Es noticia
Los críticos buscan apoyos para tumbar a Sánchez con la dimisión de la ejecutiva
  1. Elecciones Generales
CRISIS EN LA CASA SOCIALISTA

Los críticos buscan apoyos para tumbar a Sánchez con la dimisión de la ejecutiva

La intención declarada del líder de no marcharse si pierde la votación de su congreso calienta más aún los ánimos. El pulso entre sanchistas y barones puede estar abierto hasta el último minuto

Foto: El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), conversa con el portavoz parlamentario de su partido, Antonio Hernando. (EFE)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), conversa con el portavoz parlamentario de su partido, Antonio Hernando. (EFE)

En el PSOE se ha instalado una sensación rara. De división, sí, sin duda, de ruptura total de puentes, pero también de expectación. En las conversaciones informales con diputados y dirigentes emerge el único tema de conversación posible, si Pedro Sánchez caerá o no antes del sábado, cuando se celebre el comité federal, o ese mismo día, y cómo será ajusticiado por sus críticos, si es que consiguen los apoyos, que está por ver. Los sanchistas aparentan tranquilidad y están en modo espera, aguardando el siguiente movimiento de sus detractores. Estos, a su vez, siguen calentándose con las señales que emite el secretario general y calibrando apoyos para poder defenestrar a Sánchez "cuanto antes". Si es provocando su caída con la dimisión de la mitad más uno de los miembros de su ejecutiva, mejor, pero no descartan intentar ganarle el pulso en el mismo comité, cuando se someta a votación la propuesta de congreso ordinario del partido para ya mismo, con la elección por los militantes del secretario general el 23 de octubre.

Todos se miran con muchísimo recelo y nadie quiere destapar todas sus cartas. Los críticos, a los siguientes a los que les toca mover ficha, guardan celosamente su estrategia y sobre todo los tiempos. Oficialmente, se esgrime que no hay novedades, que las dos vías más posibles para derribar a Sánchez siguen vivas, y que no se descarta ninguna de ellas. La primera, en principio, es más sencilla porque tendría efectos inmediatos y garantizaría a los contrarios al secretario general su salida automática. Como el plenario de la ejecutiva lo conforman hoy 35 integrantes —uno, Pedro Zerolo, murió, y otros dos ya se marcharon por causas distintas, el gallego José Ramón Gómez Besteiro y el canario Javier Abreu—, los críticos necesitarían la carta de dimisión de 18 miembros. O sea, la mitad más uno. En el momento en que las firmas se presentaran en Ferraz, la dirección cae en bloque y el comité federal tendría que convocar un congreso extraordinario y nombrar una gestora, una cúpula interina que conduzca provisionalmente el partido.

Foto: Pedro Sánchez, en rueda de prensa este 26 de septiembre en Ferraz, tras la reunión de la permanente de la ejecutiva federal. (Reuters)

Las cuentas están ajustadas. Los sanchistas sostienen que sus rivales no tienen los números, porque de lo contrario ya habrían fulminado a Sánchez. Los críticos, mientras, siguen explorando si esta fórmula tiene o no éxito. Hay dirigentes claramente alineados en cada uno de los dos bloques, pero también otros que teóricamente tienen un perfil más dudoso. Así, Sánchez dispone del respaldo inequívoco de ejecutivos como César Luena (su número dos), Patxi López, Adriana Lastra, María González Veracruz, Meritxell Batet, Pilar Lucio, Susana Sumelzo, Iratxe García, Luisa Faneca, Luisa Carcedo, Ibán García del Blanco, Roberto Jiménez y la presidenta de Baleares, Francina Armengol. A la suma hay que añadir a la 'consellera' valenciana Carmen Montón, que en los últimos días ha hecho gestos de complicidad con el líder: pasó con él la noche electoral del 25-S y el lunes en la reunión de la permanente fue la única que calló y no expresó su opinión, o a favor o en contra de la convocatoria inmediata del 39º Congreso del PSOE. Y también el exprimer secretario del PSC Pere Navarro, que, como miembro de la dirección por su partido, obedecerá la consigna marcada por su jefe de filas, Miquel Iceta. En total, 16 apoyos prácticamente seguros.

