El difícil proyecto con el que Alemania aspira a sustituir el gas ruso con el canadiense
El país norteamericano es uno de los mayores productores de este combustible, y Scholz discutirá una cooperación energética más cercana con el Primer Ministro Justin Trudeau
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La iniciativa alemana para encontrar fuentes alternativas al gas ruso y así acabar con su dependencia del país ha cosechado pocos resultados, y no hay ningún camino viable a corto plazo justo antes del viaje del canciller Olaf Scholz a Canadá, que comenzará este domingo 21 de agosto, según Bloomberg.
El país norteamericano es uno de los mayores productores de gas, y Scholz discutirá una cooperación energética más cercana con el Primer Ministro Justin Trudeau. Sin embargo, Berlín no se espera ningún acuerdo cercano en el tiempo con Canadá para adquirir gas natural licuado (GNL). Por lo tanto, la primera economía europea ha decidido optar por la colaboración con el hidrógeno verde, de acuerdo con familiares cercanos a la situación.
Los problemas para su realización
Las trabas medioambientales y legislativas para construir una nueva terminal de GNL en la costa este de Canadá, y así exportar su combustible a Alemania, son en parte culpables de la falta de progreso, tal como indica Bloomberg.
El proyecto canadiense más prometedor añadiría una instalación para la exportación a una terminal de importación existente en Saint John, New Brunswick. Pero incluso si se aprobase y se implementase con rapidez, los cargamentos de GNL tardarían dos años en llegar hasta Alemania, de acuerdo con uno de los funcionarios.
Se ha comprobado que las conversaciones con otros potenciales proveedores de gas en Europa y Oriente Medio son igual de complejas. Esto demuestra las dificultades a las que se enfrenta el gobierno alemán, que busca evitar a toda costa el racionamiento para alimentar su economía el próximo invierno.
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Con Rusia apretando los suministros a Europa a través de la tubería Nord Stream 1, empresas y hogares han recibido un duro golpe por los crecientes precios de la energía, y el gobierno germano ha afirmado que el consumo de gas deberá reducirse en un 20% para evitar una crisis de suministro. Algunos funcionarios han expresado su preocupación sobre malestar social si la escasez energética se sale de control.
Alemania dependía de Rusia con más del 50% de sus importaciones de gas, antes de que el Kremlin desplazase a sus tropas para invadir Ucrania. Desde entonces, la principal economía europea ha rebajado esa dependencia hasta el 30%, en parte a través de mayores importaciones desde Noruega y Países Bajos. El país se ha propuesto acabar con las compras a Rusia en 2024.
La iniciativa alemana para encontrar fuentes alternativas al gas ruso y así acabar con su dependencia del país ha cosechado pocos resultados, y no hay ningún camino viable a corto plazo justo antes del viaje del canciller Olaf Scholz a Canadá, que comenzará este domingo 21 de agosto, según Bloomberg.