Errejón no quiere presentarse sin Carmena y confía en que se decida a última hora

Manuela Carmena se resiste a encabezar una lista electoral de Más Madrid en la circunscripción madrileña para las elecciones generales del 10-N, como le piden Íñigo Errejón y su entorno más cercano. Tras sondear su disposición durante las últimas semanas, la presión para que diese el paso se incrementó desde este martes, nada más constatarse oficialmente el fracaso de Pedro Sánchez para formar Gobierno y ponerse rumbo a nuevas elecciones. La excaldesa se descartó desde un principio, pero se mantuvo su nombre sobre la mesa intentando convencerla porque sus más allegados reconocen que "tiene mono" de política. Este jueves, volvió a descartarse, ya en público, después de que este diario difundiese estas informaciones: "Me descarto, llevo dos o tres días diciendo que no, el resultado es que no".

No es la primera vez que la exjueza y alcaldesa de Madrid durante la pasada legislatura se niega a aceptar de inicio este tipo de propuestas para finalmente cambiar de opinión. Ya ocurrió antes de las elecciones municipales de 2014 que la llevaron a la alcaldía de la capital, cuando no cambió de parecer hasta última hora. Durante semanas estuvo diciendo que no a todas las personas que se movilizaron para convencerla, desde los líderes de Podemos hasta contactos suyos que la animaban. Esta experiencia todavía pesa y es por ello que las llamadas y las peticiones para que sea cabeza de lista el 10-N se siguen sucediendo durante las últimas horas. Ahora se vuelve a confiar que se decida a última hora, pese a reconocer las dificultades.

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Tienen algo más de dos semanas para convencerla. El plazo para el registro de las candidaturas electorales se cierra el próximo 7 de octubre. Desde su entorno, la vuelven a animar y advierten de que con Carmena "nunca se sabe", por lo que no tiran la toalla pese a que ella misma se haya autodescartado. En Más Madrid están dispuestos a esperar a que reflexione, al entender que sería la persona más idónea para encabezar una nueva candidatura. Los más favorables a minimizar riesgos se inclinan además a no presentarse a las elecciones si no es Carmena quien lidera la lista electoral.

El análisis de oportunidad, tras valorar pros y contras, ha hecho que una mayoría en Más Madrid se imponga a favor de la candidatura en el debate sobre si dar o no la batalla electoral en unas elecciones generales. Hay hambre de elecciones generales y de tener un altavoz en el Congreso de los Diputados. Así lo trasladan algunas de las voces con más legitimidad interna, convencidos de que este nuevo actor político cuenta con una ventana de oportunidad en el actual contexto de bloqueo político, ante el hastío del electorado de izquierdas por el fracaso de las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos.

La obsesión por convencer a Carmena se debe también a que Íñigo Errejón se resiste a correr el riesgo de encabezar una candidatura, tanto por cuestión de tiempos como por estrategia. Su objetivo ahora pasa por desarrollar sin prisas una organización que todavía no cuenta con estructura y evitar un crecimiento desordenado. Presentarse a unas elecciones generales, sin garantizarse grupo propio en el Congreso, y teniendo que dejar la presidencia del grupo en la Asamblea, podría sería una jugada precipitada que además trastocaría su hoja de ruta, pensada en el medio plazo. El objetivo pasa por hegemonizar el espacio a la izquierda del PSOE, y no ser solamente una pequeña fuerza completamente subsidiaria de los socialistas.

En los últimos días, Más Madrid está en un sanedrín permanente, con el propio Errejón suspendiendo compromisos de su agenda y sin dejarse ver por su despacho de la Asamblea de Madrid. Quienes siempre defendieron la necesidad de presentarse a elecciones apuestan incluso por que sea Errejón el cabeza de lista si se consuma el rechazo de Carmena. El interés por tener representación en el Congreso de los Diputados se traduce en la necesidad de crear cuadros para un proyecto que todavía está en plena construcción —y cuya fundación oficial se fijó para este otoño—, obtener recursos económicos y humanos para su desarrollo y, principalmente, ganar visibilidad en la política estatal. Una avanzadilla imprescindible de cara a extender este proyecto político de "la nueva izquierda" y amplificar sus mensajes.

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Mientras tanto, Carmena sigue su agenda pública. La pasada semana se la pudo ver con la secretaria de Estado de España Global, Irene Lozano, y este mismo miércoles coincidió en un foro en Barcelona con la ministra de Industria, Reyes Maroto. No rehúye valorar la actualidad política, y este jueves apostaba por utilizar en política los "pactos y el consenso" y que una "receta fácil" que no falla para llegar a acuerdos poselectorales es "preocuparte por la gente y no tanto por tu escaño o tu partido".

Con cierto aroma a argumentario de campaña, también apostó por hacer lo "imposible" para acabar con unas confrontaciones "absolutamente ridículas", que no tienen sentido, dijo, y por buscar lo que une y no lo que separa, recordando que en nuestra historia fuimos capaces de hacer cosas por "unanimidad y parece que se nos ha olvidado", según declaraciones recogidas por Europa Press. En el PSOE, nunca escondieron su interés por la exalcaldesa, y Pedro Sánchez confesó en una entrevista concedida después de fracasar en su investidura que Carmena "reúne sin duda alguna el perfil adecuado para entrar en el Gobierno".