el cual “ha impulsado de manera notable la actividad comercial”, según el comunicado oficial remitido por la entidad. Un escueto epitafio para un hombre que en la pasada junta general de accionistas celebrada en abril fue defendido a capa y espada por Ron.

"Tenemos una capacidad de gestión contrastada y dispuesta a enfrentarse a tiempos difíciles”, señaló el presidente del Popular, que tuvo que soportar las críticas de muchos pequeños inversores, clientes a la vez, que han visto cómo en diez años se han evaporado casi el 100% de sus ahorros. Francisco Gómez se prejubila con apenas 53 años y con casi seis millones de euros para gastar en concepto de pensión. Este es el dinero que el consejo de administración le ha ido guardando como premio a su gestión, 40 meses durante los cuales el valor se ha despeñado un 58%.

El destino de Paco Gómez, como se le conocía, es similar al que ya recorrieron sus antecesores, Roberto Higuera, que apenas estuvo año y medio como consejero delegado entre 2008 y 2009, y José María Lucía, entre 2007 y 2008, si bien este último tuvo que cesar por enfermedad. Estos son los tres CEO -como se conoce por sus siglas en inglés- que ha tenido Ron, que ahora se ha abrazado a un hombre de fuera de la casa para pilotar el enésimo plan de resurección de Banco Popular.

El nuevo es Pedro Larena, un directivo procedente de Deutsche Bank, una entidad que precisamente es ahora la gran preocupación del sistema financiero europeo. El gigante alemán ha visto evaporarse casi un 90% de su capitalización desde el estallido de la crisis, hasta el punto que hoy en día vale menos que Caixabank, una entidad puramente local en términos comparativos. Larena hereda un plan estratégico elaborado por su antecesor, el cual lo anunció a bombo y platillo a finales de mayo con motivo del lanzamiento a vida o muerte de la emisión de acciones por 2.500 millones de euros, el 50% del capital. Todo con el objetivo de mantenerse independiente, aunque escuálido, para no ser absorbido por otro competidor.

Modelo de negocio

Su labor será desagradable porque casi con seguridad consistirá en cerrar oficinas y despedir empleados pese a que Ron aseguraba en abril ante sus apenados accionistas que el Popular "tiene el modelo de negocio que todos lo bancos quieren tener, el más rentable del sector y con una elevada solvencia”. El presidente solo admitió que la entidad debía acelerar la reducción de los activos no rentables, que los analistas cifran en al menos 5.000 millones.

Pocos entienden qué hace el banco español con una filial en Portugal, otra en Estados Unidos y otra en México, países donde no aparece en ningún 'ranking'

Pero los encargados de valorar si el discurso de Ron está basado en certezas o en deseos no terminan de creérselo. Tan solo un 13% de los brokers que analizan las cuentas del Popular recomiendan comprar las acciones. El resto se decanta por no tocarlas o directamente venderlas. Pocos entienden qué hace el banco español con una filial en Portugal, otra en Estados Unidos y otra en México, países, sobre todos los dos últimos, donde la entidad no aparece entre los primeros diez de ningún 'ranking'. Ron, el año pasado, pese a las dificultades de la matriz, no dudó en asegurar que quería crecer en ambos mercados mediante adquisiciones de otras entidades.

En ese mismo acto público, el directivo garantizó que Popular pagaría a partir de 2017 todo el dividendo en efectivo, ya que abonarlo con acciones -'scrip dividend'- era “una anormalidad”. Lo cierto es que los accionistas no verán ninguna retribución este ejercicio y probablemente tampoco el siguiente, tal y como indicó el banco el pasado mes de mayo cuando anunció la segunda ampliación de capital por 2.500 millones en menos de cuatro años (la anterior fue en noviembre de 2012 por el mismo importe). Quedó suspendido 'sine die'.

Según distintas fuentes, a Ron (53 años), le mantiene la Sindicatura de Accionistas, una sociedad que aglutina casi el 10% del capital y que engloba a los antiguos empleados y a las familias históricas del Popular, muchas vinculadas con el Opus Dei. Un cargo que también ha sido protegido por Allianz, un socio histórico, y Crédit Mutuel, una caja de ahorros francesa que ha perdido mucho dinero desde que desembarcara en el capital en noviembre de 2010. Un núcleo duro que le ha mantenido pese a las presiones de los inversores institucionales o 'proxys', que ante la dificultad para destituirle han decidido apostar a la baja contra la cotización.

Banco Popular estrena CEO. El consejo de administración de la entidad nombró este viernes al cuarto consejero delegado en la última década, un hecho sin precedentes en la banca española. Un récord que no tienen ni Banco Santander ni BBVA, otras entidades con sillas calientes, que han destituidos en hasta tres ocasiones a los segundas espadas de sus presidentes. Un periodo de tiempo dominado desde la presidencia por Ángel Ron, bajo cuyo mandato el beneficio del Popular se ha hundido un 81,5% y la cotización se ha desplomado un 96%.

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