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En España la pobreza no solo se hereda: el riesgo para los hijos de las clases medias
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En España la pobreza no solo se hereda: el riesgo para los hijos de las clases medias

El alto desempleo y los contratos precarios provocan que un 17% de los adultos que crecieron en hogares acomodados estén hoy en situación de riesgo de pobreza

Foto: Las colas del hambre durante la pandemia. (EFE/Ismael Herrero)
Las colas del hambre durante la pandemia. (EFE/Ismael Herrero)
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La igualdad de oportunidades es un espejismo. En Europa, el riesgo de acabar siendo pobre es el doble para los adultos que han crecido en hogares pobres. Esto significa que la pobreza se hereda y pasa de una generación a otra. El origen determina en gran medida el futuro de los ciudadanos, y eso a pesar de los esfuerzos reequilibradores del estado del bienestar. En concreto, el 23% de los adultos de hoy que se criaron en hogares con una situación económica delicada hoy están en situación de riesgo de pobreza (esto es, son pobres o están cerca de serlo) según los datos publicados recientemente por Eurostat.

Eso significa que quienes crecieron en hogares pobres han tenido mucho más difícil escapar de los estratos más bajos de renta. Su riesgo de ser pobres es casi el doble que el de un adulto que creció en un hogar con una buena situación financiera. En concreto, el 14% de los adultos que crecieron en un hogar con una buena situación financiera están hoy entre las clases bajas con riesgo de caer en la pobreza (todos los datos de este artículo son del año 2019 para evitar el efecto distorsionador que supuso la pandemia).

Foto: Imagen de las 'colas del hambre' en Toledo durante la pandemia. (EFE)

Esta brecha muestra hasta qué punto el origen económico de los ciudadanos condiciona su futuro. En España, los datos son peores, resultado de la desigualdad existente en el país. Para los niños que crecieron en hogares de las clases bajas, el riesgo de pobreza se eleva hasta el 30%. Esto significa que uno de cada tres niños que crecieron en hogares pobres sigue siendo pobre cuando llega a adulto.

Sin embargo, en España también los niños de las clases medias tienen un riesgo elevado de acabar siendo pobres. De hecho, es el país de la eurozona en el que hay un mayor porcentaje de niños que crecieron en hogares acomodados que hoy están en situación de pobreza. En concreto, son un 17%. Este porcentaje tan elevado, que se ha incrementado en más de un punto porcentual desde el año 2011, es el reflejo de la situación delicada que atraviesan también las clases medias. De hecho, en España tiene más riesgo de acabar siendo pobre un niño procedente de las clases medias que un niño de las clases bajas de Alemania, Países Bajos o Bélgica.

El elevado nivel de desempleo que hay en España provoca que, aunque los padres puedan pagar una buena educación para sus hijos, estos tienen un elevado riesgo de terminar siendo precarios. Algo más del 14% de la población entre 25 y 54 años con estudios universitarios estaba en riesgo de pobreza en 2019, casi el doble que en los países del centro y norte del continente. La pobreza laboral, que afecta especialmente a los jóvenes titulados, es uno de los grandes dramas económicos a los que se enfrenta España y explica la caída de una parte de las clases medias a las bajas.

El fracaso escolar también explica que algunos niños de las clases medias acaben siendo pobres. De hecho, abandonar los estudios antes de tiempo es el camino más corto para terminar en las clases bajas: el riesgo de pobreza en España para aquellos que no acabaron la secundaria es del 42%, esto es, casi la mitad de la población. Y, para los que sacaron la secundaria, pero no tuvieron estudios superiores (FP o universitarios), la tasa de pobreza se sitúa en el 25%.

Esto significa que, en España el riesgo de terminar en una situación de vulnerabilidad es muy alto para quienes no terminan sus estudios. Aunque tienen más ‘papeletas’ los que proceden de las clases más bajas, los hijos de las clases medias tampoco están libres de riesgo. Sin esfuerzo durante su infancia y juventud para formarse, el riesgo de terminar en una situación precaria se incrementa exponencialmente.

Foto: Imagen de Villablino. (Bárbara Álvarez)

El nivel formativo es clave para escapar de la pobreza y, por tanto, la educación es el principal camino para conseguir la igualdad de oportunidades. Los niños que crecen en familias en las que los padres tienen estudios superiores son los que tienen menor riesgo de terminar siendo pobres. Lo es por dos motivos: el primero porque lo normal es que vivan en hogares de las clases medias. Y el segundo, que los padres los eduquen para terminar sus estudios. Ambos factores, combinados, explican que los adultos de hoy cuyos padres tenían estudios superiores apenas tengan como tasa de riesgo de pobreza un 11%. Por el contrario, en los hogares donde los padres no tenían terminada la secundaria, las probabilidades de terminar entre las clases bajas son el doble, del 22%.

Todos estos datos muestran una realidad innegable hoy en España. Que la pobreza se hereda de padres a hijos en su gran mayoría, lo que evidencia un problema de igualdad de oportunidades. Pero, al mismo tiempo, los hijos de las clases medias también tienen un elevado riesgo de terminar siendo pobres, por el elevado desempleo de España y los bajos salarios. En ningún otro país europeo este riesgo es tan alto.

La igualdad de oportunidades es un espejismo. En Europa, el riesgo de acabar siendo pobre es el doble para los adultos que han crecido en hogares pobres. Esto significa que la pobreza se hereda y pasa de una generación a otra. El origen determina en gran medida el futuro de los ciudadanos, y eso a pesar de los esfuerzos reequilibradores del estado del bienestar. En concreto, el 23% de los adultos de hoy que se criaron en hogares con una situación económica delicada hoy están en situación de riesgo de pobreza (esto es, son pobres o están cerca de serlo) según los datos publicados recientemente por Eurostat.

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