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Francia presiona a España con el H2Med para etiquetar de verde el hidrógeno nuclear
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NUEVO CHOQUE POR EL MODELO ENERGÉTICO

Francia presiona a España con el H2Med para etiquetar de verde el hidrógeno nuclear

París utiliza el tubo para que Madrid y Berlín levanten su veto a considerar el hidrógeno rosa como renovable. Madrid niega presiones y mantiene su posición en la negociación europea

Foto: Los presidentes de Francia y España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez. (EFE/Andreu Dalmau)
Los presidentes de Francia y España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez. (EFE/Andreu Dalmau)
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Francia tiene una prioridad energética en todos los debates en Europa: proteger su mix energético, que incluye un importante componente nuclear. Se vio en el debate de la taxonomía, el etiquetado para las inversiones verdes, donde consiguió colar la energía atómica, y ahora se está volviendo a notar en el debate sobre la revisión de la directiva de renovables, la conocida como RED II. El objetivo de París es lograr que lo que ellos denominan "hidrógeno bajo en carbono", es decir, el procedente de la nuclear —comúnmente conocido como hidrógeno rosa—, cuente con un reconocimiento especial dentro de la directiva.

Fuentes diplomáticas francesas subrayan que no consideran que la nuclear deba estar en pie de igualdad con las renovables, pero señalan que la prioridad es que se reconozca la capacidad de apoyar la descarbonización que puede llegar a tener la energía atómica. Es un argumento similar al que utilizó en el debate de la taxonomía, que provocó un fuerte enfado en muchas capitales.

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Francia y otros ocho países, entre los que se encuentran Polonia o República Checa, escribieron el pasado 2 de febrero a la Comisión Europea solicitando el reconocimiento del papel del hidrógeno bajo en carbono en los objetivos de la revisión de la directiva RED II. Esa carta no está firmada ni por Alemania ni por España, pero suman una minoría de bloqueo que les permitiría frenar un acuerdo, aunque por la mínima: con que uno de los países cambiara de postura o decidiera no votar en contra, la coalición liderada por Francia podría llevar adelante el dosier.

París está en plena ofensiva y dispuesta a utilizar todos los recursos. También el H2Med, el proyecto de una tubería que conecte Barcelona con Marsella y al que, además de los dos países pirenaicos, se han adherido Portugal y Alemania. Para España es una infraestructura clave que sustituye al fallido gasoducto MidCat y que se encuadra en una estrategia que prioriza el hidrógeno verde —procedente de renovables como la solar o la eólica— como la energía de las próximas décadas. Francia considera que en el marco de los acuerdos que han acompañado al pacto para el H2Med —alcanzado a principios de diciembre en Alicante y consagrado durante la reciente cumbre hispanofrancesa en Barcelona— tanto España como Alemania se comprometieron a apoyar al Elíseo en el debate del hidrógeno rosa.

Foto: Costa, Von der Leyen, Sánchez y Macron en Alicante. (EFE)

La posición del Gobierno francés es que el no reconocimiento del hidrógeno nuclear como limpio pondría "en riesgo" el sentido económico del proyecto H2Med, pero una fuente diplomática evita sugerir que eso significaría que Francia retiraría su apoyo a la obra. "Existe el riesgo de que si hay una ausencia de reconocimiento a nivel europeo del hidrógeno bajo en carbono como parte de nuestros objetivos comunes el equilibrio económico del proyecto H2Med se vea amenazado", explica la misma fuente, que subraya que solamente solicitan que España y Alemania mantengan lo que acordaron con Francia en el pasado. En cambio, otras fuentes señalaron a la agencia Reuters que París ha amenazado a Madrid y Berlín con bloquear el tubo si no cambian de parecer, una versión que también recogen publicaciones galas como Les Echos o comunitarias como Euractiv.

