Es noticia
El gráfico que augura que Madrid seguirá ampliando la brecha de riqueza con Cataluña
  1. Economía
La inversión puntera

El gráfico que augura que Madrid seguirá ampliando la brecha de riqueza con Cataluña

El 'stock' de capital innovador en Madrid se ha disparado, separándose definitivamente del catalán. Y este es un indicador que predice la evolución económica de las regiones

Foto: Fotografía de la Barceloneta al atardecer. (Reuters/Nacho Doce)
Fotografía de la Barceloneta al atardecer. (Reuters/Nacho Doce)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

En los últimos años, ha sido noticia el sorpaso de Madrid a Cataluña en términos de PIB. O lo que es lo mismo, la producción total en la comunidad que alberga a la capital del país es más de un 2% superior. Sin embargo, para su población la medida que realmente interesa es la del PIB per cápita, esto es, la producción que genera por cada habitante, que conforma la renta de cada región para repartir entre sus ciudadanos. Históricamente, la producción de Madrid ha sido superior a la de Cataluña, pero en la última década la distancia se ha ampliado y es ya un 16% superior, seis puntos más de la que había en los años noventa.

Esta brecha podría seguir agrandándose en el futuro si se atiende a la evolución de uno de los principales motores del crecimiento económico: la inversión en activos inmateriales: patentes, bienes de propiedad intelectual, software, etc. Esto es, activos que emplean los sectores punteros en tecnología y de alto valor añadido en su proceso productivo y que permiten a las regiones dar un salto de calidad a su tejido productivo y, por extensión, al empleo y a la renta de los hogares.

Foto: Imagen del 'skyline' de Madrid (Reuters).

Un estudio reciente de los investigadores Francisco Pérez García, Matilde Mas, Juan Fernández de Guevara y publicado por la Fundación BBVA recopila el stock de capital de las distintas comunidades autónomas de España y su relación con el crecimiento económico. Los resultados son clarificadores: cuando una región dedica sus recursos a invertir en el sector inmobiliario, el PIB per cápita no progresa. Por el contrario, si concentra su esfuerzo en bienes de propiedad intelectual, genera un impulso a su actividad, lo que correlaciona positivamente con el PIB per cápita.

Esta inversión es uno de los principales motivos que explica el fuerte crecimiento de la Comunidad de Madrid en la última década y también el sorpaso a Cataluña. Históricamente, el stock de capital destinado a la innovación en estas dos comunidades autónomas fue muy similar, próximo al 2% del capital total hasta el año 2008. En ese momento comenzó a abrirse una gran brecha que ha seguido ampliándose hasta la actualidad. En Madrid se multiplicó por dos, hasta superar el 5%, mientras que en Cataluña se ha quedado en el entorno del 4%. Un punto de diferencia que supone un 25% más de stock innovador en Madrid.

El esfuerzo inversor en la Comunidad de Madrid, medido como la inversión bruta (sin contar amortización ni depreciaciones) en estos activos inmateriales, ha sido muy superior al de Cataluña durante los últimos años. Madrid lleva una década destinando más del 4% de su PIB anual a esta inversión, mientras que en Cataluña solo en 2015 registró un avance del 4%.

Este bajo nivel de inversión ha provocado que el stock de capital innovador en Cataluña haya sido superado por Euskadi y ha sido alcanzado por Navarra. Esto explica, en buena medida, la atonía del crecimiento en Cataluña durante la última década en comparación con el resto de regiones punteras de España. Las empresas han buscado otros territorios dentro del país para invertir, en especial las que han apostado por las actividades punteras.

Madrid ha disfrutado de un doble efecto que se reproduce en las grandes urbes europeas: capitalidad y aglomeración. El efecto capital consiste en la fijación de empresas en las capitales para aprovechar que en estos lugares se concentra el poder político y las embajadas extranjeras. El efecto capital es especialmente importante para las multinacionales cuando aterrizan en un país y Madrid se ha beneficiado de este fenómeno desde la apertura de España al exterior tras su entrada en la Unión Europea.

Foto: Vista de Las Cuatro Torres de Madrid. (iStock)

El segundo de los efectos, el de aglomeración, designa a la acumulación de factores productivos en un mismo territorio, lo que produce que sea más sencillo conseguir suministros y trabajadores. Para las empresas innovadoras es más fácil encontrar mano de obra cualificada en Madrid que en otras regiones, en gran medida porque los nacionales emigran a la capital en busca de oportunidades. Y lo mismo ocurre con empresas que se sitúan en el rango intermedio de la cadena de valor, por ejemplo, las de servicios externalizados. Para ellas, es más fácil conseguir clientes en las grandes ciudades, lo que retroalimenta que las empresas que buscan este tipo de servicios se instalen también en la capital.

Cataluña, por el contrario, ha sufrido una época convulsa desde el punto de vista político, lo que ha ahuyentado a la inversión productiva. La salida de empresas de la comunidad autónoma es solo la punta del iceberg de un proceso de deterioro de su posición competitiva a nivel nacional. La clave para Cataluña no está en la inversión que ha conseguido en la última década, sino en la que ha dejado de conseguir y que explica que Madrid o País Vasco tengan más stock de capital productivo y que haya sido alcanzada por Navarra.

Esta brecha entre las regiones dificulta gravemente que Cataluña pueda competir con Madrid en el corto plazo en las estadísticas de PIB per cápita. Al contrario, la distancia en la inversión puntera augura una brecha mayor entre las dos regiones.

En los últimos años, ha sido noticia el sorpaso de Madrid a Cataluña en términos de PIB. O lo que es lo mismo, la producción total en la comunidad que alberga a la capital del país es más de un 2% superior. Sin embargo, para su población la medida que realmente interesa es la del PIB per cápita, esto es, la producción que genera por cada habitante, que conforma la renta de cada región para repartir entre sus ciudadanos. Históricamente, la producción de Madrid ha sido superior a la de Cataluña, pero en la última década la distancia se ha ampliado y es ya un 16% superior, seis puntos más de la que había en los años noventa.

Elecciones municipales y autonómicas
El redactor recomienda