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Rajoy utiliza el debate de los Presupuestos contra Sánchez y su alianza con Podemos
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ensayo general de los guiones de la campaña

Rajoy utiliza el debate de los Presupuestos contra Sánchez y su alianza con Podemos

Rajoy desprecia a Sánchez por “falta de nivel y conocimiento” e insiste en el riesgo de una alternativa de gobierno de la mano de Podemos. El líder del PSOE da por amortizado al jefe del Ejecutivo

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicita al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicita al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

El debate de totalidad del proyecto de Presupuestos del Estado ha servido al Gobierno y a la oposición socialista para hacer un ensayo general de sus guiones de campaña para los próximos comicios. Mariano Rajoy, en persona y también a través de Cristóbal Montoro, desprecia a Pedro Sánchez por “falta de nivel y conocimiento” e insiste en el riesgo de una alternativa de gobierno que va de la mano de Podemos. Sánchez da por amortizado al jefe del Ejecutivo, le saca a Bárcenas, y da por hecho que en 2016 él será el próximo jefe del Ejecutivo.

Los Presupuestos son lo de menos para la oposición, cuyos portavoces eluden entrar en su contenido. El PP tiene asegurada su tramitación por la mayoría absoluta y los ofrece como factor de estabilidad frente las dudas e incertidumbres que se abren en la política nacional ante la próxima legislatura por la anunciada fragmentación del electorado. Los socialistas buscan incidir en el desgaste del Gobierno y de Rajoy en persona para ganar posiciones ante la carrera de las urnas.

Montoro quiso aparentar sorpresa ante el empeño de Sánchez en no entrar en el debate de las cifras, de los datos de la recuperación o por el simple hecho de que el dirigente socialista no esbozara alguna alternativa concreta a las recetas del Ejecutivo más allá de la derogación general de las reformas. Era lo que se esperaba en un debate incómodo para el PSOE desde que Rajoy lo adelantó al verano alver que los socialistas pactaban en toda España después del 24-M con todos los partidos situados a su izquierda, incluidos los grupos independentistas, contra el PP.

El ministro de Hacienda se aplicó también al discurso más político que presupuestario para denunciar los pactos vigentes y la amenaza que supone Sánchez en su alianza con “la izquierda radical” para la recuperación económica.

El presidente del Gobierno siguió la sesión desde su escaño sin inmutarse ante las constantes referencias de Sánchez contra él, incluidas las andanadas a cuenta del caso Bárcenas. El dirigente del PSOE parecía situarse en un debate previo a su investidura como inquilino de La Moncloa.

Rajoy le devolvió los cumplidos, pero sin subir a la tribuna. En línea con su nueva política de comunicación, salió a los pasillos de la Cámara para que le preguntaran por el debate. “Por historia, por trayectoria y porque es un partido de Gobierno, el PSOE se merecía un poco más de nivel y conocimientos”, soltó sobre la intervención de Sánchez. Incluso calificó de “sorprendente” y “notable” el papel del principal líder de la oposición por su renuencia a hablar de los Presupuestos, de política fiscal o a presentar alguna alternativa económica.

Montoro sacó partido de todo, de los silencios de Sánchez y al radicalismo orgulloso de IU en contra de los compromisos y el funcionamiento de la UE

Montoro se despachó contra los aliados municipales y autonómicos de los socialistas tanto en respuesta a Sánchez como en las réplicas a los portavoces de la extrema izquierda parlamentaria, todavía IU a falta de Podemos. El ministro se cebó en especial con Alberto Garzón, a quien calificó de “progre de los sesenta”, devoto del Manifiesto Comunista o seguidor del primer Tsipras (el de antes del acuerdo con las instituciones) ante los esfuerzos del dirigente de Izquierda Unida en pronosticar el fin del capitalismo o describir la crisis económica en los términos clásicos del marxismo original. Garzón reaccionó ratificándose en sus principios, incluido el del impago de la deuda o el desprecio por

Montoro sacó partido de todo, de los silencios de Sánchez y al radicalismo orgulloso de IU en contra de los compromisos y el funcionamiento de la UE. Le valía para remachar el discurso del Gobierno del PP ante las próximas elecciones para dar a elegir a los ciudadanos entre “la estabilidad y la recuperación económica que ofrece elPP” o la incertidumbre de una posible coalición de Sánchez con sus actuales socios en Autonomías y ayuntamientos: Podemos y el resto de la extrema izquierda.

El debate de totalidad del proyecto de Presupuestos del Estado ha servido al Gobierno y a la oposición socialista para hacer un ensayo general de sus guiones de campaña para los próximos comicios. Mariano Rajoy, en persona y también a través de Cristóbal Montoro, desprecia a Pedro Sánchez por “falta de nivel y conocimiento” e insiste en el riesgo de una alternativa de gobierno que va de la mano de Podemos. Sánchez da por amortizado al jefe del Ejecutivo, le saca a Bárcenas, y da por hecho que en 2016 él será el próximo jefe del Ejecutivo.

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