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El Fondo europeo se atasca en Bruselas a la espera de la luz verde de Berlín
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DURAS CRÍTICAS CONTRA URSULA VON DER LEYEN

El Fondo europeo se atasca en Bruselas a la espera de la luz verde de Berlín

Una presidenta de la Comisión Europea aislada busca un acuerdo entre Alemania y Francia antes de presentar su propuesta del Fondo, despertando muchas críticas en Bruselas

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE)

El plan europeo para reactivar la economía tras el coronavirus está incompleto y a la espera de la piedra angular, un Fondo de Recuperación con el que los Veintisiete deberían ayudar a ponerse en pie a los Estados miembros más golpeados por la crisis del covid-19, y que ha consumido las energías y los debates en la Unión Europea durante los últimos dos meses, sigue por ahora en el congelador, y lo estará, al menos, hasta el próximo 27 de mayo.

El pasado 23 de abril, y después de que España presentara una propuesta de Fondo de más de un billón de euros en transferencias financiadas con emisión de deuda perpetua, los líderes europeos encargaron a la Comisión Europea a que preparara una primera propuesta sobre la que trabajar. Bruselas se fijó el 6 de mayo como fecha en la que desvelaría su plan. Para lograr desatascar el debate, que divide a la UE en dos tanto en el tamaño del Fondo como en de qué manera debe transferirse ese dinero a los países afectados, si en forma de transferencias o en forma de créditos, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, apostaba ya entonces por un "equilibrio" entre subvenciones y créditos.

placeholder Banderas de la UE en el centro del barrio europeo de Bruselas. (Reuters)
Banderas de la UE en el centro del barrio europeo de Bruselas. (Reuters)

Pero pocos días después de recibir el encargo se filtró un borrador de plan a algunos medios. Era muy inconsistente y eurodiputados, economistas y analistas acusaban al Ejecutivo comunitario de utilizar "hechicería financiera", a través de una serie de multiplicadores opacos, para hacer que un plan que solo alcanzaba poco más de 600.000 millones se vendiera como un paquete de 2,2 billones. Esa filtración hizo que el flujo de información de Von der Leyen al resto de colegios de comisarios se cerrara, y desde entonces la presidenta de la Comisión Europea trabaja en la propuesta únicamente con su círculo más cercano.

Pero pasó el 6 de mayo y el Ejecutivo comunitario no presentó nada. Pocos días después Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Exteriores y Política de Seguridad, aseguraba que esa fecha nunca había sido viable. Ahora se fija la mirada en el 27 de mayo, pero desde dentro tampoco se está completamente seguro de que se pueda cumplir con ese plazo. Tras las filtraciones Von der Leyen ha establecido una política de silencio y mantiene a ciegas a comisarios y todo el que esté fuera de un círculo muy cercano. De hecho ha establecido una nueva política antifiltraciones, tremendamente agresiva contra los propios funcionarios y personal de la Comisión Europea, que ha acabado filtrada a la prensa.

Foto: Urusla von der Leyen, futura presidenta de la Comisión Europea. (Reuters)

Mientras tanto Von der Leyen está realizando un trabajo de mediación entre París y Berlín, buscando una propuesta que pueda ser apoyada tanto por el Gobierno de Angela Merkel, que encabeza el sector de los más duros contra la idea de transferencias al sur, como por el de Emmanuel Macron, que representa al sector sureño, aunque con una actitud menos frontal que la que pueden tener el Gobierno español o italiano.

El trabajo técnico lleva hecho ya un mes. Pero no así el político. Von der Leyen busca la aprobación de Alemania a ese plan, pero no puede permitir una serie de modificaciones que lo harían inaceptable para el otro lado de la mesa, Francia. Y en ese proceso se ha atascado su presentación. Es una ecuación que parece difícil, en la que hay que coordinar tamaño y composición. Pero Von der Leyen quiere que, una vez el plan se lance, flote. No quiere que fracase, quiere tener la garantía de que sobrevivirá, y eso está llevando a una cierta parálisis.

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Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, durante una rueda de prensa. (Reuters)

Los nórdicos solo están dispuestos a un alto porcentaje de transferencias si el tamaño del fondo es pequeño, pero entonces, argumentan los sureños, no es efectivo. Pero si el tamaño es grande, los nórdicos dicen que mayoritariamente debe ser en forma de créditos, y de nuevo los sureños, y muchos analistas y economistas, apuntan a que no es efectivo.

Hay una actitud muy crítica hacia la estrategia, tanto como fuera como dentro de la Comisión Europea, donde se ve con preocupación la parálisis de Von der Leyen y hay una visión compartida de que Bruselas ha perdido la oportunidad de marcar el paso y el ritmo del debate poniendo rápidamente una buena propuesta sobre la mesa. En cambio, el ambiente se ha enfriado en un ping-pong entre la capital comunitaria, París y Berlín en el que es imposible que la propuesta contente a todo el mundo. Algunas voces piden a Von der Leyen más valentía y menos miedo a la hora de presentar propuestas valientes, y le acusan de estar realizando el trabajo del Consejo, siendo demasiado servil a los Estados miembros. Pero justo por eso se escogió a una persona de este perfil: porque encajaba con la tendencia cada vez más intergubernamental por la que apuestan algunos países, dejando a Bruselas en un papel secundario, un brazo técnico que ejecuta lo que desean las capitales.

Especialmente crítica ha sido la Eurocámara, que este viernes ha aprobado con una mayoría sin precedentes y muy amplia, de hecho todos los partidos españoles salvo Vox han votado a favor, una resolución muy dura con la que se busca empujar a Von der Leyen hacia una postura más ambiciosa. En el diseño del texto han estado los españoles Luis Garicano, de Ciudadanos, y el socialista Jonás Fernández, y ha logrado alcanzar el respaldo del 80% del hemiciclo, pidiendo un Fondo de dos billones de euros, y que de ellos más de uno se use a modo de transferencias y el resto en forma de créditos.

El plan europeo para reactivar la economía tras el coronavirus está incompleto y a la espera de la piedra angular, un Fondo de Recuperación con el que los Veintisiete deberían ayudar a ponerse en pie a los Estados miembros más golpeados por la crisis del covid-19, y que ha consumido las energías y los debates en la Unión Europea durante los últimos dos meses, sigue por ahora en el congelador, y lo estará, al menos, hasta el próximo 27 de mayo.

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