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El mapa del gasto en calefacción, edificio a edificio: ¿pagas más que tu vecino?
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REZAGADOS EN EFICIENCIA ENERGÉTICA

El mapa del gasto en calefacción, edificio a edificio: ¿pagas más que tu vecino?

La mayor parte de las viviendas no son eficientes y España está lejos de lograr la descarbonización completa del sector para 2050. Utilice el buscador del mapa para localizar su calle

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En España, hay 26,6 millones de viviendas y prácticamente la mitad se construyeron antes de 1980. Esta fecha no está escogida al azar. Solo a partir de ese año las nuevas construcciones tuvieron que empezar a cumplir normas en materia de condiciones térmicas para los edificios. Este es el punto de partida para entender por qué España necesita impulsar la rehabilitación de viviendas: el parque inmobiliario está muy envejecido. “Todos los edificios anteriores a esa fecha no tienen aislamiento térmico porque no había obligación”, explica Fernando Martín Consuegra, doctor arquitecto del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, del CSIC.

El origen de estas legislaciones fueron las Crisis del Petróleo de la década de los setenta, que marcaron un punto de inflexión también en el ámbito de la edificación. “Antes pensábamos que la energía iba a ser infinita, no había esta preocupación”, aclara el arquitecto. Desde ese primer paso, la normativa ha ido evolucionando para que nuestras viviendas y el resto de edificios sean cada vez más eficientes y menos contaminantes.

Ahora, España avanza en este sentido bajo el marco de la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE 2020), pero varios expertos consultados coinciden en que el ritmo de rehabilitación necesario para alcanzar los objetivos planteados es muy lento: “Hay que multiplicar por 10 lo que se hace en España al año”, valora Dolores Huerta, directora general del Green Building Council España.

Más del 81% de los edificios existentes se sitúa en las letras E, F o G, en términos de emisiones, en una escala que va de la A la G siendo la G la peor calificación. Ese porcentaje aumenta hasta el 84,5% de los edificios en el caso del consumo energético, según el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El organismo apunta al parque inmobiliario como el responsable de algo más de un tercio de las emisiones de CO2 del país.

Tipos de vivienda para clasificar la demanda energética

El plan del ministerio establece una división del parque de viviendas en 15 clústeres o grupos, según el año de construcción y el tipo de edificio, dependiendo de si es unifamiliar, de tres pisos o de más de tres. Las zonas climáticas también juegan un papel en la fórmula que determina cuál es la demanda de calefacción de cada edificio, esto es, la energía necesaria para mantener el interior de un edificio en condiciones de confort.

Con estos datos, el organismo encargó a Cíclica, una empresa de arquitectura enfocada en la eficiencia energética, la elaboración de una herramienta para poder analizar de un vistazo cuáles son los edificios y las zonas donde la rehabilitación es más urgente. Se trata del visor Urban3R, cuya información puede consultarse en el mapa de arriba para todos los municipios con datos.

¿Qué muestra el mapa?

Es el cálculo aproximado del la demanda energética para calefaccion en kilovatios por metro cuadrado al año. La herramienta Urban3R almacena información abierta extraída desde 2019 “para que se puedan tomar mejores decisiones sobre la rehabilitación de los edificios”, explica Joaquim Arcas, director ejecutivo de Cíclica. Y la información de cada edificio proviene de los grupos definidos en la ERESEE 2020. Así, según en cuál de los 15 clústeres se incluya cada edificio, se calcula de forma aproximada cuál es su demanda de calefacción.

