Delgado busca apoyos para el BCE mientras Moncloa se vuelca en Calviño y el BEI

Recta final en uno de los procesos en que España se juega más influencia a nivel internacional. Todo apunta a que el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidirá el próximo jueves qué mujer presidirá entre 2024 y 2029 su brazo supervisor (MUS, Mecanismo Único de Supervisión), responsable de la vigilancia de los 110 mayores bancos europeos.

La candidata Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, llega a esta reunión con menos opciones de las que tenía en julio, ante la presión política que está ejerciendo Alemania, cuya vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch, es la única rival de la española. El Gobierno de Pedro Sánchez no ha entrado en esta batalla, según fuentes próximas al proceso consultadas por este medio. Esta carrera coincide en el tiempo con la búsqueda de una nueva presidenta para el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cargo al que opta la vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño.

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Desde Economía, señalan que son dos procesos independientes y que el Gobierno muestra una apuesta firme por que los españoles ganen influencia en instituciones internacionales. Y añaden que Calviño se ha manifestado públicamente a favor de la candidatura de Delgado.

Sea como sea, las fuentes consultadas ven una "diferencia abismal" en cómo se está involucrando Alemania en el proceso y cómo (no) lo está haciendo España. Pero añaden que esta debería ser precisamente la baza que jueguen la subgobernadora y su entorno de cara al próximo jueves: "Tiene un mejor perfil técnico, como reconoció el Parlamento Europeo, es su comodín frente a la candidatura politizada", apuntan.

Voto secreto

Esta diferencia no beneficiaría a Delgado en una votación de los ministros de Economía (Ecofin), pero sí puede tener ventajas para el cargo de presidenta del MUS, que se elige en una votación secreta entre los miembros del consejo de gobierno del BCE. A él asisten el comité ejecutivo de la institución y los banqueros centrales de cada país, a priori independientes del poder político. Entre los que votarán, figuran el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El reto de la española es conseguir que los miembros del consejo de gobierno valoren su perfil supervisor, con experiencia en el BCE y el Banco de España vigilando bancos, frente al de Buch, más enfocado hasta ahora en temas macroprudenciales. Eso es lo que llevó al Parlamento a pronunciarse a favor de Delgado, aunque, según publicó Bloomberg este miércoles, hay malestar en la institución europea porque la presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde, no ha compartido todas sus conclusiones con el consejo de gobierno.

Esta información aviva los rumores de que la propia Lagarde (es decir, Francia, que tiene dos de 26 votos) se habría inclinado del lado de Buch para evitar que el futuro presidente del BCE sea germano. Alemania tiene otros dos votos, al contar también con un miembro del comité ejecutivo (Isabel Schnabel), así como Italia, que podría también apoyar a la vicepresidenta del Bundesbank tras conseguir mantener su cuota de poder en el comité ejecutivo. Así, el italiano Fabio Panetta será sustituido sin oposición por Piero Cipollone.

Todos estos rumores explican que las últimas informaciones de medios internacionales como Les Echos y Der Spiegel apunten a Buch como favorita. Sin embargo, las fuentes consultadas creen que Delgado sigue teniendo sus bazas. "Puede que en julio, tras el informe del Parlamento, estuviera un 60% para ella y un 40% para Buch, pero el pulso sigue todavía equilibrado, con el 60% para la alemana", explican dichas fuentes.

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Al margen del perfil técnico, entre las bazas que está usando Alemania destaca la presencia de españoles en puestos financieros, como la silla que ocupa Guindos en el BCE; la presidencia de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) de José Manuel Campa, o los puestos en Basilea de Fernando Restoy y Hernández de Cos. Aun así, las fuentes consultadas defienden que los italianos tuvieron a la vez las dos sillas más importantes (presidencia del BCE y el MUS), y que los cargos de Basilea no son europeos sino internacionales.

Otro factor en contra es que la candidatura de Calviño amenaza a Delgado ante un posible pacto para repartir todas las sillas y la sede del AMLA, el futuro organismo de prevención de blanqueo, por el que pujan las principales capitales europeas, incluidas Madrid, París y Fráncfort.