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El cierre de Madrid acaba con el ‘milagro’ turístico del norte de España
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Han pasado a ser las peores provincias

El cierre de Madrid acaba con el ‘milagro’ turístico del norte de España

Asturias y Cantabria, dos de las comunidades que registraron mejores datos turísticos durante el verano, se sitúan ahora a la cola de España por el cierre de Madrid

Foto: Foto: Turismo de Santander.
Foto: Turismo de Santander.

A finales de septiembre, la Comunidad de Madrid empezó a adoptar medidas de restricción de la movilidad por zonas básicas de salud ante los rebrotes del coronavirus. La movilidad se restringió todavía más en la festividad de la Hispanidad, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma para prohibir las salidas de la capital. El resultado es que durante todo el mes de octubre, el turismo de los madrileños se redujo al mínimo y generó un gran golpe económico sobre el resto de España, especialmente en aquellos destinos que se habían mantenido gracias a ellos.

Es el caso del norte de España, que salvó con muy buena nota la temporada alta gracias al turismo nacional. Cantabria, por ejemplo, recibió más turistas nacionales este mes de agosto que en el mismo mes del año anterior, y en Asturias apenas se redujo la llegada de turistas un 3,6%, datos que contrastan con el hundimiento de las provincias del Mediterráneo o de las grandes ciudades. El peor dato fue el de Madrid, donde la llegada de turistas nacionales se desplomó un 69%.

Pero el milagro turístico del norte de España desapareció en octubre, cuando entraron en vigor las restricciones a las salidas de Madrid. A partir de ese momento, provincias como Lugo, Asturias, Cantabria o Burgos pasaron de situarse en los primeros puestos a los últimos. Un 'shock' económico que ha terminado de completarse en noviembre con las limitaciones a la actividad de la hostelería aprobadas al amparo del estado de alarma.

Foto: Una tienda de Barcelona cerrada con un cartel de Lockdown. (Reuters)

Los datos de octubre permiten comprobar hasta qué punto muchos territorios de España dependen del turismo madrileño. Según el INE, a lo largo del mes se redujo el número de viajeros procedentes de Madrid hacia el resto de España en más de un millón de personas. Fue, con diferencia, la comunidad en la que más cayó la salida de turistas, y eso que no es la más poblada. En octubre de 2019, salieron de Madrid algo más de 710.000 turistas hacia el resto de España; sin embargo, este octubre apenas salieron 237.000 turistas. Eso significa que se perdieron casi medio millón de viajes, lo que supone vaciar el resto de España. De la ‘madrileñofobia’ se pasó en unos días a la ‘madrileñofilia’.

Conviene recordar que el mes de octubre es muy activo para el turismo nacional, por los festivos de la Hispanidad y posteriormente el Puente de Todos los Santos. Son días en los que Madrid ‘riega’ el resto de España a través del turismo, en especial el norte, el Mediterráneo (todavía hace buen tiempo) y las provincias limítrofes con la capital. Estos destinos fueron precisamente los que más sufrieron el cierre de la Comunidad de Madrid.

Asturias recibió casi 22.000 turistas residentes en Madrid en octubre de 2019; pero este año ha recibido menos de 8.000 visitantes. Una situación similar ocurre con Cantabria, que pasó de más de 16.000 turistas en octubre de 2019 a menos de 7.000 este año, o en A Coruña, que pasó de más de 22.000 turistas a menos de 6.300 visitantes este año.

En estas regiones del norte, el peso del turismo madrileño se desplomó drásticamente en octubre en comparación con los meses anteriores. Por ejemplo, en Asturias, durante el verano casi uno de cada cuatro turistas era madrileño, mientras que en octubre fueron menos del 13%. En Cantabria, los turistas madrileños durante el mes de agosto llegaron a ser el 30%, casi uno de cada tres, y en octubre fueron ya menos del 17%. En Pontevedra, pasaron de ser más del 21% a situarse por debajo del 9%.

