¿Cuál ha sido la participación en las elecciones generales y cómo ha variado?

Los colegios electorales ya han echado el cierre y sólo queda esperar unos minutos para conocer los resultados definitivos las segundas elecciones generales en apenas seis meses. Con un 99,8% escrutado un 69,88% de los electores ha acudido a las urnas este domingo, lo que supone un dato peor que en los anteriores comicios (75,75%), que marcaron el tercer mejor registro en la historia de la democracia, sólo por debajo del umbral del 80% que registraron las de 1982 y el 77,40% marcado en 1996.

El primer avance de participación de estas elecciones generales no ha sido especialmente negativo, aunque sí registraba una caída de la implicación electoral de más de 3,5 puntos con respecto al pasado 28 de abril. El segundo, que hacía referencia los datos de los electores que han participado del proceso hasta las 18:00, ha confirmado una tendencia a la baja: más del 56,86% de los electores había depositado ya sus papeletas, lo que implicaba algo menos de cuatro puntos por debajo de los registrados el 28 de abril.

Históricamente, el porcentaje medio de movilización en las elecciones generales supera el 72%; en otras palabras, 27 de cada 100 ciudadanos con derecho a voto se abstiene de acudir a las urnas. Por lo general, la abstención es mucho mayor en el resto de sufragios, pero el agudo descenso de las generales en las últimas convocatorias ha provocado una convergencia entre los comicios que incluso ha llegado a dar ventaja a los autonómicos en multitud de comunidades.

Aunque la participación sigue una tendencia a la baja desde la llegada de Felipe González al Gobierno en 1982, el dato no sólo depende del ciclo político, sino además de la distribución geográfica: la abstención afecta especialmente a las regiones costeras, mientras que mantiene niveles inferiores en el interior peninsular. De hecho, durante 2016 la tasa de participación sólo se mantuvo por encima del 70% en las circunscripciones continentales.

La primera victoria socialista dio pie a una corriente sociológica según la cual las "elecciones de cambio" se caracterizaban por niveles de participación elevados —superiores al 70% en 1982, 1996 y 2004—, pero esta teoría pareció quedar invalidada en 2011, cuando el PP de Mariano Rajoy arrebató el Ejecutivo a Zapatero con una concurrencia a los colegios de apenas el 68,9%. Si bien es cierto que de las cinco elecciones con mayor participación, tres han dado un resultado favorable al PSOE, no existe una correlación clara: