CEOE pisa terreno institucional al ICEX con su empresa de asesoramiento internacional
La patronal creó el pasado año su propia plataforma para dar servicios al tejido empresarial orientados a potenciar el comercio exterior como salida a la crisis.
El negocio deasesorara empresas para abordar mercados internacionales tiene muchos pretendientes público y privados. El último en subirse a esa ola fue la patronal CEOE, que el pasado año creó su propia plataforma para dar servicios sobre comercio exterior al tejido empresarial.Su voluntariosa puesta en marcha, después de doce meses, está generando recelos en otras instituciones con cometidos similares como el ICEX, además de cierto malestar entre algunas grandes empresas que forman parte de la patronal.
Los esfuerzos institucionales de los ministerios de Economía y Exteriores por canalizar la acción comercial de España en el extranjero a través de un único frente se han topado con la iniciativa de CEOE Internacional, cuyos esfuerzos por consolidarse como interlocutor oficial de las empresas ante otros organismos internacionales (públicos y privados) está dando pie a suspicacias inesperadas, aunque fáciles de imaginar dado el solapamiento operativo que está generando, según explican de manera informal fuentes oficiales.
Creada en febrero de 2013, Joan Rosell puso en marcha esta iniciativa con el ánimo de impulsar la presencia de las empresas españolas en los mercados exteriores. Para ello, la patronal constituyó una empresa que, con carácter filial y naturaleza de sociedad mercantil, ha pretendido convertirse en el abanderado oficial de la 'Marca España' impulsada desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, un cometido donde ya actúan de manera oficial, con estatutos renovados, organismos como el ICEX o las Cámaras de Comercio.
Este solapamiento operativo ha generado las primeras quejas formales por parte depersonal del ICEX, críticoscon el uso privado que se hace desde CEOE Internacional de los recursos de la entidad dependiente de Economía. Además, dentro de la Administración también está molestando el grado de institucionalidad que la filial de la patronal se está otorgando a la hora de abordar sus acciones comerciales, casi como si se tratara de un organismo público, lo que está provocando cierta confusión representativa.
La puesta en marcha de este proyecto tampoco ha terminado de ser bien acogido por algunas de las grandes multinacionales españolas, que ven en la iniciativa de CEOE otra partida de gasto extraordinaria para unos servicios que ya ofrecen otras instituciones públicas o por los que ya deberían tener acceso como asociados de la gran patronal. Además, la interlocución generada carece en algunos casos de valor añadido, ya que muchos países emergentes carecen de organizaciones equivalentes que sirvan de homólogas.
Además de estas razones, CEOE Internacional ya fue percibida desde su creación como una reacción de la patronal por recuperar protagonismo institucional frente al notorio Consejo de la Competitividad, el lobby creado por las principales empresas del país al margen de la vieja organización presidida ahora por Rosell. Al mismo tiempo, el dirigente catalán derivó a este proyecto a parte de la estructura proveniente de la matriz, donde ha tenido que realizar una delicada tarea de ajustes para cuadrar las cuentas.
El encargado de liderar el proyecto de CEOE Internacional desde su creación ha sido el histórico Jesús Banegas (expresidente de AMETIC), acompañado como número dos porJosé García Morales, miembro de la cuestionada vieja guardia de la patronal y experto en relaciones internacionales. Estos dos pesos pesados han tenido que rendir cuentas recientemente ante su matriz por un caso de falsificación de firmas, situación que ha provocado la pérdida de poderes como administrador de la filial del propio presidente.
El negocio deasesorara empresas para abordar mercados internacionales tiene muchos pretendientes público y privados. El último en subirse a esa ola fue la patronal CEOE, que el pasado año creó su propia plataforma para dar servicios sobre comercio exterior al tejido empresarial.Su voluntariosa puesta en marcha, después de doce meses, está generando recelos en otras instituciones con cometidos similares como el ICEX, además de cierto malestar entre algunas grandes empresas que forman parte de la patronal.