La desconfianza sobre la economía británica hunde la libra a mínimos desde 1985

La libra esterlina sigue perdiendo valor. La históricamente considerada una de las monedas más fuertes del mundo profundiza aún más sus pérdidas y se sitúa en sus niveles más bajos desde 1985, por debajo de los 1,15 dólares, tras dejarse más de un 15% de su valor desde el inicio del año.

Esta rebaja de la divisa, se produce en medio de un contexto de creciente preocupación por la situación económica de Reino Unido, sobre la que se ciernen insistentes augurios de recesión. Con la inflación cerca de un máximo de 40 años --pese a experimentar un ligero repunte en agosto--, ni siquiera las seis subidas de tipos que ya ha ejecutado este año el Banco de Inglaterra han conseguido frenar la desconfianza en la moneda británica de los inversores, que han visto en los recientes anuncios de la nueva primera ministra, Liz Truss (que promete recortes de impuestos y un aumento del gasto público), motivos adicionales de preocupación.

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El revés de la divisa inglesa puede interpretarse también como una consecuencia de la fortaleza del dólar, que sigue ganando posiciones desde que la publicación del dato de inflación de agosto azuzó las expectativas de subidas de tipos agresivas por la parte de la Fed. La divisa estadounidense cotiza actualmente al filo de sus máximos anuales frente a las principales monedas del mundo, en niveles no alcanzados en las últimas dos décadas.

Con todo, la libra también ha perdido terreno a lo largo de 2022 con casi la totalidad de las grandes monedas internacionales (con la excepción del yen). Por ejemplo, ha perdido más de un 4% de su valor frente a una moneda también debilitada como el euro (que pierde más de un 11% frente al dólar, llegando a perder la paridad), lo que da buena cuenta de la desconfianza que se ha instalado en torno a la moneda británica.

Desde una perspectiva histórica, la caída de la libra este año representa la continuación de un movimiento a la baja iniciado en 2007 (en los albores de la crisis financiera internacional), cuando se intercambiaba por encima de los 2,1 dólares. Las dificultades de la economía británica para reponerse de aquella crisis y, posteriormente, la desconfianza generada por el Brexit son los factores clave de una caída que ronda el 45% frente al dólar y supera el 30 y el 20%, respectivamente, frente al dólar y el yen.