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El futuro de Delphi en Cataluña: entre el cierre industrial y el pelotazo sindical
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El comité de empresa podría disponer de la factoría en Sant Cugat

El futuro de Delphi en Cataluña: entre el cierre industrial y el pelotazo sindical

Podría haber un pelotazo sindical sin precedentes, al aceptar la multinacional que el comité de empresa pueda disponer de los bienes inmobiliarios de la fábrica de componentes

Foto: Trabajadores de la multinacional Delphi, en la factoría de la empresa en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). (EFE)
Trabajadores de la multinacional Delphi, en la factoría de la empresa en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). (EFE)

La multinacional de componentes de la automoción estadounidense Delphi ya no cuenta con su planta en Sant Cugat (Barcelona) para el futuro. Pero las instalaciones en sí podrían tenerlo, a menos que se produzca un pelotazo sindical sin precedentes. No en vano, la multinacional norteamericana ha aceptado que el comité de empresa pueda disponer de los bienes inmobiliarios de la fábrica, en caso de que nadie quiera dar continuidad económica a la factoría, donde fabricaba hasta ahora bombas de inyección para clientes como Daimler o Renault.

La causa de esta situación estriba en los acuerdos a los que se ha llegado con el comité para el cierre de su planta. Se despidió a los 540 trabajadores que ya firmaron este mes de mayo de manera mayoritaria el acuerdo. Las condiciones han sido muy buenas y muy por encima de lo marcado por la reforma laboral: indemnizaciones de 65 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades, una paga lineal de 12.000 euros, prejubilaciones a partir de los 56 años y un convenio especial de la Seguridad Social para los mayores de 55.

Pero en los acuerdo se incluye una cláusula bomba, según apuntan fuentes conocedoras de las negociaciones: que el comité de empresa podrá disponer de los bienes inmobiliarios de la fábrica en caso de que no se llegue a un acuerdo para reindustrializar la zona, algo que persiguen tanto el Ayuntamiento de Sant Cugat como la Generalitat. Se trataría de una situación sin precedentes que dejaría a los trabajadores con una compensación millonaria, no en dinero, pero sí en activos. Por muy poco que valiese, solo el precio del suelo industrial, sin contar las plantas edificadas, superaría los cinco millones de euros. En el comité, la representación mayoritaria corresponde a UGT y CCOO.

Se trataría de una situación sin precedentes que dejaría a los trabajadores con una compensación millonaria, no en dinero, pero sí en activos

En realidad, según explican fuentes del sector de la automoción, se trata de una cláusula trampa que no busca enriquecer a los trabajadores sino que el consorcio que integraban las empresas J.Juan y el grupo industrial Gutmar vuelva a las negociaciones con la Generalitat y con Delphi para hacerse cargo de las instalaciones y crear 208 puestos de trabajo, para lo que podrían contratar a los trabajadores despedidos en Delphi que más les interesaran. La táctica ha funcionado y los interesados han vuelto a sentarse a la mesa para dar continuidad industrial a estos activos.

Conversaciones rotas

Las conversaciones se rompieron hace un mes, según explican fuentes industriales conocedoras de las mismas, porque J.Juan y sus socios apretaron en exceso a Delphi. No les bastaba con que les regalasen el terreno y poder tener una plantilla libre de cargas a la que iban a pagar mucho menos de lo que estaba desembolsando Delphi. También pretendían que les entregasen de manera gratuita la maquinaria industrial, algo a lo que se negó la multinacional estadounidense.

La codicia rompió el saco negociador cuando se hizo patente que los compradores aspiraban no solo a que les regalasen el terreno sino también la maquinaria

Los compradores creyeron de forma errónea que sin su oferta de adquisición, el ERE no se firmaría y que Delphi quedaría atrapado con una fábrica que no encajaba en su nuevo esquema internacional y un personal pagado muy por encima de la media del sector. Pero no fue así. Para empezar, porque el convenio ya preveía un acuerdo de despido en estas condiciones. Por tanto, los trabajadores firmaron y de paso se aseguraron los terrenos en Sant Cugat, uno de los municipios más dinámicos en la creación de suelo de oficinas. O lo que es lo mismo, esos terrenos, recalificación mediante, valen una fortuna.

Todo prisas

Ahora todo son prisas por firmar, claro, no vayan a quedarse los trabajadores lo que tan poco esfuerzo les ha supuesto a los nuevos reindustrializadores, que además tendrán los 208 empleados que quieran libres de cargas y de antigüedades. Ni que decir tiene, los trabajadores que acepten seguir en la planta con los nuevos dueños tendrán una situación salarial muy por debajo de la que disfrutaban en Delphi.

Desde la Generalitat, el departamento de Empresa y Conocimiento que encabeza Jordi Baiget se muestra optimista con las posibilidades de llegar a un acuerdo, si bien no se pronuncia de manera oficial. Hace más de un año que Delphi Sant Cugat no recibía nuevas cargas de trabajo de su matriz en Estados Unidos. El objetivo de la multinacional, según han denunciado los sindicatos, es deslocalizar la actividad a Rumania, buscando costes laborales más bajos.

La multinacional de componentes de la automoción estadounidense Delphi ya no cuenta con su planta en Sant Cugat (Barcelona) para el futuro. Pero las instalaciones en sí podrían tenerlo, a menos que se produzca un pelotazo sindical sin precedentes. No en vano, la multinacional norteamericana ha aceptado que el comité de empresa pueda disponer de los bienes inmobiliarios de la fábrica, en caso de que nadie quiera dar continuidad económica a la factoría, donde fabricaba hasta ahora bombas de inyección para clientes como Daimler o Renault.

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