Desde el ministerio de Transición Ecológica español niegan que la vicepresidenta Teresa Ribera haya recibido presiones francesas que relacionen el dosier de las energías renovables que se negocia en Bruselas con el H2Med. "La ministra francesa no le ha dicho en ningún momento a la vicepresidenta Ribera que no estemos cumpliendo" con lo pactado en Barcelona en enero, explican. Desde París señalan que la comunicación entre Ribera y Agnès Pannier-Runacher, la responsable de Energía del Gobierno galo, es permanente: "Hay intercambios muy frecuentes entre Teresa Ribera y la ministra, hablan por teléfono y se envían mensajes, y creo que Ribera conoce bien la posición francesa en este asunto y lo que está en juego".

"No hay diferencia entre mover hidrógeno verde, azul o rosa: todo es hidrógeno"

Pese a todo, el Gobierno niega la validez del argumento francés. Fuentes de Transición Ecológica subrayan que el diseño del H2Med solo contempla el bombeo de hidrógeno verde desde Barcelona hacia Marsella, por lo que en ningún caso está sobre la mesa la posibilidad de que nuestro país reciba hidrógeno rosa a través del Mediterráneo. Para que esto sucediese, habría que modificar el proyecto e instalar un inyector en la ciudad gala. Además, aseguran, el Ejecutivo no se ha movido desde el debate de la taxonomía: igual que entonces consideraba que la nuclear no era una energía renovable, ahora cree que el hidrógeno de esa procedencia tampoco lo es.

Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), asegura que, desde el punto de vista técnico, "no hay diferencia entre mover hidrógeno verde, azul o rosa: todo es hidrógeno". Pero matiza: "Eso no nos debe llevar a pensar que España va a importar hidrógeno por el H2Med. España se puede autoabastecer de hidrógeno renovable de una manera suficiente y competitiva, según todos los análisis llevados a cabo hasta la fecha".

Declaraciones conjuntas

Sin embargo, Francia señala a la declaración conjunta de la cumbre hispanofrancesa del pasado enero en Barcelona para poner en evidencia el compromiso de nuestro país con la posición gala. "España y Francia reconocen la importancia de la producción, transporte y consumo de hidrógeno limpio como el producido a partir de fuentes de energía renovables y bajas en carbono", reza el texto, lo que para París es una demostración de que España estaba de acuerdo con incluir al hidrógeno rosa.

Lo mismo apuntan desde el Elíseo para Alemania. En la declaración conjunta de solidaridad francoalemana de noviembre, el texto acordado dice lo siguiente: "Ambos países subrayan el importante papel del hidrógeno para lograr la neutralidad climática. Respetarán las opciones tecnológicas de cada país en la combinación de electricidad. Con este entendimiento, ambos encontrarán una solución sobre cómo reflejar este entendimiento común en los expedientes legislativos actuales, incluido el paquete de gas".

Foto: El presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez (i), y el de la República Francesa, Emmanuel Macron. (EFE/Biel Aliño)

París también ve un compromiso alemán en la declaración conjunta del 22 de enero en la que Francia y Alemania acordaron la incorporación de Berlín al proyecto H2Med. "Nos aseguraremos de que tanto el hidrógeno renovable como el de bajas emisiones de carbono puedan tenerse en cuenta en los objetivos europeos de descarbonización, reconociendo al mismo tiempo sus diferencias y salvaguardando el nivel general de ambición del objetivo renovable", reza el texto.

El Elíseo está irritado por lo que considera un claro cambio en la posición de Berlín y Madrid. Hace pocos días, Pannier-Runacher cargaba contra sus dos socios ante un grupo de periodistas. "No sería comprensible que España y Alemania tomaran posiciones diferentes en Bruselas y no cumplieran sus compromisos", señaló. Pero fuentes del ministerio de Transición Ecológica subrayan que España se ha mantenido en el mismo lugar y que también lo hará en el futuro. "Insistimos en que la apuesta del Gobierno siempre ha sido y seguirá siendo el desarrollo de las energías renovables", explican desde el departamento dirigido por Teresa Ribera.

