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El Eurogrupo asume un tono más pesimista e insiste en terminar con las ayudas energéticas
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preocupación entre los ministros

El Eurogrupo asume un tono más pesimista e insiste en terminar con las ayudas energéticas

Gentiloni pide una política fiscal "restrictiva" y el Eurogrupo asume un tono algo más pesimista ante un escenario de menor crecimiento

Foto: Reunión del Ecofin en Santiago de Compostela. (EFE)
Reunión del Ecofin en Santiago de Compostela. (EFE)
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Aunque este viernes el sol lucía sobre Santiago de Compostela mientras los ministros de Finanzas de la Eurozona discutían de la situación económica, dentro de la habitación se empezaban a notar ciertos nubarrones. La actualización de las previsiones económicas de la Comisión Europea han dejado un aire de preocupación entre los titulares de economía. El verano se ha cobrado su víctima en forma de varias décimas de crecimiento del PIB en algunas de las principales economías europeas y los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE), que este jueves volvió a aumentar los tipos de interés, requieren de coordinación por el lado de la política fiscal.

Eso es lo que ha explicado a los ministros Paolo Gentiloni, comisario de Economía. "Para apoyar el esfuerzo del BCE para reducir la inflación, la política fiscal tiene que ser restrictiva", ha explicado Gentiloni en rueda de prensa. "Esto no significa recortar en inversiones, pero sí terminar con las ayudas energéticas, y asegurar que cualquier medida nueva que pueda probarse como necesaria se ajuste a los más vulnerables", ha añadido el italiano, que lleva repitiendo este mensaje desde hace meses.

Foto: Margrethe Vestager. (Reuters/Yves Herman)

"La Eurozona ha esquivado una recesión en el invierno, lo cual no era obvio dadas las múltiples crisis que estábamos afrontando. En cualquier caso, el crecimiento durante el verano ha sido más débil de lo que esperábamos ante un escenario de una inflación que decae pero que sigue siendo alta", ha señalado el comisario. Este lunes el Ejecutivo comunitario anunció que su previsión de crecimiento de la Eurozona para 2023 es del 0,8%, en vez del 1,1% que preveía antes de verano, y para 2024 un crecimiento del 1,3% en vez del 1,6%.

En julio, el Eurogrupo ya acordó un comunicado sobre la posición fiscal en el que recogía estas ideas, llamando ya entonces a lograr una "política fiscal general restrictiva en la zona del euro para 2024". Pero fuentes conocedoras de las conversaciones explican que ahora el ambiente es algo más tenso que en verano, que hay más preocupación, que la inflación se está demostrando más resistente de lo esperado y que la acción decidida del BCE también genera algunos dolores de cabeza, aunque ningún ministro ha cuestionado el último incremento durante la reunión que han mantenido con Christine Lagarde, presidenta del eurobanco. Fuera de la sala, Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, sí que ha señalado que la subida de tipos debería frenar aquí: "Es suficiente".

Foto: Nadia Calviño y el presidente ejecutivo de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Sergio Díaz-Granados, en Santiago. (EFE/Lavandeira jr.)

Este ambiente de cierta preocupación tendrá su traducción cuando se vuelva a revisar esa declaración de julio en el mes de diciembre, teniendo en cuenta también unos borradores presupuestarios que tendrán que hacerse en un ambiente de una "incertidumbre extraordinariamente alta", como ha señalado Gentiloni. Esta vez, explica una fuente, el lenguaje será algo más duro, algo más exigente. En los próximos meses, antes de que termine el año, la Comisión Europea hará un análisis sobre el impacto de las medidas de emergencia contra los altos precios de la energía, y volverá a intentar presionar para que los Estados miembros no lo prorroguen más allá del 31 de diciembre.

Pero la situación es complicada. A medida que la inflación se muestra más resistente, los consumidores están empezando a notar cada vez más el peso sobre sus salarios, afectando al mismo tiempo al crecimiento de la economía. En el Eurogrupo todos saben que, si la situación sigue siendo demasiado compleja, muchos Gobiernos tendrán la tentación de prolongar las medidas de emergencia para mantener el apoyo a los consumidores, lo que a la vez provocará que el endurecimiento de los tipos por parte del BCE sea menos efectivo.

Y aunque Frankfurt quiere dejar claro que creen que si los tipos de interés se mantienen en los actuales niveles durante "un tiempo lo suficientemente largo" pueden controlar la inflación, Lagarde tampoco ha cerrado completamente la puerta a ello y ha insistido en que las decisiones que tome el Consejo de Gobierno del BCE serán "dirigidas por los datos". Si la política fiscal no acompaña a la monetaria, las medidas del eurobanco podrían no ser lo suficientemente efectivas contra la inflación, obligando a endurecer más la política monetaria, generando un círculo vicioso

Aunque este viernes el sol lucía sobre Santiago de Compostela mientras los ministros de Finanzas de la Eurozona discutían de la situación económica, dentro de la habitación se empezaban a notar ciertos nubarrones. La actualización de las previsiones económicas de la Comisión Europea han dejado un aire de preocupación entre los titulares de economía. El verano se ha cobrado su víctima en forma de varias décimas de crecimiento del PIB en algunas de las principales economías europeas y los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE), que este jueves volvió a aumentar los tipos de interés, requieren de coordinación por el lado de la política fiscal.

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