El impacto del cierre de Madrid fue también muy intenso en las provincias vecinas, que durante estos meses de temporada baja ofrecen buenas escapadas de fin de semana. En Guadalajara, por ejemplo, en verano, más del 40% de sus turistas procedía de Madrid, mientras que en octubre fueron apenas el 21%. Una situación similar viven otras provincias como Cuenca o Segovia. Y también el Levante ha sentido con dureza la caída del turismo madrileño: en la provincia de Valencia pasaron de representar el 35% de los turistas en agosto (más de uno de cada tres) a menos del 18% en octubre.

Por el contrario, el cierre de la comunidad hizo que muchos madrileños optaran por hacer turismo dentro de la región, en especial a la sierra, que está registrando niveles récord de afluencia. En la mayoría de los casos, son visitas de día, de modo que no hacen pernoctaciones, pero queda una ganancia importante. Por ejemplo, si se compara con octubre de 2019, los hoteles de Madrid alojaron a más de 70.000 turistas residentes en la comunidad, esto es, un 38% menos. Sin embargo, el porcentaje de turistas madrileños en la comunidad ha pasado de ser el 20% a superar ampliamente el 50%. De hecho, la resistencia del Gobierno de la región a imponer cierres estrictos está permitiendo mantener la actividad de la hostelería con una caída del entorno del 40% (incluyendo bares y restaurantes), datos mucho mejores que los de otras regiones que obligaron a cerrar estos negocios.

El cierre de Barcelona

La caída de la participación de los madrileños en el turismo nacional significa que el descenso de sus viajes ha sido mucho más intenso que el del resto de regiones. Es comprensible que así sea, ya que fue la provincia que primero sufrió restricciones severas de movilidad por los rebrotes. También las salidas desde Barcelona se redujeron de forma severa a lo largo de octubre. A mediados de mes, la Generalitat cerró la hostelería, lo que supuso la pérdida del último puente de octubre e inicios de noviembre.

Foto: Un restaurante en la plaza Mayor de Madrid, cerrado por el covid. (EFE)

El cierre provocó un parón de las salidas de Barcelona, que afectó especialmente a sus provincias vecinas: Girona, Tarragona y Lleida. Estas regiones, junto con el norte de España, fueron las que mejores datos del turismo nacional registraron durante el verano, gracias a la llegada de viajeros desde Barcelona, pero en octubre este flujo desapareció, lo que generó un duro golpe económico.

El mejor ejemplo es Girona, que en agosto recibió nada menos que 73.000 turistas más procedentes de Barcelona que en el mismo mes del año anterior, sin embargo, en octubre fueron 56.000 menos. Un desplome que explica por qué Girona pasó de recibir casi 300.000 visitantes procedentes de Barcelona en agosto a menos de 50.000 en octubre. Tarragona experimentó una situación muy similar: pasó de tener casi 30.000 turistas barceloneses adicionales en agosto a sufrir una caída de más de 43.000 en octubre respecto al mismo mes del año anterior.

El cierre de Barcelona también afectó a las provincias del norte peninsular. Por ejemplo, los viajes a Asturias, que en agosto aumentaron en más de 1.000 personas respecto al mismo mes del año anterior, en octubre fueron 3.000 menos, mientras que en Guipúzcoa pasaron de ser casi 2.000 viajeros más en agosto a 4.300 menos en octubre.

Estos datos demuestran hasta qué punto los grandes núcleos de población de España han sostenido el turismo nacional durante los meses de verano y cómo las restricciones a la movilidad en octubre afectaron a todo el país. Los datos de noviembre serán mucho peores que los de octubre como consecuencia del estado de alarma, y probablemente este escenario se mantenga hasta que no se produzca una vacunación generalizada de la población.

A finales de septiembre, la Comunidad de Madrid empezó a adoptar medidas de restricción de la movilidad por zonas básicas de salud ante los rebrotes del coronavirus. La movilidad se restringió todavía más en la festividad de la Hispanidad, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma para prohibir las salidas de la capital. El resultado es que durante todo el mes de octubre, el turismo de los madrileños se redujo al mínimo y generó un gran golpe económico sobre el resto de España, especialmente en aquellos destinos que se habían mantenido gracias a ellos.

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