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Repsol eligió CEO a Imaz entre una terna con Fernández-Cuesta y Luis Cabra
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NEGOCIARÁ LA SALIDA DE PEMEX

Repsol eligió CEO a Imaz entre una terna con Fernández-Cuesta y Luis Cabra

El nuevo consejero delegado de Repsol admite el peso de su imagen pública pero asegura que ha pasado 28 de su vida en el sector privado

Foto: El presidente de Repsol, Antonio Brufau (d), junto al consejero delegado y expresidente del PNV, Josu Jon Imaz. (Reuters)
El presidente de Repsol, Antonio Brufau (d), junto al consejero delegado y expresidente del PNV, Josu Jon Imaz. (Reuters)

La designación de Josu Jon Imaz como consejero delegado de Repsol se efectuó como candidato dentro de una terna en la que también participaban los actuales directores generales de la petrolera, Nemesio Fernández-Cuesta y Luis Cabra. El acuerdo fue adoptado por el consejo de administración el pasado día 30 de abril después de un proceso de selección dirigido por el presidente de la comisión de Retribuciones y Nombramientos, Artur Carulla, y en el que pesó de manera determinante la decisión de los dos vicepresidentes de la compañía, Isidro Fainé en nombre de La Caixa y Manuel Manrique como representante de Sacyr.

Poco a poco se van conociendo los detalles que han favorecido la promoción del expresidente del PNV como 'número dos' de la petrolera española. Durante su puesta de largo en bolsa, el consejero delegado de Repsol recordaba ayer que hace ya siete años que abandonó la política con todas las consecuencias: “Puede que mi imagen esté vinculada todavía con esa etapa de actividad pública, pero no es menos cierto que 28 años de mi vida los he pasado en el sector privado”, aseguraba Imaz en distendida conversación con los accionistas minoritarios.

Más comprometida se presenta, sin duda, la misión prioritaria que deberá encarar el CEO de Repsol en las próximas semanas y que se resume en la negociación de un acuerdo que ponga fin al contencioso con Pemex. El organigrama directivo y la formulación de negocios en la que se inscribe su nombramiento suponen el punto de partida para la definitiva salida de la multinacional mexicana como socio de referencia de Repsol. Al menos, esa es la intención que se deduce una vez que Luis Videgaray, responsable de Hacienda en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, haya reconocido que “la venta no sería una mala idea si fuera para invertir en México”.

Fotografía cedida por prensa de Repsol de Antonio Brufau (2-i), Nemesio Fernández-Cuesta (i) y Luis Cabra (c).
Pemex cuenta con un 9,4% de Repsol valorado en torno a los 3.000 millones de euros que deberán ser garantizados como condición indispensable para que Imaz pueda llevar a buen puerto las negociaciones. El consejero delegado de la petrolera ha empezado a explorar la búsqueda de postores interesados, entre los que destaca como comprador natural la sociedad de inversión Temasek, fondo soberano de Singapur, que hace poco más de un año adquirió la autocartera de Repsol y que ahora posee un 6,3% de la compañía presidida por Antonio Brufau.

Temasek ha sido también uno de los accionistas que con más interés ha apoyado la nominación de Imaz, y su participación en la adquisición de parte de las acciones de Pemex puede ser definitiva para reafirmar la capacidad gestora y el papel ejecutivo del flamante consejero delegado de Repsol. La resolución del conflicto con Pemex representa el verdadero bautismo de fuego para Imaz, sobre todo teniendo en cuenta el listón del acuerdo logrado con YPF, que todos los observadores del sector colocan en el haber de Nemesio Fernández-Cuesta.

El desenlace de YPF y el futuro de Fernández-Cuesta

El hasta hace poco primer lugarteniente de Brufau no ha visto colmadas sus aspiraciones al cargo de consejero delegado y ha tenido que conformarse con la dirección general del área Comercial, Química y nuevos negocios de Gas y Electricidad. El amplio enunciado de la tarjeta de visita no garantiza el suficiente premio de consolación y nada tendría de extraño que Fernández-Cuesta terminase por abandonar la compañía petrolera con un amistoso pacto de salida.

El exlehendakari Patxi López (c), Antonio Brufau (i) y Nemesio Fernández-Cuesta. (EFE)
El pleito con Argentina se ha resuelto con un acuerdo impensable hace sólo unos meses, pero al mismo tiempo el triunfal desenlace ha puesto en evidencia el principio corporativo up or go de las grandes multinacionales, en virtud del cual sus más brillantes ejecutivos están obligados a ascender en su plan de carrera o a dejar la empresa. Fernández-Cuesta tendrá que decidir lo que más le conviene una vez que los laureles del éxito no se han traducido en una mejora dentro del escalafón de la compañía.

Brufau admitió ayer públicamente el mérito del equipo financiero que comandaba su hasta hace poco director general de Operaciones. El presidente de Repsol significó que el justiprecio obtenido por la expropiación de YPF demuestra que "la deuda de Argentina se puede cobrar". No en vano, la petrolera ha transferido ya el primer bono, único no cotizado, que bajo la denominación BONAR24 recibió como compensación a finales de febrero. La compañía tiene ahora que esperar siete días para colocar el resto de la deuda hasta un total de 5.000 millones de dólares.

Los planes de Repsol en el futuro inmediato apuntan a una estrategia de compras con el fin de compensar la producción y el flujo de caja que deja vacante YPF dentro del perímetro de consolidación de la multinacional española. El objetivo es cubrir el vacío durante los dos próximos años porque, a partir de esa fecha, la compañía espera recoger la cosecha generada por sus inversiones en el segmento de exploración, principalmente en Brasil.

La designación de Josu Jon Imaz como consejero delegado de Repsol se efectuó como candidato dentro de una terna en la que también participaban los actuales directores generales de la petrolera, Nemesio Fernández-Cuesta y Luis Cabra. El acuerdo fue adoptado por el consejo de administración el pasado día 30 de abril después de un proceso de selección dirigido por el presidente de la comisión de Retribuciones y Nombramientos, Artur Carulla, y en el que pesó de manera determinante la decisión de los dos vicepresidentes de la compañía, Isidro Fainé en nombre de La Caixa y Manuel Manrique como representante de Sacyr.

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