Es noticia
La ITV de Iberica Knutsen: la puesta a punto de un gasero de 75.000 toneladas en Ferrol
  1. Empresas
reparación durante la primera quincena de mayo

La ITV de Iberica Knutsen: la puesta a punto de un gasero de 75.000 toneladas en Ferrol

El 'taller' de Navantia Ferrol cuenta con un inquilino bien visible desde comienzos de mayo. Es el metanero Iberica Knutsen, que pasa la reparación que le toca cada cinco años

Foto: Imagen del metanero Iberica Knutsen.
Imagen del metanero Iberica Knutsen.

Solo puede verse cada cinco años. Pero no es una competición deportiva. Ni un cometa. Ni nada similar. Es la posibilidad de visualizar por dentro el tanque de un metanero, esos mastodónticos barcos que trasladan decenas de miles de metros cúbicos de gas natural licuado (GNL) por los mares del mundo. Lo normal es que esas enormes dependencias estén llenas de gas y se encuentren a 163 grados bajo cero para conservarlo. Vamos, que nada de visitas. Hasta que, cada lustro, el gasero descansa para pasar su particular ITV. Es entonces cuando el tanque queda totalmente vaciado y cuando la temperatura es más agradable, con lo que ya deja de ser inhóspito.

Y justo eso es lo que está ocurriendo en la primera quincena de mayo con Iberica Knutsen, un 'barcazo' de 277 metros de eslora -longitud-, 43 metros de manga -anchura-, 75.000 toneladas de peso muerto, un arqueo bruto de 94.000 y velocidad de hasta 19,5 nudos que forma parte de la flota de Knutsen OAS, una compañía noruega que cuenta con nueve gaseros y que pronto ampliará su 'familia' hasta once, puesto que está a la espera de recibir dos buques más en 2016. Estas nuevas naves, que se llamarán La Mancha Knutsen y La Rioja Knutsen, se pondrán al servicio de Gas Natural, como ya viene haciendo Iberica Knutsen desde 2009, y elevarán a ocho el número de metaneros de Knutsen con bandera española; los otros tres tienen bandera noruega. Combinando los metaneros con los petroleros y otro tipo de barcos, en total Knutsen posee 44 buques y otros cinco que están en construcción. En España, donde está presidida por Andrés Celaya, la empresa noruega lleva operando durante tres décadas.

Pintura, electrónica, tanques... todo

El Iberica está haciendo su puesta a punto en Navantia Ferrol, uno de los dos 'talleres' que la empresa pública española tiene en la Ría de Ferrol. La reparación se prolongará durante dos semanas -entró el 5 de mayo y tiene previsto zarpar el 17 de mayo- y la factura que abonará Knutsen rondará el millón de euros. Por el camino se revisarán las máquinas, la pintura, la electrónica, los tanques. Todo. Es el momento de hacerlo. Fabricado en 2006, la vida prevista para el buque es de 40 años, para lo que estas reparaciones en dique, además de necesarias para cumplir con los reglamentos internacionales, resultan imprescindibles. Sobre todo, porque el Iberica pertenece a la primera generación de gaseros, lo que le obliga a estar en plena forma para seguir siendo competitivo en un entorno que ya camina por la tercera generación, que consume menos energía y es más eficiente.

El barco no engaña en absoluto. Es grande. Muy, muy grande. Para subir a cubierta hay que subir medio centenar de escalones mediante la escalera de asistencia instalada para la reparación. Y tampoco engaña que está en un 'taller'. Con sus piezas, su grasa, su suelo resbaladizo y sus peligros. De ahí la insistencia del personal de Navantia en la seguridad. Casco, gafas, tarjetas de identificación. "Y, por favor, mucho cuidado. Estáis en un ambiente industrial al que no estáis acostumbrados", se insiste.

Ya en cubierta, se mezclan los colores. En total, participan unas 200 personas en la reparación: 150 del astillero, 15 de empresas fabricantes y 30 de Knutsen. Los buzos azules o grises corresponden al personal de Navantia -o subcontratado por ella-. Los naranjas son los de la tripulación del Iberica. Tampoco engañan. Son fuertes. Recios. Sobre todo sus manos. Cuando las estrechan, su grosor y fortaleza les delatan. Los hay noruegos, algún español -en total, Knutsen cuenta con unos 200 oficiales españoles- y filipinos, que integran la marinería. Y su vida es el barco. Al menos, durante 75 días seguidos, que es lo que dura un turno. Luego, descansan otros 75. Y vuelta al barco. "¿Cuándo has tenido dos meses y medio de margen para poder hacer planes con tu familia?", responden los representantes de Knutsen para matizar que, pese a lo que pueda parecer, ese calendario laboral también tiene sus ventajas.

Rumbo a América

Aunque Knutsen ha sido el mejor cliente de los astilleros españoles, con 30 barcos fabricados -tres de ellos gaseros-, Iberica fue construido en Daewoo (Corea del Sur). Y actualmente trabaja la ruta entre Trinidad y Tobago y Argentina. Para ello, cuenta con una capacidad de 138.000 metros cúbicos, repartidos en cuatro tanques, cada uno de los cuales posee un volumen de 34.500 metros cúbicos. Al tratarse de gas natural licuado, su conservación requiere esas bajísimas temperaturas en los tanques, pero ni por esas se mantiene el 100%. Cada día se pueden vaporizar unos 200 metros cúbicos. ¿Se desperdician? No. Parte de la tecnología de los gaseros consiste en aprovechar esa energía para convertirla en combustible para el barco. Es decir, se recicla en unas turbinas, con lo que se reduce el consumo de otros combustibles.

Cada uno de esos tanques es un sarcófago enorme. Recubiertos con varias planchas aislantes, la última capa, la más visible, de apenas unos milímetros de grosor, es plateada, con lo que les confiere un aspecto similar al de una gigantesca lata de conservas. En este caso, de gas natural licuado.

Esos tanques se cerrarán en unos días. Y ya no se podrán visitar hasta 2021. El Iberica dejará atrás Ferrol. Y pondrá rumbo a América.

Solo puede verse cada cinco años. Pero no es una competición deportiva. Ni un cometa. Ni nada similar. Es la posibilidad de visualizar por dentro el tanque de un metanero, esos mastodónticos barcos que trasladan decenas de miles de metros cúbicos de gas natural licuado (GNL) por los mares del mundo. Lo normal es que esas enormes dependencias estén llenas de gas y se encuentren a 163 grados bajo cero para conservarlo. Vamos, que nada de visitas. Hasta que, cada lustro, el gasero descansa para pasar su particular ITV. Es entonces cuando el tanque queda totalmente vaciado y cuando la temperatura es más agradable, con lo que ya deja de ser inhóspito.

Gas Natural Fenosa Gas natural
El redactor recomienda