Fainé tendrá que bregar con la patata caliente de Angola tras la opa presentada por BPI

Tras la OPA presentada ayer por CaixaBank (ver cotización) sobre el banco portugués BPI (ver cotización) la principal patata caliente de Isidre Fainé, presidente de la entidad española, será afrontar el futuro de Banco de Fomento de Angola, según explican fuentes financieras. BPI tiene el 50,1% de esta entidad angoleña, pero el BCE ha recomendado reducir la exposición de riesgo en este país africano.

La nueva normativa de capital aplicada por el BCE para los activos angoleños, que en Frankfurt consideran de alto riesgo, obligará a BPI a consumir mucho más capital. En concreto, el ratio de capital de BPI caerá del 8,6%, según el baremo “fully loaded” CET1, un cálculo ya realizado por CaixaBank en el lanzamiento de su OPA sobre el 54% de BPI que todavía no controla.

En términos de activo, Banco de Fomento de Angola supone una quinta parte de BPI, es decir, es demasiado grande. Todo BPI suma 42.000 millones de balance. Esta situación no a afecta a los resultados del banco, pero sí al consumo de capital, que tras la crisis de Lehman Brothers es un factor clave en toda gestión bancaria.

La fórmula más adecuada para “reducir la exposición a Angola”, tal y como recomendó el BCE, sería vender el 50,1% del Banco de Fomento de Angola, el cuarto del país y con una cuota del 16% de los depósitos. Sobre el papel, la filial angoleña es una fábrica de billetes. Aunque BPI perdió 114 millones al cierre de 2014, el Banco de Fomento de Angola aportó 70 millones de beneficios a su matriz lusa en el conjunto del año. En CaixaBank ya descuentan que este activo pueda ser vendido, si bien, sin un plazo establecido para ello.

La hija del presidente

Se da la circunstancia de que la principal aspirante para adquirir la filial angoleña de BPI sería la hija del presidente del país africano Isabel dos Santos, también conocida como la princesa en el mundillo del capitalismo lisboeta, donde ha estado muy activa.

Isabel dos Santos es la principal socia del grupo Santoro, propietario del 18,6% de BPI, que forma parte del consejo con el que CaixaBank ha pactado su OPA amistosa. La hija del presidente angoleño y sus socios percibirán en la transacción 200 millones que podrían dedicar a comprar la filial bancaria en ese país africano. Pero es dudoso que lo hagan, según fuentes financieras, porque el petróleo ha caído en el último año. Y la fortuna de los dos Santos y la riqueza de toda Angola depende del crudo.

Aunque en este momento el precio del barril Brent ronda los 60 dólares, esta materia prima debería recuperarse mucho más para que la venta pudiera ser efectiva. En medios financieros se espera que CaixaBank espere a que el barril se recupere para reducir el riesgo en la filial angoleña.

Todo el control

Con la OPA, CaixaBank podrá tomar por fin las decisiones en el capital de BPI, donde La Caixa lleva 20 años pero sin mandar de manera efectiva. BPI fue una inversión de Fainé, como en su momento lo fue Abertis, y refleja bien como funciona la política de inversión de CaixaBank: muy a largo plazo.

La ventaja es que CaixaBank cuenta con todo el apoyo del consejero delegado de BPI, Fernando Ulrich, con el que está en plena sintonía, pero que ahora la decisión final, sobre Angola y sobre otros temas, como la subasta de Novo Banco –antiguo Espíritu Santo–, se tomará al fin en Barcelona.

Fainé ha movido pieza cuando Portugal encara un delicado panorama electoral. Se prevé que haya elecciones antes del verano. Por lo tanto, un gobierno débil que tras el rescate de la UE ya no ve con tan malos ojos como antaño la entrada del capitalismo español en sus grandes empresas. Tener el control y superar la limitación de derechos políticos que implicaba el blindaje del BPI y que hacía que CaixaBank con el 44% sólo tuviese el 20% de los votos en la junta del banco portugués, son las claves de la operación.