La crisis hace un roto a Cortefiel, que negocia refinanciar la deuda por cuarta vez

Cortefiel no termina de arrancar pese a los esfuerzos de los accionistas para hacer frente a la crisis. Después de haber cambiado al presidente y haber puesto en marcha un severo plan de ajuste, el grupo ha tenido que volver a pedir a la banca renegociar las condiciones del préstamo sindicado de 1.385 millones que solicitó en 2005y que ha refinanciado ya en tres ocasiones.

Fuentes oficiales de Cortefiel han reconocido que, en la reciente reunión anual con los acreedores, celebrada hace un mes, la compañía solicitó la revisión de varias de las cláusulas (covenants)que se comprometió a cumplir en la última renovación del crédito sindicado, en octubre de 2012. El grupo textil, dueño de las marcas Springfield, Pedro del Hierro y Women'secret, ha matizado que dichapetición de suavizar esos covenantsse ha cursado por las perspectivas de que la evolución del negocio le impida estar al día de sus obligaciones. Estas se encuentran vinculadas a las previsiones de crecimiento de Cortefiel, que ahora negociaesarelajación de las condiciones porque el negocio no ha crecido en la misma proporción que las obligaciones.

De esta manera, Cortefiel subraya que, hasta la fecha, no ha incumplido lo que firmó hace apenas año y medio con JP Morgan, Société Générale, ING y The Royal Bank of Scotland, sus cuatro principales acreedores. En este sentido, añade que, antes de que salte cualquier covenant, prefiere renegociarla con sus prestamistas. Es, por tanto, una maniobra preventiva.

La primera vez que Cortefiel solicitó una novación del crédito sindicado con el que en 2005 Permira, PAI y CVC compraron la firma a las familias Hinojosa y Quirós fue a mediados de 2007. Después, debido al impacto de la crisis en el consumo, el grupo pidió otro balón de oxígeno que la banca le concedió en agosto de 2009. Pero esta segunda refinanciación, con un incremento sustancial de los tipos de interés, no fue suficiente y, pese al fuerte recorte de los gastos, con el despido incluido de 1.000 empleados, tuvo que acogerse a una tercera extensión del préstamo hasta 2017.

El acuerdo no fue fácil porque varios hedge funds que habían comprado la deuda en los mercados secundarios y algunos bancos internacionales se negaron a firmarlo. Ante la oposición del 20% de los acreedores, Cortefiel se acogió a la ley británica, que permite novar un crédito con el 75% de los votos a favor de los acreedores. Es la conocida norma Scheme of Arrangement, que ahora ha copiado el Ministerio de Economía de España para evitar que empresas que son viables vayan al concurso de acreedores por un problema de balance.

En la última renovación, los bancos le impusieron unas restricciones, como la libre disponibilidad de activos, ya que todos están pignorados, o la realización de inversiones que superaran un límite preestablecido. Además, le exigieron el mantenimiento de determinados ratios, como la cobertura de intereses, que no podía ser superior a 2,18 veces; la relación entreladeuda neta sobre ebitda (7,85 veces) y la relación entre el flujo de caja y el pago del pasivo, que no podía ser inferior a una vez.

Pese a estas dificultades financieras, Cortefiel pagó 1,59 millones de euros a su expresidente, Anselm van den Auwelant, en concepto de indemnización, un pago que supuestamente no debía haber percibidoporque su salida fue voluntaria y por motivos personales, según el comunicado oficial. La cantidad respondió a dos años de sueldo ordinario.

En el último año fiscal publicado (2012-2013), el consejo de administración de Cortefiel fue retribuido con 2,83 millones de euros, incluida la indemnización del expresidente. Sin esta cuantía extraordinaria, la remuneración habría sido de 1,44 millones, algo más que los 1,39 millones percibidos en 2011-2012.