La fuente diplomática gala asegura que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez adquirió en la cumbre hispanofrancesa un compromiso por considerar el hidrógeno bajo en carbono como "limpio". "¿Cuál es el problema? Si tenemos una visión común, no debería haber ningún obstáculo para que hubiera una posición común sobre este asunto en Bruselas", añade. Esa posición común, según París, debería ser que el empleo de hidrógeno rosa, el nuclear, se contabilizara de alguna manera en los objetivos de uso de renovables. Fuentes del Ejecutivo lo rechazan frontalmente: "Cuando se trata de esta RED III [que sustituirá a la actual RED II], la posición del Gobierno de España es clara y bien conocida desde el principio: rechazamos considerar los combustibles bajos en carbono entre los objetivos de energías renovables".

El retraso de la Comisión

Todo esto ocurre en un contexto en que las negociaciones sobre la RED entre las tres instituciones, Parlamento Europeo, Consejo y Comisión, atraviesan un momento delicado. El ponente de la Eurocámara canceló el último trílogo previsto para el pasado 7 de febrero por el retraso que acumula el Ejecutivo comunitario para presentar un acto delegado, que debería haber hecho público en 2021, para identificar los parámetros del hidrógeno limpio, es decir, en qué condiciones se considera hidrógeno, cómo debe producirse, de qué forma.

Foto: Central de carbón en Alemania. (iStock) Opinión
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"Lo que está contaminando los trílogos es la ausencia de un acto delegado, no saber qué marco hay para las inversiones", explica Nicolás González Casares, eurodiputado de los Socialdemócratas y uno de los negociadores de la Eurocámara. Dentro de la Comisión existen también divisiones entre los que quieren que en ese acto delegado se refleje una visión más amplia de las características del hidrógeno verde, a riesgo de sacrificar algo de efectividad en términos climáticos, y los que buscan un marco más estricto para la definición del mismo. En cualquier caso, está en juego mucho dinero: el hecho de que se incluyese al hidrógeno rosa favorecería que los proyectos pudiesen recibir financiación europea y fuesen contemplados en los criterios ESG de los grandes fondos.

En el contexto de estas negociaciones, que se retomarán el 14 de febrero dejando a un lado la cuestión polémica —por el momento—, es en el que Francia intenta impulsar el reconocimiento de su hidrógeno bajo en carbono. "Yo creo que España, Alemania y otros países nunca van a aceptarlo", explica González Casares a El Confidencial. “Francia lo que busca es demostrar que ese hidrógeno tiene un potencial de reducción de emisiones y que se puede utilizar para descarbonizar la industria o el transporte”, añade.

La fuente diplomática francesa apunta que no considerar el hidrógeno nuclear como hidrógeno limpio solamente va a dañar a los objetivos de descarbonización. "No pedimos una equivalencia, no decimos de ninguna manera que la electricidad baja en carbono sea renovable, la nuclear no es renovable y no lo decimos así; lo único que decimos es que cuando fijamos objetivos tomen en cuenta la realidad de los mix, los esfuerzos que ya han hecho los países que han descarbonizado su electricidad", señala. Y concluye: "Sería muy paradójico que los países que han descarbonizado su economía sean ahora castigados por sus esfuerzos".

Francia tiene una prioridad energética en todos los debates en Europa: proteger su mix energético, que incluye un importante componente nuclear. Se vio en el debate de la taxonomía, el etiquetado para las inversiones verdes, donde consiguió colar la energía atómica, y ahora se está volviendo a notar en el debate sobre la revisión de la directiva de renovables, la conocida como RED II. El objetivo de París es lograr que lo que ellos denominan "hidrógeno bajo en carbono", es decir, el procedente de la nuclear —comúnmente conocido como hidrógeno rosa—, cuente con un reconocimiento especial dentro de la directiva.

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