La puja de Santander y La Caixa permitirá recuperar dinero público en Catalunya Banc

Buenas noticias para los contribuyentes. El FROB está muy cerca de conseguir un precio positivo (es decir, de ingresar dinero) en la subasta de Catalunya Banc, que se resolverá el próximo mes. La razón es la competencia planteada entre CaixaBank y Santander por hacerse con la entidad catalana, así como la limpieza a la que se ha sometido su balance, según varias fuentes conocedoras del proceso. La contrapartida será la venta de la cartera de 6.500 millones de ‘hipotecas basura’, donde no habrá más remedio que dar garantías públicas.

Como ha informado El Confidencial, Santander es quien tiene el mayor interés por la fusión de las antiguas cajas de Catalunya, Manresa y Tarragona. De hecho, ya envió equipos a analizar la entidad y a hablar con sus ejecutivos antes de que comenzara la subasta. El problema es que, si la entidad que preside Emilio Botín no tiene competencia, podrá exigir ayudas públicas (precio negativo) como ya hizo en el segundo intento de subasta en marzo del año pasado.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró el martes en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander que “hay bastantes entidades que están mirando el data room” y añadió que “el equipo gestor que se hizo cargo no hace mucho de la entidad ha hecho una buena labor y se trata de una marca muy importante en Cataluña”. La realidad es que ese número no es tan elevado: Popular tiene "un interés muy escaso", según declaró en el mismo escenario su presidente, Ángel Ron, el lunes; BBVA tampoco está especialmente ávido –ya creció en Cataluña con la compra de Unnim–; y otros posibles candidatos exóticos como el andorrano Morabanc también han desaparecido por su falta de tamaño para asumir una entidad tan grande.

Ahora bien, puede que no hagan falta más que dos candidatos para que el FROB consiga repetir la jugada de la venta de NCG Banco (por la que Banesco ofreció 1.003 millones). Porque CaixaBank sí va a presentar una oferta competitiva por Catalunya Banc, según las fuentes consultadas. Es cierto que tendría grandes duplicidades en Cataluña, pero la entidad que preside Isidre Fainé quiere preservar por todos los medios su liderazgo en su región de origen –donde su cuota supera el 30%–, un liderazgo que se vería amenazado por el desembarco de un gigante como Santander en la segunda entidad del territorio.

Encarecer la compra a Botín

Y si no tiene más remedio que renunciar a ese liderazgo, algunas de las fuentes consultadas aseguran que "al menos pretende que Botín lo pague caro, es decir, pujará aunque sólo sea para encarecer la operación", en una práctica muy habitual en las ventas de empresas o en los fichajes de jugadores de fútbol. Sin olvidar las presiones políticas de la Generalitat para que Catalunya Banc siga siendo catalana, unas presiones que ya ignoró el otro gran banco de esa comunidad, el Sabadell, al renunciar a estudiar siquiera la entidad.

Ahora bien, que la venta de Catalunya Banc se salde con un precio positivo no implica necesariamente que el FROB vaya a recuperar parte de los 12.052 millones de dinero público inyectados a la entidad. Tal como también admitió ayer Guindos, la recuperación de las ayudas dependerá del resultado neto de la venta de la entidad y de la de la cartera de 6.500 millones de hipotecas basura –5.000 netos de provisiones–, que sí contará con garantías públicas contra pérdidas. Como también adelantó El Confidencial, esta subasta ha atraído mucho interés, lo que permitirá reducir el volumen de ayudas estimado inicialmente por el FROB en 1.500 millones (no se trata de un EPA como tal, sino de una ayuda limitada y con un plazo de 10 años).

Además de la segregación de esa cartera, se cerrará el grueso de las oficinas situadas fuera de Cataluña que el FROB no ha querido vender a Popular y EVO Banco porque también pedían ayudas. No hay que olvidar tampoco que el fondo público se ha tenido que 'comer el marrón' del canje de las preferentes y subordinada, con importantes pérdidas para los clientes de la entidad, y del ERE para reducir su capacidad como exige la troika. Dos procesos que tendría que haber asumido el comprador hace un año pero de los que ya se ha librado. Y también hay que tener en cuenta los DTA (activos fiscales diferidos) que se lleva el ganador, de casi 3.500 millones –se apuntó 2.000 como beneficio en 2013 para evitar las pérdidas–. Como es sabido, el crédito promotor y los inmuebles adjudicados fueron transferidos a Sareb.