Los dos bloques dicen que cuentan con los números suficientes para ganar el comité. En la ejecutiva, la correlación de fuerzas está muy igualada

Los críticos, a su vez, contarían con la firma de al menos seis de los ocho representantes andaluces en la ejecutiva (Antonio Pradas, María José Sánchez Rubio, Estefanía Palop, Noemí Cruz, Pacote Pizarro y Juan Pablo Durán), más, muy probablemente, la presidenta del partido, Micaela Navarro, que en la permanente del lunes se pronunció contra la fecha del cónclave aunque aún no ha decidido si firmará, según fuentes de su entorno. A estos siete andaluces hay que añadir los apoyos de los presidentes de Castilla-La Mancha y Valencia, Emiliano García-Page y Ximo Puig, y los dirigentes Luz Rodríguez, Carme Chacón, José Miguel Pérez, Manoli Galiano, Eva Matarín, Tomás Gómez, Carlos Pérez Anadón y María Murillo. 17 en total.

El 'endiablado' calendario de Pedro Sánchez

La duda de Cantabria

Algo dudosos serían el madrileño Manuel de la Rocha Vázquez y la baronesa cántabra y vicepresidenta regional, Eva Díaz Tezanos. El primero, en principio, caería del lado de Ferraz. Se pronunció a favor de Sánchez en la permanente del lunes, pero no forma parte de su núcleo duro, como tampoco está en él el navarro Roberto Jiménez. Díaz Tezanos ha respaldado al líder hasta ahora, pero también recibe la influencia de Alfredo Pérez Rubalcaba, ya muy enfrentado a él. Además, la dirección regional tiene previsto fijar posición en las próximas horas, entiende que la situación es "muy complicada" y la decisión ha de ser "muy meditada". La cúpula federal también se apunta a Manoli Galiano, pero en su federación, Castilla-La Mancha, insisten en que es fiel a Page y la prueba de su lealtad es que no acudió a la cita de hace dos días.

No se descarta presentar una moción de censura, una resolución de reprobación o las 18 firmas de los dimisionarios de la dirección el mismo sábado

Así las cosas, los críticos, capitaneados por Susana Díaz, están atornillando cada voto que pueda descabalgar a Sánchez, aunque de momento, según confesaban varios miembros de la ejecutiva, no ha comenzado la recogida de firmas (no se materializará hasta que que sea seguro que la maniobra tiene éxito) ni tampoco ha habido "presión" directa a algunos responsables para que cambien de acera. Las cuentas, en teoría, siguen sin salir para ejecutarle, aunque hay algunas fuentes conocedoras de los movimientos internos, cada vez más bruscos, que aseguran que la operación ya está hecha. Lo cierto es que en muy pocos votos está la clave y nada va a ser fácil. Para empezar, porque sería un golpe traumático (un "golpe de Estado dentro del PSOE que no va a tolerar la militancia", dicen los sanchistas), y para seguir, porque tiene derivadas incluso territoriales: con el 'magnicidio' se visualizaría, por ejemplo, que Puig no controla a una 'consellera' suya, Carmen Montón.

Susana Díaz responde a Pedro Sánchez: no al congreso y no a las primarias

“Siguen trabajando a muerte con la ejecutiva, pero es muy difícil que haya gente que se preste a un asesinato político de esa envergadura para crear una gestora cuya primera decisión sería darle el Gobierno a Mariano Rajoy. Esto es muy difícil de asumir y de explicar por más que ansíen acabar con Pedro", resume un sanchista. El mensaje hasta ahora en las filas del PSOE andaluz era que “cuanto antes, mejor”. Ahora ya empiezan a suavizar esa teoría. Parece más bien que improvisan porque no logran los apoyos necesarios para resolver la situación interna contra el secretario general. Lo cierto es que ahora es posible oír de boca de algunos socialistas andaluces que es mejor aplazar ese trance. Es “más democrático y orgánicamente más razonable” que sea el comité federal, el máximo órgano entre congresos, esgrimen ahora, el que tuerza el brazo a Sánchez. Pero él ya avisó ayer martes en la SER de que aunque le tumbaran su propuesta de congreso inmediato, no se iría.