Uno de los objetivos es que esta información sea más accesible para cualquier persona, aunque Arcas reconoce que la herramienta está más pensada para técnicos municipales que tengan que trabajar sobre las áreas urbanas. Con todo, el arquitecto insiste en que se trata de una aproximación a través de arquetipos, que aunque no tiene toda la perfección para ofrecer una categorización precisa, sí son útiles para hacer comparaciones y determinar dónde tiene más sentido poner los esfuerzos en rehabilitar.

placeholder Un edificio residencial en Madrid. (Getty/Anadolu Agency/Burak Akbulut)
Un edificio residencial en Madrid. (Getty/Anadolu Agency/Burak Akbulut)

Los datos incluyen además una estimación del precio de rehabilitación del edificio y de la demanda que tendría después de una intervención de ese tipo. “Estas cifras son más imprecisas, porque están estimadas con precios del año 2019”, advierte Huerta. La pandemia, la guerra de Ucrania y la inestabilidad geopolítica han elevado en buena medida los costes de los materiales y, por tanto, de estas obras.

“El que entra al visor y ve que puede rehabilitar su casa por 18.000 euros tiene que saber cómo interpretarlo, primero porque son estimaciones y segundo porque está muy por debajo del precio actual de mercado”, advierte la arquitecta.

Para la experta, sin embargo, a día de hoy es complicado contar con información más precisa a nivel nacional. Ni siquiera, actualizando los datos a precios actuales. “Es una lacra que tenemos, que no existe un registro central con estos datos sobre los edificios”, lamenta.

El visor es un proyecto colaborativo en el que pueden participar los usuarios registrados añadiendo la información de un municipio a partir de los archivos descargables del catastro, según se especifica en la documentación. Debido a este sistema, por el momento no está disponible la información de todos los municipios.

Además, la información catastral puede dar lugar a estimaciones erróneas. En esos casos, se indica que hay situaciones especiales que pueden afectar a los cálculos. Para el responsable de Cíclica, la información a nivel estatal es mejorable, pero sobre todo se puede exigir más calidad a nivel municipal.

El experto menciona que ya trabajan con visores que cuentan con información más específica y no basada en arquetipos o grupos en el País Vasco. Y menciona también el caso de Barcelona, donde ya han publicado datos edificio a edificio y un simulador que permite, tanto al ciudadano como al gestor, conocer el potencial rehabilitador de su vivienda con más precisión.

¿Y el clima?

Igual que el aire acondicionado es menos necesario en León que en Córdoba, calentar un hogar cuesta más en los lugares con clima más frío durante el otoño y el invierno. Huerta menciona la meseta central, las zonas de montaña o la cornisa cantábrica como ejemplo de zonas donde el invierno es más duro, “pero aunque parezca mentira, las deficiencias también se notan en Andalucía”, advierte la experta. Allí, muchos edificios residenciales ni siquiera tienen un sistema de calefacción: “A lo mejor solo pasan 10 o 20 días de frío al año, pero esos días pasan mucho frío en las casas”, argumenta.

A la hora de determinar dónde puede haber más urgencia para impulsar la rehabilitación de edificios, los documentos de trabajo del Ministerio tienen en cuenta la división por zonas climáticas en España. Cerca de un tercio de las viviendas principales, algo más de 6,5 millones, están ubicadas en lugares muy fríos (zonas D y E), mientras que otro tercio están en ambientes cálidos o templados.

Según los cálculos del ministerio, una de cada diez viviendas principales de las provincias que se consideran en el centro de la escala climatológica, como Toledo o Barcelona, no tienen calefacción.

Más allá de los datos: la vida real

Los expertos consultados coinciden en que el modelo empleado para la clasificación del parque de viviendas por la ERESEE 2020 ofrece una información muy valiosa para empezar a trabajar. “Pero luego la realidad es que ninguna vivienda se comporta como predicen los modelos”, dice Martín Consuegra.

Esta es una de las claves del proyecto Habita Res del CSIC, cuyo principal investigador es Ignacio Oteiza. Para llegar a esta conclusión, se ha llevado a cabo la monitorización de varios parámetros en una muestra de distintos hogares de Madrid, repartidos en determinados barrios vulnerables: el Poblado Dirigido de Fuencarral, Manoteras, Simancas, Villaverde Alto Sur, Orcasitas y Buenavista.

