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La inflación en la zona euro se dispara al 10,7% y aviva el miedo a más subidas de tipos de interés
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NUEVO RÉCORD

La inflación en la zona euro se dispara al 10,7% y aviva el miedo a más subidas de tipos de interés

Los precios se comportan peor de lo esperado y el crecimiento (0,2%), mejor, lo que carga de argumentos a los halcones para nuevas alzas que perjudicarían a la economía española

Foto: Descuentos por liquidación en una tienda de Berlín, Alemania. (Getty/Sean Gallup)
Descuentos por liquidación en una tienda de Berlín, Alemania. (Getty/Sean Gallup)

El Banco Central Europeo (BCE) va sumando nuevos argumentos para continuar con las subidas de tipos de interés, pero cada vez lo tiene más difícil para idear una política monetaria que satisfaga a todos. La inflación de la eurozona volvió a escalar en octubre hasta un nuevo récord del 10,7%, y no conoce techo. Tampoco la subyacente —la que más interesa en Fráncfort—, que ya se encarama al 5%. Malas noticias para los precios, mientras el crecimiento aguanta mejor de lo esperado, con un aumento del PIB del 0,2% en el tercer trimestre, que pospone —por ahora— la temida recesión. El resultado: la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se ve reforzada para seguir incrementando el precio del dinero, como ya prometió en su última comparecencia.

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Esta es una pésima noticia para España, según los expertos. Nuestro país también creció entre julio y septiembre, en la media de la eurozona, pero registra la mayor tasa de paro del bloque, y cada vez más organismos auguran una recesión técnica en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023. En ese contexto, un error de Lagarde, con alzas de tipos demasiado agresivas, podría ser fatal para la economía nacional, convirtiendo lo que en principio debería ser un bache coyuntural en un descarrilamiento de la recuperación pospandémica. Ese riesgo existe para todos los países, pero en el caso de España resulta especialmente gravoso por un motivo: su inflación ya va a la baja, después de tres meses consecutivos de moderación, y es la segunda más reducida del continente (7,3%), solo por detrás de la de Francia (7,1%).

Los datos conocidos este lunes a través de la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) certifican una realidad: España ha doblado la curva de la inflación y su diferencial con la media de los países del euro ya se sitúa 3,4 puntos por debajo, algo que no había ocurrido nunca. En septiembre, esta cifra solo era de nueve décimas. Más allá de los países bálticos, que presentan valores en torno al 22%, preocupan los datos de Alemania (11,6%) e Italia (12,8%), pero sobre todo la tendencia: mientras en nuestro país es descendente, en el resto de las grandes economías del euro va a al alza.

Foto: Una terraza, en Pamplona. (EFE/Jesús Diges)

El dato general supone un aumento de ocho décimas respecto a septiembre y cuatro décimas más que el consenso de los analistas. Como en los meses anteriores, está motivado principalmente por el incremento de los precios de la energía. Sin embargo, la inflación subyacente, que elimina el efecto de esta y otros elementos volátiles, también sigue escalando: dos décimas más. Mientras en España los precios se moderaron 1,7 puntos respecto a septiembre, en Alemania sumaron 0,8, en Francia 0,9 y en Italia 3,4. Incluso en Portugal, que también cuenta con la excepción ibérica para aplacar los precios de la electricidad, añadieron ocho décimas más. "La divergencia entre las tasas de inflación dentro de los países de la eurozona se está intensificando, lo que empeora las cosas para la política monetaria", apunta Oxford Economics en una nota.

Más presión de los halcones

De momento, las subidas de los tipos de interés —ya se sitúan en el 2%, tras el alza de 75 puntos básicos de la semana pasada— no han servido para embridar la inflación, y precisamente por eso se anticipan más. El empeoramiento de octubre se produce incluso antes de la llegada del invierno, cuando está previsto que el precio del gas —y, por tanto, de la electricidad— retome las fuertes subidas, tras dos meses de calma por el llenado de las reservas y el freno de la demanda. Este domingo, uno de los llamados 'halcones' del BCE, el holandés Klaas Knot, abogaba por un incremento del precio del dinero de entre 50 y 75 puntos básicos para diciembre. Su país tiene una inflación del 16,8% y pleno empleo, por lo que se vería beneficiado de un enfriamiento de la actividad, a diferencia de España.

Oxford Economics: "Aunque el tercer trimestre fue más resiliente de lo esperado, es inminente una recesión a lo largo del invierno"

La encrucijada del BCE resulta cada vez más difícil, ante la presión de las economías del norte (acreedores) para que no afloje el giro restrictivo de los últimos meses, que provoca recelos en los deudores del sur. Lo que empezó como una crisis energética se ha trasladado al conjunto de la economía, y el precio de los alimentos frescos ya avanza en el bloque a un ritmo medio del 15,4%, frente al 12,7% del mes anterior. Estas cifras favorecen nuevas subidas de los tipos de interés.

El dato de PIB, una décima superior al esperado, también influye. De hecho, Alemania e Italia, las grandes economías que más están sufriendo la crisis inflacionista, se apuntaron tres y cinco décimas entre julio y septiembre, respectivamente. Es cierto que el frenazo ya se empieza a notar, y el ritmo de crecimiento del conjunto de la zona euro es la cuarta parte que el que se registraba en primavera. Pero la capacidad de aguante que, de momento, está demostrando la economía carga de razones a los halcones de Fráncfort. Oxford Economics advierte: "Aunque el tercer trimestre fue más resiliente de lo esperado, es inminente una recesión a lo largo del invierno". Ni siquiera el BCE la podrá evitar: el riesgo es que la agrave para satisfacer unos intereses que, ahora mismo, no son los de nuestro país.

El Banco Central Europeo (BCE) va sumando nuevos argumentos para continuar con las subidas de tipos de interés, pero cada vez lo tiene más difícil para idear una política monetaria que satisfaga a todos. La inflación de la eurozona volvió a escalar en octubre hasta un nuevo récord del 10,7%, y no conoce techo. Tampoco la subyacente —la que más interesa en Fráncfort—, que ya se encarama al 5%. Malas noticias para los precios, mientras el crecimiento aguanta mejor de lo esperado, con un aumento del PIB del 0,2% en el tercer trimestre, que pospone —por ahora— la temida recesión. El resultado: la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se ve reforzada para seguir incrementando el precio del dinero, como ya prometió en su última comparecencia.

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