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La banca cobra ya un 0,2% a las empresas por custodiar sus depósitos
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EN TOTAL, CASI 28.000 MILLONES DE EUROS

La banca cobra ya un 0,2% a las empresas por custodiar sus depósitos

La política de tipos de interés negativos continúa creciendo y los depósitos bancarios no se han librado de este fenómeno. Las empresas ya pagan un 0,2% por la custodia de su dinero

Foto: Fachada del Banco de España. (EFE)
Fachada del Banco de España. (EFE)
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Los tipos de interés negativos han venido para quedarse. Desde luego, durante un tiempo prolongado. La banca, de hecho, ha encontrado en este escenario un nuevo filón de ingresos. Hasta el punto de que las empresas ya pagan un 0,21% por los 27.800 millones de euros que tienen depositados en los bancos para su custodia en operaciones a plazo (tipo medio ponderado).

En depósitos a la vista, la rentabilidad es prácticamente nula (0,01%), pero en el sector hay pocas dudas de que cuando una entidad abra el fuego en el futuro, como ya sucede en algunos países europeos, las empresas también tendrán que pagar por dejar su dinero en el banco en una cuenta corriente. El sector público, de hecho, en particular los ayuntamientos, vienen pagando desde hace tiempo por colocar sus remanentes en el banco, ya que la ley de estabilidad presupuestaria pone dificultades para utilizarlos con libertad.

Foto: Un camarero prepara una terraza en el centro de Madrid. (EFE)

Más problemático, como indicó en su día un informe del Banco Central Europeo (BCE) será cobrar a los hogares por el dinero que tienen depositado en el banco, aunque ya el ajuste está siendo muy severo. Las razones, como sostienen fuentes del sector, tienen que ver con el coste reputacional que tendría para un banco ser el primero en cobrar a las familias por prestarle, precisamente, el mismo dinero con la que la propia entidad financiera hace negocio vendiendo créditos o hipotecas.

El propio BCE ha advertido en alguna ocasión que los tipos de interés negativos, sobre todo si llegan a aplicarse a los hogares, pueden provocar un aumento del efectivo.

Billetes físicos

Esto se debe a que los billetes físicos tienen un rendimiento nominal cero, por lo que, si las familias deben pagar por la custodia de su dinero, tendrán un incentivo por acumular efectivo. Es decir, a guardarlo, como suele decirse, bajo el colchón. Según el BCE, hasta el momento no hay evidencia de cambios a gran escala en los volúmenes de efectivo entre depositantes, ya sean hogares, empresas o instituciones financieras no bancarias.

Los datos del Banco de España muestran que el tipo medio ponderado de las operaciones a plazo en depósitos de los hogares ha caído hasta el 0,05%. Es decir, prácticamente nulo. Mientras que en operaciones a la vista la remuneración es del 0,01%. Tan solo en los depósitos a más de dos años se paga un 0,35%, en todo caso, muy lejos de los niveles anteriores a 2012, cuando el BCE inició su política monetaria ultraexpansiva.

Foto: Lagarde (EFE)

La introducción de tipos de interés oficiales negativos, como ha asegurado el propio BCE, forma parte de una estrategia global de política monetaria adoptada por los banqueros de Fráncfort desde mediados de 2014 con el objetivo de combatir la amenaza de deflación que, por entonces, se cernía sobre la eurozona.

El BCE, incluso, comenzó a cobrar a los bancos por los depósitos que dejaban en la entidad con la intención de restaurar la transmisión de la política monetaria. Es decir, que el dinero que prestaba a los bancos al 0% no se colocara posteriormente en depósitos por miedo a los impagos. La llamada facilidad de depósito se sitúa ahora en el -0,5%. En paralelo, el BCE ha profundizado en su política de tipos de interés negativos con el objetivo de reducir el rendimiento de los bonos soberanos, y, según sus estimaciones, ha contribuido en reducirlo en emisiones a dos y diez años en alrededor de 40 puntos básicos y 35 puntos básicos, respectivamente.

Efecto desplazamiento

Esto explica, lógicamente, que empresas y familias estén desplazando sus ahorros desde depósitos a plazo a cuentas a la vista, como lo demuestra el hecho de que en los últimos años el traslado haya sido masivo. En 2014, cuando se produjo el cambio de tendencia, los agentes económicos (incluyendo a las administraciones públicas) tenían en el banco a la vista algo más de 562.000 millones de euros, pero hoy esos depósitos prácticamente se han duplicado (1,09 billones). De esta cantidad, 64.472 millones corresponden al sector público, y alrededor del 27% está depositado en Madrid, donde, como se sabe, tienen su sede la mayoría de los organismos del Estado.

Ahora bien, la mayoría de esos depósitos, tanto a la vista como a plazo, son propiedad de los ayuntamientos, que son la administración más saneada debido a que sus ingresos —fundamentalmente el Impuesto de Bienes Inmuebles— no dependen del ciclo económico. Al contrario que la Administración central y las comunidades autónomas, que sufren, en paralelo, una caída de ingresos y un aumento de los gastos cuando cambia la coyuntura. El sector 'otras administraciones', como lo clasifica el Banco de España, mantiene 61.000 millones en el banco sin obtener a cambio ninguna rentabilidad.

placeholder Sede del BCE, en Fráncfort. (Reuters)
Sede del BCE, en Fráncfort. (Reuters)

Los tipos de interés negativos, en todo caso, tienen un efecto mixto sobre la rentabilidad bancaria, según los últimos estudios del BCE, que muestran que sus consecuencias han sido "neutrales". Según Fráncfort, "su efecto negativo en los ingresos netos por intereses se ha compensado con un efecto positivo en la solvencia crediticia de los prestatarios".

Según sus estimaciones, los tipos negativos dañan más a los márgenes netos de interés de los bancos minoristas, aquellos que dependen más de los depósitos de sus pequeños clientes, pero los mismos bancos también se benefician de la mejora de la calidad crediticia y de los volúmenes de intermediación que están vinculados al impacto positivo de la política monetaria ultralaxa sobre las perspectivas macroeconómicas.

Los tipos de interés negativos han venido para quedarse. Desde luego, durante un tiempo prolongado. La banca, de hecho, ha encontrado en este escenario un nuevo filón de ingresos. Hasta el punto de que las empresas ya pagan un 0,21% por los 27.800 millones de euros que tienen depositados en los bancos para su custodia en operaciones a plazo (tipo medio ponderado).

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