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Volkswagen y sus filiales entran en un sálvese quien pueda de cuatro semanas
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Volkswagen y sus filiales entran en un sálvese quien pueda de cuatro semanas

Los naipes buenos los tienen las plantas de China y Europa. La fábrica de Seat estaría a salvo, ya que fabrica coches pequeños y baratos

Foto: Nuevos Volkswagen Golf listos para su transporte en una compañia logística de Gössnitz (Alemania). (EFE)
Nuevos Volkswagen Golf listos para su transporte en una compañia logística de Gössnitz (Alemania). (EFE)

Seat contra Skoda, VW contra Audi, todos contra todos. Cuatro semanas para revisar todas sus inversiones y que el ajuste le caiga al vecino. Ese es el tiempo que Volkswagen (VW) se da para replantearse todas sus inversiones tras el escándalo de los motores diésel.

De manera que la totalidad de los planes del grupo se hunden en la incertidumbre y se abre una carrera entre las diversas filiales para ser las menos perjudicadas por el recorte, según explican fuentes conocedoras de los entresijos de las reuniones que están teniendo lugar esta semana en Wolfsburg, la sede del grupo alemán.

Fuentes sindicales apuntan que el clima en la reunión de Wolfsburg es de gran inseguridad en todas las enseñas del grupo, si bien se confiesa que hay participadas con peores y otras con mejores cartas. Los naipes buenos los tienen las plantas de China y Europa.

Las malas manos han caído para las fábricas de América Latina. Y las peores, en la factoría de Chattanooga (Tennessee) en Estados Unidos, el país donde se ha iniciado el escándalo del 'dieselgate' y que ha sumido a la multinacional alemana en su actual vorágine.

En las sesiones de Wolfsburg de estos días los directivos y sindicalistas de los diversos países y marcas hacen cálculos de con qué bazas cuentan para salvarse de la quema. Y la única certeza es que nadie tiene el puesto garantizado.

El nuevo presidente de Volkswagen, Matthias Müller, anunció ayer ante trabajadores de la compañía que el grupo revisará todas las inversiones previstas y "cancelará o aplazará las que no sean estrictamente necesarias" tras el escándalo de la manipulación de las emisiones contaminantes.

Eso incluye los 4.300 millones de inversiones recientemente comprometidos en España, de los que 3.300 millones corresponden a Seat. Otros 1.000 millones van para la planta de Landaben que fabrica el VW Polo. Portavoces oficiales de Seat se han limitado a apuntar que “lo revisaremos todo pero ahora es prematuro hablar de proyectos de inversión”.

En todo caso, garantizan que “el grupo VW España trabajará por mantener su plan inversor”. Dicho con menos diplomacia: Seat luchará a brazo partido contra el resto de filiales para que el recorte les impacte lo menos posible y, por tanto, se haga a coste del resto de marcas del gigante alemán.

El vaso medio lleno

Fuentes no oficiales de Seat han asegurado que en el caso español, el vaso está medio lleno. Para empezar, tanto el propio Mathias Müller como el nuevo responsable de ventas mundial, Jürgen Stackmann (ex presidente de la marca española), provienen de Seat. Eso favorece a la filial de España, ya que estos nuevos hombres fuertes de VW no irán, a priori, contra sus propios planes industriales, aprobados apenas hace unos meses.

También juega a favor de España la especialización en coches pequeños -Polo, Ibiza, León- y relativamente baratos. En Wolfsburg se especula que serán las marcas de superlujo como Bentley, Bugatti o Lamborghini las que recibirán el grueso del recorte y el retraso de algunos lanzamientos. También se espera que los ahorros perjudiquen más a modelos como el ostentoso VW Phaeton que a los que se fabrican en las plantas españolas.

Además, las plantas de Landaben y de Martorell son de las más rentables de Europa. Y los intentos de Audi de llevarse el Q3 de la factoría catalana, por ejemplo, ahora parecen más difíciles de ejecutar, ya que el traslado de modelo supone un coste adicional en un momento en que el ahorro, cualquier ahorro, va a suponer una prioridad para la nueva cúpula de VW.

El mayor peligro es para el SUV pequeño que Seat querría hacer en Martorell a partir de 2017. Este nuevo vehículo sí que depende de las inversiones anunciadas de 3.300 millones, pero las mismas ya están muy avanzadas, y en la filial española se da por hecho que sería más costoso cancelar estos planes que seguir adelante con su ejecución.

Provisión insuficiente

Lo que sí han reconocido los gerifaltes del grupo en la sede de VW estos días es que la provisión de 6.500 millones que se ha reservado hasta ahora será insuficiente. Y que el coste total del escándalo de las mediciones del diésel será muy superior. El coste general, incluyendo las sanciones, todavía se está calculando. Hasta que se conozca, y se vea cómo impacta en las ventas del grupo, no se sabrá el alcance de esta crisis sobre el futuro de una de las mayores empresas de Europa.

Seat contra Skoda, VW contra Audi, todos contra todos. Cuatro semanas para revisar todas sus inversiones y que el ajuste le caiga al vecino. Ese es el tiempo que Volkswagen (VW) se da para replantearse todas sus inversiones tras el escándalo de los motores diésel.

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