¿Y si no se va?

Sus detractores captaron el mensaje y la indignación interna creció: creían inconcebible que el líder se atrincherara después de ser abofetado por el máximo órgano de poder del PSOE. No es "aceptable" ni "democrático", sintetizó el expresidente manchego José María Barreda. Incluso en el círculo del líder, había dirigentes que, en privado, reconocían que si Sánchez pierde la votación en el comité federal, no tendría más remedio que marcharse, por mucho que no quisiera. Otros responsables, en cambio, se aferraban a que ese escenario no conlleva la muerte del secretario general y respaldarían que se mantuviese al frente del partido.

Dirigentes cercanos a Sánchez reconocen que no le quedaría más remedio que marcharse si el comité le desautoriza. Otros respaldan su decisión

Si en efecto Sánchez no se marchara, se podría activar otra vía: que se recogiesen firmas para presentar una moción de censura, que tendría que ser respaldada por mayoría absoluta en otro comité o presentar una resolución de reprobación. Tampoco se descarta que las 18 dimisiones de la ejecutiva se presenten el mismo sábado, en caso de que el jefe de los socialistas no dé su brazo a torcer.

Foto: Eduardo Madina y el expresidente manchego José María Barreda atienden a los medios antes de la reunión del grupo socialista en el Congreso, este 27 de septiembre. (EFE)

Por eso, según valoraban algunos críticos en el Congreso, las palabras de Sánchez podían ayudarles a llevar a término su plan, en la medida en que convencieran a los indecisos de que quiere sobrevivir como sea y sacar adelante, más que un congreso, "un plebiscito sobre su persona", situando el debate en unos términos "falaces", el diferenciar entre la "izquierda y la derecha del partido". Mensaje que además irritó sobremanera a los barones, como demostraron con sus declaraciones Susana Díaz y Guillermo Fernández Vara. Sánchez se matizó a sí mismo y sostuvo que lo que quería decir era que una abstención al PP conduciría al PSOE a una posición "subalterna" que él no quiere para su formación.

Javier Fernández considera "fuera de lugar" la celebración del congreso federal del PSOE

Todo son especulaciones inmersas en un clima tenso de alto voltaje. Todos tienen mayoría. Quienes conocen al PSOE saben que el comité federal del sábado puede ser una bomba. Nadie oculta que en un órgano con más de 300 miembros es muy difícil controlar el sufragio que, advierten desde Ferraz, será secreto “sí o sí”, así que la votación puede ser "una lotería" para ambas partes. En el aparato federal dan por hecho que ganarán, porque de lo contrario Sánchez no habría planteado ese órdago, y además es el que controla el censo. Los críticos, en cambio, subrayan que caen de su lado las federaciones más grandes (Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias, Aragón y Canarias, más la mitad de Valencia y una parte de Madrid), aunque admiten que ningún territorio es uniforme, salvo el controlado por Díaz, la más homogénea, y eso les permitiría partir con una ventaja, dicen, de unos 50 votos. Pero riesgo lo hay.

Javier Fernández: "Fuera de lugar"

Por el momento, seis de los siete presidentes autonómicos se han posicionado contra la propuesta de Sánchez y han anunciado que pelearán para que no prospere. Una de las voces más respetadas dentro del PSOE, la del jefe del Ejecutivo asturiano, Javier Fernández, afirmó que esa convocatoria de congreso exprés está "fuera de lugar". Con los barones se alinearon varios miembros del grupo parlamentario: en su reunión de este martes, 11 de las 15 intervenciones insistieron, con matices, en que no es momento de un cónclave. Cinco de ellos fueron diputados andaluces.