Las circunstancias que explican el consumo en cada hogar son infinitas: “Hemos visto que gente que viene de Segovia, que está más acostumbrada al frío, pone menos la calefacción que una persona mayor o que una familia con niños”, advierte Martín Consuegra, investigador de este proyecto, para explicar factores no se captan con modelos estadísticos.

placeholder Una mujer se calienta junto a una estufa eléctrica en Barcelona. (Getty/SOPA Images/Davide Bonaldo)
Una mujer se calienta junto a una estufa eléctrica en Barcelona. (Getty/SOPA Images/Davide Bonaldo)

Eso sí, en general, esta necesidad de rehabilitación para ahorrar energía es mucho mayor en los barrios de rentas bajas al ser edificaciones más antiguas y, por tanto, peor aisladas. “Si tu edificio es un sumidero de energía y encima tienes bajos ingresos, no vas a tener los recursos suficientes para costear el confort que necesita ese edificio”, apunta Martín Consuegra. La mayoría de los desarrollos de vivienda social, como los poblados dirigidos o unidades vecinales, se construyeron en los 50 y los 60. “En sitios como el barrio del Pilar o Aluche hay promociones enormes, con mucha vivienda pero en barrios de rentas muy bajas”, añade.

Además, en los últimos años, en los países de nuestro entorno, la pobreza energética se está exacerbando por las subidas de precios a causa de la inestabilidad geopolítica. Con todo, el experto matiza que, en este contexto, muchos países de Europa nos miran con cierta envidia porque las medidas adoptadas para paliar la pobreza energética, como el bono social o el control de precios, han conseguido que la explosión no sea “tan brutal” como en otras zonas.

“Gente que solo pone la calefacción cuando viene el hijo para que no se dé cuenta de que no tiene, personas que no ventilan y tienen una calidad de aire muy mala, casos de estar viviendo a 13 grados dentro de la vivienda… Cosas bastante dramáticas que no salen en ningún modelo de energía”, enumera el Martín Consuegra entre los casos que ha conocido al monitorizar viviendas.

Foto: Un termómetro marca 37 ºC en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)

La tesis doctoral de este investigador, que forma parte del proyecto del CSIC, propone precisamente un modelo de monitorización de viviendas. El Ayuntamiento de Madrid se ha interesado por su metodología y ya ha firmado un convenio para utilizarla en la estrategia Habita Madrid. “Tomamos una muestra de las viviendas que tienen subsidios para rehabilitar, captando datos antes y después, para cuantificar exactamente cuánto ha sido la mejora”, explica Martín Consuegra. Así, consiguen medir con datos científicos qué está pasando con las rehabilitaciones. Para ello, ya monitorizan 50 viviendas y van a incorporar 160 más, la mayor parte construidas en los años de posguerra.

Orcasitas, caso de éxito

Manuela Navarro, vecina del poblado dirigido de Orcasitas, descubrió las posibilidades del aislante térmico a raíz de unos problemas que observó en la fachada de su edificio. Gracias a las ayudas del Ayuntamiento de Madrid, que cubrieron el 80% de los gastos, y las buenas condiciones que ofrecieron a los vecinos para pedir préstamos, Manuela consiguió convencer a su bloque para comenzar unas obras que ya les ahorran cientos de euros en calefacción. Su éxito contagió a otros bloques y en este barrio ya son más 1.800 las viviendas que se han beneficiado de la rehabilitación, según explican algunos protagonistas de la historia en este vídeo.

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Este es el ejemplo perfecto de la principal propuesta del equipo de Habita Res, que propone, más allá de rehabilitar edificios de forma individual, concentrar los esfuerzos en rehabilitar barrios vulnerables de forma integral.

