La sombra de Bañuelos vuelve a sobrevolar Quabit, la heredera de Astroc
Martibalsa, segundo accionista de la inmobiliaria, ha solicitado entrar en el consejo, petición que ha sido rechazada porque se sospecha que detrás sigue estando el mismísimo Enrique Bañuelos
Es uno de los grandes supervivientes de la crisis. Quabit, la heredera de Astroc que consiguió esquivar la quiebra gracias al empeño personal de su presidente, Félix Abánades, celebró ayer su Junta General de Accionistas convencida de que lo peor ha quedado atrás y de que, aunque todavía debe seguir trabajando duro, casi puede poner la mano en el fuego por el futuro del grupo.
Un optimismo que alimenta el acuerdo sellado con Sareb este mismo lunes y que permite a la promotora refinanciar el 72% de su deuda, retrasando el grueso de su vencimiento desde 2016 hasta 2022, y liberando suelos, previo pago anticipado de 35,6 millones, sobre los que promover un millar de viviendas. Otro 24% de sus compromisos financieros tienen el pago limitado a los activos que lo garantizan, lo que reduce a un 4% el pico de deuda que le falta por refinanciar a la inmobiliaria.
En medio de este cambio de tercio que permite pasar del infierno al cielo, la sociedad Martibalsa, propietaria del 18% del capital de Quabit, ha solicitado entrar en el consejo, petición que le ha sido denegado alegando conflicto de interés por tratarse de un competidor, según denunció ayer durante la celebración de la Junta General el representate legal de la mercantil, Olleros Abogados.
Sin embargo, el motivo de fondo que explica la oposición de Quabit es otro y lo desveló el propio Abánades durante el turno de preguntas y respuestas: la sospecha de que detrás de Martibalsa y de sus planes por ganar poder en la compañía ahora que empieza a levantar cabeza está Enrique Bañuelos, el hombre a quien culpa de haber estado a punto de hundir a la inmobiliaria y de llevarse con ella por delante a Grupo Rayet, la constructora de Abánades.
La compañía alcarreña es actualmente la primera accionista de la inmobiliaria, con un 29,2% de las acciones, y confía en salir definitivamente del concurso de acreedores en octubre, tras haber logrado que el 75% de sus acreedores se adhiera a la propuesta de convenio. La constructora se vio arrastrada a esta situación, precisamente, por sus disputas con Bañuelos, a quien llevó a los tribunales por presuntas irregularidades contables y maquillaje de los informes de auditoría en Astroc.
Recurrirá a la CNMV para frenar a Bañuelos
Ahora que tanto Rayet como Quabit empiezan a ver la luz, Abánades no está dispuesto a que la sombra de Bañuelos vuelva a sobrevolar sobre sus compañías e, incluso, tal y como advirtió ayer, recurrirá si hace falta hasta la CNMV -Comisión Nacional del Mercado de Valores- para que aclare si, como sospecha, el empresario valenciano está detrás de Martibalsa.
De hecho, Abánades no dudó en echar en cara al representante de Olleros Abogados su interés por entrar ahora en el consejo de administración de la inmobiliaria, postura que, según dijo, contrasta con la falta de apoyo que mostraron en los duros momentos por los que ha pasado la compañía.
Desde el bufete niegan que Bañuelos esté detrás y, aunque reconocen que en el pasado la sociedad estuvo participada en un 50% por el valenciano, además de por otros empresarios de la región caídos en desgracia como Vicente Cotino, actualmente aseguran que es 100% propiedad de Juan José Galiano.
Promotor de vivienda protegida en Valencia, Galiano era un viejo amigo de Bañuelos, hasta el punto de que éste le financió su entrada en Martibalsa. Sin embargo, ahora afirma formar parte de la larga lista de víctimas del fundador de Astroc, un discurso que Abánades no se cree.
No obstante, la ampliación de capital por importe de hasta 70 millones de euros que aprobó ayer la Junta de Quabit, y que la inmobiliria llevará a cabo antes de terminar este año, será un buen momento para tomar la temperatura del compromiso de Galiano con la compañía. Rayet no suscribirá su parte, por la situación concursal en la que se encuentra, pero Abánades ya ha dicho que acudirá a título personal, aunque no podrá hacer frente a toda la parte que le correspondería a su constructora.
Es uno de los grandes supervivientes de la crisis. Quabit, la heredera de Astroc que consiguió esquivar la quiebra gracias al empeño personal de su presidente, Félix Abánades, celebró ayer su Junta General de Accionistas convencida de que lo peor ha quedado atrás y de que, aunque todavía debe seguir trabajando duro, casi puede poner la mano en el fuego por el futuro del grupo.