Díaz dice estar disponible para el PSOE. En su círculo, aclaraban que está dispuesta a "asumir" el liderazgo dentro de unos meses, no en el congreso exprés

Ya avisaron desde el entorno de Díaz de que sacarían toda la artillería orgánica y de que los referentes máximos del partido tomarían la palabra. Este miércoles lo hace en la SER el expresidente Felipe González. La propia baronesa andaluza irrumpió este martes para dejar claro que estará “donde le diga el partido, a la cabeza o en la cola”. Sus palabras fueron interpretadas por muchos como un paso al frente en caso de que finalmente haya primarias exprés el próximo 23 de octubre. Desde su entorno, se encargaron después de dejar muy claro que no es ese el mensaje. Susana Díaz estará disponible para “asumir” —es curioso, pero no hablan de disputar— el liderazgo del partido dentro de unos meses, insisten desde su círculo de confianza.

Mayoría contra Pedro Sánchez dentro del Grupo Parlamentario Socialista

Si los críticos pierden todas las batallas y Pedro Sánchez logra su calendario, habrá que ver si la baronesa andaluza puede permitirse decir que no después de que ha dado la palabra a muchos socialistas y poderes económicos del país. En ese escenario, los suyos insisten en que es una trampa y que sería mejor esperar a que Sánchez se estrellara en terceras elecciones. Si él se niega a dimitir en caso de que el comité federal tumbe sus planes y ella se niega a medirse con Sánchez en unas primarias este otoño, ¿qué hace el PSOE? “El partido no se puede permitir un cierre en falso de esta crisis. Sería el fin”, dicen los más veteranos.

A la espera de Felipe González

Con toda seguridad, lo que marque la jornada de miércoles en la casa socialista será la entrevista de Felipe González en la SER. El expresidente pasó de pedir al partido que apoyara al secretario general por cultura de partido a distanciarse cada vez más de él a cuenta de la investidura. González ha pedido a las claras la abstención con el PP y que, si hay nuevas elecciones, deben irse los cuatro candidatos. No está previsto que el expresidente acuda al comité federal de este sábado, pero él, como todos los exlíderes del PSOE, puede asistir a las reuniones del máximo órgano entre congresos. Tampoco se acercará a Ferraz, por encontrarse fuera de Madrid "por compromisos previos", Joaquín Almunia, según confirmó él mismo a El Confidencial. 

Pedro Sánchez reconoció este martes que no cuenta con el apoyo de la mayoría de los barones y de los notables. Pero él y su guardia pretoriana consideran que sí tiene el aval de las bases, y que la situación ya era insostenible, por lo que es preciso que se aborde el debate "a tumba abierta", en el que todos "hablen claro" y muestren sus cartas ante la militancia. 

Además de los duros reproches de Susana Díaz, Sánchez también pudo oír la advertencia nítida del extremeño Guillermo Fernández Vara: si el PSOE pacta con los independentistas, él haría como su antecesor en la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra: "Probablemente" abandonaría el partido. 

En el PSOE se ha instalado una sensación rara. De división, sí, sin duda, de ruptura total de puentes, pero también de expectación. En las conversaciones informales con diputados y dirigentes emerge el único tema de conversación posible, si Pedro Sánchez caerá o no antes del sábado, cuando se celebre el comité federal, o ese mismo día, y cómo será ajusticiado por sus críticos, si es que consiguen los apoyos, que está por ver. Los sanchistas aparentan tranquilidad y están en modo espera, aguardando el siguiente movimiento de sus detractores. Estos, a su vez, siguen calentándose con las señales que emite el secretario general y calibrando apoyos para poder defenestrar a Sánchez "cuanto antes". Si es provocando su caída con la dimisión de la mitad más uno de los miembros de su ejecutiva, mejor, pero no descartan intentar ganarle el pulso en el mismo comité, cuando se someta a votación la propuesta de congreso ordinario del partido para ya mismo, con la elección por los militantes del secretario general el 23 de octubre.

Crisis PSOE Pedro Sánchez Barones del PSOE Susana Díaz Ximo Puig Emiliano García-Page Alfredo Pérez Rubalcaba Mariano Rajoy PSC
El redactor recomienda