"Lo que va a potenciar que rehabilitemos todas nuestras ciudades —porque la rehabilitación tiene que ser masiva para que tenga un impacto— es que se produzca esta ola de renovación en los barrios”, explica Martín Consuegra. “Y allí se apunta todo el mundo, están como locos, cuando se han dado cuenta del beneficio que trae no hay nadie que no quiera el aislamiento térmico”.

El arquitecto cuenta que incluso les llaman de otros barrios para que expliquen cómo lo han hecho. “Si no empiezas fuerte, con barrios enteros de esta gente humilde que tiene la energía para poder cambiar la realidad, es muy difícil que consigamos que esto se extienda”.

Objetivo: neutralidad climática

La Ley Europea del Clima obliga a los estados miembros a alcanzar la neutralidad climática para 2050. Para lograr ese objetivo, ya se aplican limitaciones y prohibiciones en varios sectores. “Hasta ahora hemos oído hablar más de las restricciones para los coches, pero los edificios son tremendamente consumidores de energía y, por lo tanto, tremendamente contaminantes”, dice Huerta.

Hacia finales de enero del próximo año, se prevé que se apruebe la directiva sobre la eficiencia energética de los edificios, cuya transposición a la legislación española determinará el nivel de ambición para renovar el parque inmobiliario. En el borrador de esta norma, se advierte que casi el 75% de los edificios europeos son ineficientes mientras que la tasa de renovación se sitúa en torno al 1%. “Al ritmo actual, la descarbonización del sector de la construcción requeriría siglos”, reza el documento.

Foto: El autoconsumo fotovoltaico atrae cada vez a más consumidores. (EFE/Pablo Rojo)

Huerta y Arcas coinciden en que una de las cuestiones más urgentes para movilizar la rehabilitación es aprovechar los fondos Next Generation. “Hay que gastarlos y gastarlos bien, con cabeza, y que después no decaiga”, cree Huerta. Para ella, es importante invertir no solo en las obras, sino en ayudar en todo el proceso. Pedir estas ayudas no siempre es sencillo, como tampoco lo es convencer a una comunidad de vecinos de hacer obras.

“Se está gastando mucho en hacer las rehabilitaciones y poco en ayudar a gestionar todo ese proceso, y el resultado es que no se piden porque nadie se ve capaz”, coincide Arcas. “Hay una inversión altísima en rehabilitación, y no es muy seguro que se vaya a gastar toda”, lamenta Huerta.

Metodología

Los datos del mapa han sido extraídos del visor Urban3r, que permite la descarga de información disponible (4.631 de 8.131 municipios). Este trabajo, así como el tratamiento de los distintos ficheros, ha sido automatizado con varias librerías de python.

Para visualizar la información en el mapa, se han tratado los datos de Catastro para todos los municipios de España, excepto de País Vasco y Navarra, que cuentan con registros propios. La cartografía y los datos de País Vasco proceden de Urban3r. 

Solo se muestra la información para los edificios de uso residencial. En algunos casos, se ha detectado que los datos de Catastro pueden contener algún fallo en la categorización del uso de los edificios, por lo que es posible que en ocasiones no haya datos para edificios residenciales.

El año de construcción procede de los datos de Catastro y, en aquellos casos en los que se ha hecho una reforma posterior, figura la fecha de esa reforma para dicho campo. Esto puede dar lugar a errores en la agrupación por clústeres, ya que se tiene en cuenta el año de construcción que figura en Catastro.

En España, hay 26,6 millones de viviendas y prácticamente la mitad se construyeron antes de 1980. Esta fecha no está escogida al azar. Solo a partir de ese año las nuevas construcciones tuvieron que empezar a cumplir normas en materia de condiciones térmicas para los edificios. Este es el punto de partida para entender por qué España necesita impulsar la rehabilitación de viviendas: el parque inmobiliario está muy envejecido. “Todos los edificios anteriores a esa fecha no tienen aislamiento térmico porque no había obligación”, explica Fernando Martín Consuegra, doctor arquitecto del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, del CSIC.

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