La CEOE calcula que la temporalidad en las empresas caerá un 25% por la reforma laboral

El mercado laboral ha sorprendido en el inicio del año con un brusco incremento del empleo fijo. La firma de nuevos contratos indefinidos fue la más alta de la historia en un mes de enero y esta modalidad de empleo supuso el 15% del total de contratos, cifra que supera en más de un 50% lo que suele ser habitual al inicio de cada año. Esta mejora de la contratación indefinida se debe a que las empresas se estaban preparando ya para la reforma laboral, que quedó definitivamente aprobada el jueves en el Congreso de los Diputados.

La CEOE estima que este incremento de la contratación indefinida es solo el primer paso de la reforma y que la estabilización del empleo se acelerará rápidamente en el segundo trimestre del año, cuando se produzcan las conversiones obligatorias de contratos temporales en indefinidos. Cálculos internos de la patronal apuntan a que la tasa de temporalidad en el sector privado se reducirá en seis puntos porcentuales (un 25% menos).

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Si se cumplen sus estimaciones, España se situará ya en niveles de empleo indefinido próximos a los de la eurozona. Según los cálculos de la patronal, la tasa de temporalidad estará por debajo del 20% antes del verano, ya que muchos de los contratos actuales temporales pasarán a ser indefinidos automáticamente. La patronal tiene una gran confianza en el impacto de la reforma laboral sobre la calidad de la contratación, explican fuentes de la patronal. "La CEOE está comprometida con una sociedad en la que haya contratos estables que den certidumbre al trabajador", explica Lorenzo Amor, vicepresidente de la patronal.

Esto no significa que la estacionalidad del empleo vaya a desaparecer en España, ni que los trabajadores vayan a trabajar 40 horas semanales durante todo el año. Pero sí que se utilizarán fórmulas similares a las que existen en otros países europeos para reducir la rotación en el empleo y dar certidumbre a los trabajadores. El mejor ejemplo es el del contrato fijo discontinuo, que será el que se utilice para cubrir los empleos de temporada. Este contrato tiene unas características particulares, ya que dura solo los meses en que la empresa tenga actividad estacional, y, el resto, el trabajador cobrará un subsidio público.

La principal aportación de esta fórmula contractual es que las empresas están obligadas a contar siempre con los mismos empleados, lo que permite acumular experiencia (capital humano) y al trabajador le da más certidumbre porque puede predecir cuánto tiempo estará ocupado a lo largo del año y también buscar fuentes de ingresos complementarias.

Las previsiones de la CEOE se basan en la conversión de empleados temporales en indefinidos que se producirá cuando entren en vigor las nuevas modalidades de contratación que introduce la reforma laboral. El más evidente es el provocado por la desaparición del contrato de obra y servicio, que actualmente da empleo a más de 1,2 millones de personas. "Los contratos de obra y servicio en la construcción pasarán a ser indefinidos con el mismo coste de despido", señala Amor, ya que la reforma laboral establece una excepción para este sector. Eso sí, aunque no aumenta el coste de despido, las empresas están obligadas a ofrecer una opción de recolocación a los trabajadores antes del despido, de modo que pueden ir a otra obra y así mantener su empleo. "A medida que la construcción se siga recuperando, la temporalidad se irá reduciendo", asegura el presidente de ATA.

En las actividades del sector servicios, donde la temporalidad es también muy elevada, se irá imponiendo el contrato fijo discontinuo. "Cuando empiecen las contrataciones de la temporada turística [en la última parte del segundo trimestre], esta modalidad de contratos se va a disparar en sectores como la distribución, el comercio, la hostelería, etc.", explica Amor, "este contrato también permitirá un ahorro tremendo en despidos cuando terminan los contratos temporales".

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En definitiva, el incremento del contrato indefinido no evitará la estacionalidad de la economía española, pero la CEOE considera que permitirá dar certidumbre a los trabajadores. Al mismo tiempo, considera que las empresas podrán utilizar los mecanismos de flexibilidad interna que introduce la norma para poder adaptarse a cada momento del ciclo económico.

Cuestión diferente será el sector público, que es el que tiene mayor nivel de temporalidad, con una tasa que supera el 30%. Las administraciones públicas están inmersas en un proceso de estabilización del empleo paralelo que no se verá alterado por la reforma laboral. Durante la pandemia, la temporalidad del sector privado se ha reducido, principalmente, por el impacto del covid sobre sectores con una elevada rotación como la hostelería, las actividades de ocio, el comercio o la construcción. Por el contrario, en el sector público ha crecido porque los refuerzos de plantillas, en especial en sanidad y educación, se han hecho con contratos temporales. En cualquier caso, los niveles de temporalidad estructurales en España antes de la pandemia eran del 26,5% tanto en el sector privado como en el público.