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Tan solo cuatro de cada 10 empleados de hotel pudieron trabajar en julio
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Un sector golpeado

Tan solo cuatro de cada 10 empleados de hotel pudieron trabajar en julio

Los establecimientos hoteleros dieron trabajo en julio a 114.990 personas, lo que supuso un recorte de más de 167.600 puestos de trabajo respecto al mismo mes del año anterior

Foto: Vista del hotel H10, en Puerto de la Cruz (Tenerife). (EFE)
Vista del hotel H10, en Puerto de la Cruz (Tenerife). (EFE)

El acelerado repunte de las infecciones de coronavirus en España, unido a las restricciones que desde hace semanas vienen imponiendo distintos países a los viajes al territorio español, está provocando un cierre ciertamente amargo de la temporada turística estival.

Pero ya antes de esto, la situación ha distado mucho de reflejar nada cercano a la normalidad. A pesar del levantamiento del estado de alarma, las incertidumbres en torno al virus y el daño económico ocasionado por este han provocado contracciones históricas de las cifras turísticas en España. Así lo atestiguan los datos de la industria hotelera en el mes de julio, dados a conocer ayer por el INE, y que muestran, entre otras cuestiones, un descenso de las pernoctaciones superior al 73%, rebasando el 80% en el caso de los turistas extranjeros.

En esas circunstancias, el sector no ha sido capaz de mantener, evidentemente, los niveles de empleo habituales de este periodo. Según la Encuesta de Ocupación Hotelera, el personal empleado en los alojamientos turísticos españoles en julio se situó en 114.990 empleados, apenas un 40,7% de los 282.603 trabajadores a los que se dio ocupación en el mismo periodo del año anterior. Apenas cuatro de cada 10 que trabajaron el año pasado. Visto de otro modo, el virus ha dejado en suspenso más de 167.600 puestos de trabajo en un sector fundamental de la actividad económica en España.

Foto: Hotel claris

Para ponerla en contexto, se trata de una cifra hasta un 26% inferior a la del mes de enero —cuando se suele marcar el dato más bajo de empleo en un sector habitualmente muy estacional— y no tiene precedentes en las últimas dos décadas, a excepción de los meses previos, en los que estuvo vigente el estado de alarma.

Estos datos reflejan, en buena parte, el hecho de que muchos hoteles han mantenido sus puertas cerradas, ante la falta de certidumbre sobre la respuesta de los viajeros o la imposibilidad de acometer los ajustes necesarios para garantizar las condiciones de seguridad requeridas por la situación sanitaria. Durante el mes de julio, estuvieron abiertos en España 12.068 establecimientos hoteleros, un 29,5% menos que en el mismo mes de 2019.

Llamativamente, fueron los hoteles de mayor categoría, los de cinco y cuatro estrellas —que suelen contar con una ratio de empleados por establecimiento mayor— los que optaron en mayor medida por prolongar el cierre, con descensos de la oferta disponible del 50 y del 40%, respectivamente.

La cifra de julio se sitúa un 26% por debajo de la de enero, cuando generalmente se suele marcar la parte baja del ciclo de contratación hotelera

Las dificultades del sector hotelero español para mantener los niveles de empleo representan un jarro de agua fría para las esperanzas de mejora de los indicadores laborales en España, dada la importancia de esta industria sobre el conjunto del mercado de trabajo y su vinculación con otros muchos puestos de trabajo. Precisamente, las contrataciones retrasadas del sector turístico fueron clave para que los datos de empleo de España en el mes de julio fueran los mejores desde 2005, aunque esto no evitara que tan solo se haya recuperado un 40% del empleo perdido durante la crisis.

Este lunes, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, subrayaba a través de su cuenta de Twitter la mejora de la afiliación a la Seguridad Social que vienen reflejando los datos de agosto, pero las crecientes dificultades a las que se enfrenta la industria turística en las últimas semanas amenazan con provocar un cierre de temporada estival mucho más abrupto en términos de empleo de lo que suele ser habitual.

Además, las preocupaciones en alza por el rebrote del virus en España se producen a las puertas de que Canarias, una de las principales regiones turísticas del país, se adentre en la que es su temporada principal, que podría verse gravemente dañada por la situación epidémica.

Foto: Para Canarias el invierno es clave.

Precisamente, el archipiélago canario resalta como una de las regiones donde mayor ha sido la reducción del empleo en los establecimientos hoteleros. Esta industria dio trabajo en julio a 13.418 personas, tan solo un 28% de los casi 48.000 empleos que generó en el mismo mes del año anterior. Un descenso equivalente ha experimentado Baleares, lo que viene a reflejar el daño sufrido por regiones muy dependientes del turismo extranjero y de los viajes en avión, en medio del temor existente hacia los medios de transporte de masas, y a pesar de que hasta agosto ambos territorios insulares habían mantenido unos datos de incidencia del virus bastante limitados.

Un caso diferente ha sido el de la Comunidad de Madrid o el de Cataluña, dos de los principales focos del virus durante la primera oleada —así como de la incipiente segunda— y que también han experimentado llamativos descensos del empleo en la industria hotelera. En el caso de la Comunidad de Madrid, de los 14.816 empleos vinculados a los establecimientos turísticos que se registraron en julio de 2019 se ha pasado apenas a 3.338 este año, tan solo un 22,5% del total. Mientras, en Cataluña, los 16.850 trabajadores empleados supusieron un 36,3% del total del año anterior.

El acelerado repunte de las infecciones de coronavirus en España, unido a las restricciones que desde hace semanas vienen imponiendo distintos países a los viajes al territorio español, está provocando un cierre ciertamente amargo de la temporada turística estival.

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