El Ayuntamiento de Madrid: "Todavía no hemos podido hablar con Wanda"

"No hemos podido hablar con los responsables del grupo", "Ha sido una decisión unilateral de Wanda", "esperamos poder hablar con ellos en los próximos días". Estas palabra del concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha sido la primera reacción oficial del Ayuntamiento de Madrid a la decisión del Grupo Wanda de cerrar su filial en España, despedir a la veintena de empleados, y abandonar definitivamente su proyecto para el Edificio de España, rascacielos que ha decidido poner a la venta, aún a costa de tener que asumir millonarias pérdidas. Este golpe en la mesa se ha dado directamente desde China, cuya cúpula está cansada de las dificultades que el Ayuntamiento de Madrid ha ido poniendo a sus planes.

La gota que ha colmado un vaso que ya estaba a rebosar desde la época de Ana Botella al frente del consistorio ha sido la negatia del actual equipo de Manuela Carmena de aceptar la propuesta de Wanda de echar abajo la fachada principal y las dos laterales para, después, volver a levantarlas. La Comisión Local de Patrimonio Histórico rechazó esta propuesta hace tres meses con el apoyo del consistorio de Ahora Madrid, que solicitó unos informes técnicos donde se avalaba la posibilidad de realizar la obra manteniendo la fachada, aunque reconocía que estos trabajos resultaban más caros que los planes del grupo chino.

Calvo rechaza que esto sea motivo para retirarse ahora del proyecto, ya que, asegura, hace dos meses llegaron a un acuerdo en el estudio de detalle e la obra que, actualmente, estaba siendo analizado por los técnicos del consistorio, que esperaban darle luz verde en poco tiempo, según el responsable de Desarrollo Urbano Sostenible.

Pero las fachadas no son el único punto que ha tenido enfrentadas a las dos partes en los últimos tiempos. Los representantes de Wanda en España también llevan tiempo presionando al Consistorio para que desvele qué presupuesto prevé destinar a la remodelación de la Plaza de España, otro punto clave de esta operación, ya que la idea es peatonalizarla y poder hacer plazas de aparcamiento, elemento básico cuando se construyen viviendas y hoteles de lujo.

El problema es que los planes de Wanda contemplaban que el Consistorio invirtiera 20 millones y los propietarios de los inmuebles 40 millones, cifra que garantiza una buena remodelación, al nivel de la inversión que se está realizando en los edificios. El problema es que no está claro que el Ayuntamiento esté dispuesto a afrontar una inversión de estas características.

El propio Calvo ha reconocido que ahora van a tener que seguir negociando con el resto de propietarios para que, una vez se tenga elegido el proyecto de remodelación, se vea cómo financiarlo. En cualquier caso, se ha enorgullecido de mantenerse firme en su postura de salvaguardar los elementos protegidos del edificio, ya que "si el promotor decide retirarse, no hay nada que decir", pero si esa decisión la hubiese tomado con un edificio completamente derruido, tras tirar las fachadas, el problema sería mucho mayor.

Todas las cifras que se manejan en torno a este proyecto hacen difícil creer que la espantada del grupo asiático responda, únicamente, al encarecimiento que supone hacer la obra manteniendo las fachadas. Solo en la compra del edificio, Wanda invirtió 265 millones y esperaba elevar todo el importe de la operación, incluyendo la remodelación del inmueble y los costes asociados a otras labores como la comercialización, hasta el entorno de los 700 millones de euros. Además, su decisión de desprenderse ahora del activo le generará, presumiblemente, pérdidas millonarias, ya que todo el escándalo generado alrededor del rascacielos lo ha devaluado significativamente, según explican fuentes del sector.

Sin querer entrar a valorar los motivos, Calvo sí ha lanzado un mensaje a navegantes al afirmar que "comprar un edificio protegido en el centro no es lo mismo que comprar un solar.