La división interna sigue bloqueando el debate de los topes al gas en la Unión Europea

La Comisión Europea no ve el camino despejado para hacer propuestas concretas respecto a un posible tope al precio del gas utilizado para la generación de electricidad, la llamada "europeización" del modelo ibérico. Hay demasiadas divisiones entre los ministros de Energía de los Veintisiete para que el Ejecutivo comunitario vea terreno común suficiente para lanzar una propuesta de cara a la próxima reunión del día 24 de noviembre. Alemania y Países Bajos siguen bloqueando la posibilidad de avanzar en este sentido.

Los ministros se reunían este martes en Luxemburgo después de que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión participaran en una cumbre la semana pasada en Bruselas en la que abordaron la cuestión de la crisis energética y discutieran una serie de propuestas presentadas por la Comisión Europea para controlar los precios de la energía, como por ejemplo establecer un sistema de compra conjunta de gas o la posibilidad de establecer un nuevo índice alternativo al TTF holandés que refleje mejor los precios del gas natural licuado (GNL), que ahora es muy mayoritario. También tenían que discutir la idea de un tope al precio del gas dentro del mercado de referencia europeo (el mencionado TTF) que evitara escenarios de mucha volatilidad mientras se prepara ese nuevo índice alternativo.

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Los líderes dieron, no sin resistencias por parte de Alemania, un mandato para que los ministros y la Comisión exploraran todas esas propuestas y también la idea del modelo ibérico extendido a toda la Unión, algo que han reclamado muchos Estados miembros. Si el canciller Olaf Scholz permitió la inclusión de esa referencia en las conclusiones de la cumbre europea fue porque sabía lo fácil que es bloquear el proceso a lo largo del camino, ya sea de forma real o políticamente.

Por eso no ha sido una sorpresa que en la reunión de ministros este martes la oposición de Alemania y Países Bajos a los distintos topes al precio del gas haya provocado que la comisaria de Energía, Kadri Simson, haya salido del encuentro con la idea de que no hay el suficiente terreno común como para hacer propuestas. Y eso incluso cuando hay Estados miembros que consideran precisamente que la Comisión Europea está actuando demasiado lento, buscando el visto bueno de Berlín de forma permanente antes de avanzar con propuestas efectivas. Ese nerviosismo por parte de otras capitales se ha hecho visible ya en algunas ocasiones.

Modelo ibérico

Además, los ministros habían recibido de cara a este encuentro un documento de reflexión por parte de la Comisión Europea sobre la idea de la "europeización" del mecanismo ibérico en el que los técnicos comunitarios apuntan a un potencial ahorro de 13.000 millones de euros. Sin embargo, Bruselas añade que habría bastantes contrapartidas: habría muchas diferencias entre los beneficios que obtendrían los Estados miembros y el consumo aumentaría entre 5.000 y 9.000 millones de metros cúbicos en toda la Unión, en gran medida porque se importaría electricidad subvencionada a países terceros, lo que también representaría un reto.

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La idea de crear un mecanismo inspirado en el modelo ibérico lleva tiempo circulando por los pasillos de Bruselas, un buen grupo de Estados miembros lo han exigido en distintas ocasiones y la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha señalado que merece ser explorada a fondo. Sin embargo, de nuevo, Alemania y Países Bajos muestran sus dudas. Rob Jetten, ministro de Energía holandés, ha asegurado tener "todavía muchos interrogantes sobre la seguridad de suministro para Europa y el impacto financiero de esta medida". "Y quiero garantizar que no cause un fuerte aumento del uso del gas en Holanda, con fugas hacia Reino Unido", ha explicado en Luxemburgo.

Para los que exigen que se avance en un debate serio sobre esta opción el documento de la Comisión Europea sigue sin ser suficiente. "El documento de la Comisión es una contribución para el debate, no una propuesta. Y necesitamos una propuesta para poder impulsar la discusión. Esto es algo que los Estados miembros ya pedían en el Consejo extraordinario del 9 de septiembre", ha recordado Jozef Síkela, ministro de Energía de Chequia, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión.